domingo, 9 de marzo de 2014

PRIVILEGIOS


Te escribo desde el rincón mas oculto de tu propio insomnio, desde la penumbra de tus sueños secretos, desde la honda caverna de tus instintos. Porque solo ahí existo, solo en tus sueños, de noche, al borde del lecho de fuego donde la madrugada te encuentra despierta buscando en tus memorias una imagen, un roce, un latido cercano que te acurruque en ternura y en pasión, en dulces murmullos y en sofocados grititos, en ardientes caricias y en eróticos abrazos, piel contra piel, carne en la carne, sudores que se comparten en la oscuridad húmeda, olorosa a sexo desatado, voces arrulladoras que abren las puertas y los cuerpos, desnudos, ansiosos, y entonces soy en tu sueño el que buscas, y te entregas rendida, anhelante, y en la espesura de la selva de tus instintos soy amante y macho, soy dulzura y fuerza, soy tierno y vibrante, a tu gusto, a tu placer, a tu modo, como el mismo sueño que en ti soy. Cuando me invade el deseo, pienso en ti, y me imagino lo que estaría haciéndote en ese momento. No tienes ni la más remota idea de todo lo que me imagino contigo y entonces el deseo crece más y más en mi interior, mi saliva vestirá tu piel desnuda; mis manos dibujarán como un artista tu cuerpo, delineándolo paso a paso con la punta de mis dedos y más tarde con mi húmeda lengua; mis caderas bailarán en su fiesta privada con las tuyas y un solo gemido brotará de tu garganta y de la mía y el deseo sigue creciendo, ahora tu piel como un manto cubrirá la mía y otra vez tu lengua será el cincel de mi tibio cuerpo y de nuevo llegaremos al jardín del deseo y esta vez nuestro gemido estremecerá a la tierra y despertará el instinto mas primitivo de los que nos escuchen, así es mi deseo por ti; no tienes ni la más remota idea de todo lo que pasa por mi mente cuando el deseo por ti crece dentro de mi. Duermes en el inicio de la noche, yo aun despierto soñando una y otra vez lo que vivimos hoy a media tarde, tu sueñas dormida y yo sueño despierto, pero íntimamente sé que estamos soñando el mismo sueño, tu y yo juntos, escondidos en la noche, ardiendo en el fuego que encendimos hoy, a media tarde, un sueño lleno de besos, de caricias, de las ternuras que compartimos hoy, a media tarde, con las manos entrelazadas y los ojos buscando los ojos del otro, en un silencio que lo decía todo, sueño, sueñas, soñamos, nuestros cuerpos buscándose en las penumbras tibias, mis labios buscando beso a beso tus deseos en tu cuello perfumado y suave, y tu con los ojos dormidos dejándote arrastrar por la marea de fuego que nos une ahora, desde hoy, a media tarde, y en la intensidad de nuestros sueños te poseo como nadie nunca pudo llegar a poseerte. Es tarde, casi media noche, y te imagino durmiendo, sola en tu lecho, alcanzo a escuchar tu respiración tranquila, suave como el susurro de la brisa en los bosques de sus sueños. Percibo en las sombras del dormitorio tu perfume y tu tibieza, me acerco a ti y con movimientos muy lentos y delicados llevo mis labios al filo de tu boca, apenas la rozo en un beso que casi no existe, es menos que el roce del ala de una mariposa, en el entresueños murmuras algo que no alcanzo a entender, me alejo tan silencioso como llegué. Antes de cerrar la puerta me vuelvo y en la penumbra creo ver tus ojos mirándome, sonrío y tú me devuelve la sonrisa. Me voy seguro de que en esas sonrisas nos dimos las buenas noches.  

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