Te borraste, ah! maldita amada, me encantan
tus furias, me excitan, me hacen sentir un dolor intenso, oscuro, terrible,
como sal en una herida recién abierta, me gustan tus furias de reina mala, de
hembra apasionada, me haces desearte más allá del deseo animal del macho erecto
y violentarte abusarte violarte con insana bestialidad de un oscuro demonio fálico
para que aúlles a la luna como una loba en celo vivo, mordería tu oreja hasta
que grites, te besaría con un amor salvaje para hacer sangrar tus labios y
beber así tu odio en su destilado más puro, me incitas a pecar en ti y por ti,
a buscar la soberbia de poseerte, a ver en tus ojos las maldiciones que tu
embrujo harán caer sobre mi, me excita saberte enrabiada por mi, buscando
dentro de tu amor de arena los afilados estiletes del odio, me da miedo también,
un miedo inevitable a perderte, a no volver a saber de ti, ni escuchar tu voz,
ni leer tus celos de reina imposible, a quedarme para siempre solo con tus
pocos retratos, mirándolos una y otra vez con la amargura del que todo lo tuvo
y todo perdió. Tengo terror a que desaparezcas de mi vida, a que tu nombre ya
no signifique nada para mí, a que mañana despierte y me de cuenta de que todo
fue un sueño, que tu nunca exististe, y que todo volverá a ser como antes,
antes de ti, cuando mascaba mi soledad sin esperanza de una esfinge que iba a
reinar sobre mi.
martes, 11 de marzo de 2014
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)

No hay comentarios:
Publicar un comentario