martes, 18 de marzo de 2014

ARS EROTICA


“Venas, que humor a tanto fuego han dado, / Médulas, que han gloriosamente ardido,”. Francisco de Quevedo y Villegas 

Ya dijo Varelio en su Summa Ática que solo los mediocres confunden la literatura con la vida, porque la literatura es más, mucho más, solamente los que no tienen una vida real, vivible, con sus latidos y sus miserias, con los vanos esplendores del arte y las dulces oscuridades del vicio pueden confundirla. Lo demás es paja, desperdicio, desobediencias indebidas, mustias congregaciones del miedo a fluir, a ser. No sabemos a donde se va la vida que no vivimos, que cántaro triste va llenando de lerdas melancolías junto a los soles que no veremos amanecer o a las noches donde el cuerpo solo durmió sin una piel pene/trada u otra saliva embebiendo los labios. Derroches de celibatos voluntarios, alguien pedirá cuenta de ellos, desprecios a la carne que palpita enclaustrada en mojigaterías innecesarias, torpemente elevadas a rango de virtudes, equivocadas transacciones con la ignorancia o el error. Algo se diluye, se pierde irrecuperable en esos tiempos vacíos, se derrama y se infiltra perdido para siempre, si no gozas el cuerpo que tocas acaricias usas o no te gozan tocando palpando masturbando serás menos la madrugada siguiente, ni siquiera semilla podrida o harina gorgojeada, inútil. Solo aquellos que miran en su jardín las vulvas abiertas como flores sagradas, o aquellas que miran en su jardín las vergas erectas como túmulos sacros, podrán hacer la suma de eyaculaciones u orgasmos y saberse vividos. Quienes malgastaron los nocturnos aferrados a desdichados prejuicios que nada sumaron a la vertiente maravillosa del aquí y el ahora, de la vida que efervese bullente y continuará fluyendo más allá de ellos, sabrán al final que despreciaron lo único que veramente los justificaba. 

No hay comentarios: