¿Porque no nos acostamos juntitos, nos
abrigamos a pura piel en caricias y nos dormimos así para siempre? ¿Y si nos
acurrucamos calladitos haciendo como que no somos para que los otros no nos
sientan ni nos vean ni nos escuchen y nos comenzamos a besar desde ahorita
mismo cruzando la tarde el crepúsculo la noche boca en boca lamiéndonos hasta
los tuétanos ebrios de salivas ahogados de alientos quemantes mano en piel
acariciándonos como posesos trabados urgidos desesperados untados en dulces
sudores abusándonos manoseándonos sin escondernos de nadie con desparpajos
hirientes a ojos vistas pero encerrados en la voraz burbuja del deseo sin
amparo ni solución de continuidad como perros callejeros babeando incrustados
en un sexo animal que se vierte hirviendo como un caldero que ha estado
demasiado tiempo sobre las brasas? Tu sabes que todos son juegos dentro del
juego, mientras nos pensemos estamos vivos el uno para el otro, mientras los
deseos ardan crujientes en los insomnios seguimos venciendo la imposibilidad.
Creo que estamos ambos quietos, espirituosos, solitarios, y nostálgicos de la
piel tibia y exultante recorrida palmo a palmo por las lenguas húmedas y
ansiosas por valles y dunas y pliegues y rincones de la carne trémula,
acariciada por las cuatro manos impúdicas y curiosas que buscan el goce
extasiante de sentirnos el uno en el otro, poseída y poseyendo en una tormenta
de alientos incandescentes, de quejidos y grititos contenidos, de
estremecimientos gozosos e intimas estimulaciones sensoriales. ¿Por qué no nos
dejamos fluir en una lenta e intensa cópula que abarque la noche entera y nos
pierda en los laberintos inconclusos de nuestros instintos aun insaciados? ¿Por
qué no nos rendimos a la evidencia del deseo como animales sagrados que ya
mordieron el fruto prohibido y solo les queda agotar el placer antes de
hundirse felices en los fuegos del infierno? ¿Por qué negarnos al único vicio
que promete por instantes la inmortalidad? ¿Por qué no?
sábado, 31 de agosto de 2013
sábado, 17 de agosto de 2013
IMAGINARIUM
Amiga, divina amiga... su cruel silencio me
ha obligado a echar a volar mi imaginación y en ese territorio soy Rey y
Señor... así que imaginé que estábamos ambos en un día de lluvia escondidos en
cierto departamento, en cierta calle (mi imaginación es muy precisa...), ya
estábamos en el lecho, ambos casi desnudos, yo aun con el pantalón y Ud. solo
con una falda, estábamos asustados y ansiosos, entonces una de mis manos se fue
sigilosa a sus piernas, lentamente fui tocando y acariciando por dentro de sus
muslos, en esa zona de suavidad de sueño, de intensa sensualidad..., y con la
otra mano le acaricié el pelo, atrayendo su rostro hacia el mío, hasta que
nuestros labios se rozaron, y nuestras bocas ávidas del otro se fundieron en un
beso, las lenguas se enredaron y los labios se abrieron al goce del beso
ansiado..., los dientes mordisqueaban y buscaban como fieras furiosas los
labios del otro..., la otra mano llegó hasta su sexo, oculto entre los
ensortijados vellos púbicos, estaba húmedo, ardiendo en su fuego de ansias y
deseos, y mis dedos jugaron con el clítoris erecto, sensibilizado por los
instintos desatados..., yo sentía mi miembro creciendo, erectándose, punzando
bajo el pantalón, la recosté en el lecho, y subí su falda hasta su cintura, le
saque los cuadros con lenta ansiedad...., llevé mi mano a mi pantalón y saque
mi verga erecta, endurecida por Ud., su glande brillante, turgente..., estaba
ansioso de penetrarla, de hundirse en Ud. hasta las profundidades de su
intimidad..., lo llevé con mi mano hacia sus labios verticales abiertos y
rendidos, y lo hundí en ellos, con lenta fuerza, con ternura y deseo, con
ansias desesperadas pero controladas para sentir el placer maravilloso de ir
penetrando en su vulva toda mojada, ardiente, succionante..., sentí como mi
falo iba abriendo esa abertura carnal e iba siendo succionado por sus deseos de
entregarse..., ah!, y después del juego de intensos movimientos, esa danza
lujuriosa, esos grititos desesperados... la inundaba con mi néctar sexual, como
una lava ardiente que se derramaba en Ud. llevándonos a los dos a la cumbre del
placer..., todo eso imaginé amiga..., y Ud. no pudo evitarlo!
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