Cuerpo de mujer,
blancas colinas, muslos blancos (i), matraz vaso vasija de tres picos donde he bebido el sudor transparente
y dulce de tu espalda, el agua de tus besos en tu saliva cristalina, y el
embriagante néctar germinal de tus fluidos vaginales. Turgencias interdictas de
tu geografía desnuda, tus amplios pechos pálidos y mullidos, tibias dunas
carnales que emergen de mis más confusos y atávicos instintos. Vientre, pubis,
monte venusino, matriz esencial, estrecho cauce marino donde mi falo surca,
resbala, punza y pene/tra encarnado. Deseado vértice donde tus piernas
convergen en tu vulva abierta como roja flor embebida en el derramado rocío del
deseo. Suaves glúteos, incesancias de roces lúbricos para mis manos, nalgas que
ocultan en su prohibida hendidura la pertinencia del leve ósculo de obsidiana.
El rincón virgen de tus axilas, surgencias y derroches linguales, recovecos
quizá envellecidos [sic]. Boca labios lengua, vertiente
inacabable de besos, lamidos succiones, de fellatios ilimitadas, de desatadas
eyaculaciones. Senos, pezones, promontorios y cúspides donde busco mi último
destierro, orígenes de un exilio permanente, de una pervertida búsqueda
infructuosa. Te disgrego en una arena sedienta, en cenizas sobre brasas, te rompo
en trozos quemantes, te fragmento en tus propias lujuriosas fantasías, te
deshojo inquieta, te abro avergonzada, te irrumpo gozosa, te inundo estremecida
y te impregno macho en ti consumado. Me licuo seminal vertido, saciado e
inmortal, hundido en la voracidad incestual de tu sexo. Desnuda te sumerges. Espero. Entonces en un salto de fuego, sangre,
dientes, de un zarpazo derribo tu pecho, tus caderas. Bebo tu sangre, rompo tus
miembros uno a uno (ii).
(i) Poema 1. Veinte poemas de amor y una
canción desesperada. Pablo Neruda
(ii) El Tigre. Los versos del Capitán. Pablo
Neruda

1 comentario:
Se nota Neruda en cada esquina de esta prosa...
Saluditos, estimado.
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