La noche cae sobre la lejana ciudad, la
nieve aun permanece en los rincones, las aceras y las plazas, de entre las
penumbras de cierta calle surge la silueta de un fauno, un macho cabrio en celo
cubierto con una gruesa capa negra, camina medio escondido pero seguro de donde
se dirige. Al llegar a un edificio alto de paredes claras, comienza a escalar
por la pared como un animal sigiloso…, y al llegar a una ventana en especial,
intenta suavemente abrirla…, esta sin cerrojo y la abre lentamente…, entra a un
dormitorio en semipenumbra, el ambiente esta tibio, grato, en el lecho una
mujer delgada, madura, atractiva, esta semidormida con su hermoso pelo
derramado sobre la almohada, sus hombros desnudos muestran que esta sin
camisola, su cuerpo se dibuja tenue y estilizado bajo el cobertor…, el fauno se
quita silenciosamente la capa y queda completamente pilucho, su verga ya esta
casi erecta, se acerca a la cama y mientras una de sus manos masturba
suavemente su pichula, echando para atrás y para adelante el forrito…, con la
otra mano echa hacía atrás las tapas de la cama y va descubriendo el cuerpo
desnudo de la mujer…, mira con deseos sus pechos pequeños de pezones oscuros…,
su vientre plano, su chuchita con pocos vellos que dejan adivinar sus labios
vaginales…, ella tiene las piernas semi abiertas lo que le deja ver con detalle
ese rosado carnal sexo húmedo…, ella murmura unas palabras entresueños, unos
sensuales quejidos, él ve que sus pezones se han erectado, levantándose sobre
los pechos de niña…, se da cuenta que ella esta soñando un sueño erótico…, sus
tenues quejidos y los femeninos movimientos de su cuerpo, lo excitan más aun…,
su verga endurecida se mueve en sacudidas estentóreas, la cabeza de la pichula,
grande, enrojecida, brilla en la semioscuridad…, con su mano se sigue pajeando lenta pero
intensamente, muy suavemente lleva su otra mano a la chuchita de la reina
dormida, con su dedo del corazón revuelve los ralos y sedosos vellos del pubis,
y se acerca a la vagina que se nota caliente y húmeda, sus labios externos
están rosados, abiertos como una flor carnal, como si fuera a tocar una evasiva
mariposa va acercando su dedo al clítoris, que ya se asoma tímido, mojado,
pequeño y tierno, entre esos labios verticales… y con la yema del dedo inicia
unas leves tocaciones en ese botón sexual, lo toca con mucha delicadeza y en
pequeños círculos, el clítoris va reaccionando y convirtiéndose en una
pichulita pequeñita tierna, muy rosada y húmeda…, el continua excitándolo, con
la sensibilidad de la yema del dedo siente la suave protuberancia del
garbancito vivo, su turgencia húmeda, su calor sexual…, ella ha aumentado la
frecuencia de sus quejidos, y los movimientos de su cuerpo entero son mas
sensuales…, su boca esta entreabierta y de entre sus labios delgados asoma la
punta de su lengua que los recorre humedeciéndolos, el se da cuenta que ella
esta en un semisueño, que se ha dado cuenta de que él esta ahí, pero que a la
vez sigue viviendo su propio sueño erótico,
que se hace la dormida para dejarse hacer, para entregarse total mente a
el…, mientras continua pajeándose, sintiendo en su propia mano su pichula dura,
la suave piel que la cubre, esa dureza de la carne rígida por el deseo, siente
el gustito de una masturbación total… Entonces la mano que acaricia el clítoris
gira sobre si misma quedando con la palma hacia esa chuchita anhelante, y con
el mismo dedo del corazón recorre completamente los labios vaginales, desde
casi la pequeña flor anal hasta los vellos que apenas cubren el botón del
clítoris…, el dedo se hunde tiernamente en la chuchita palpitante, siente la
humedad y el calor de ese sexo deseado…, repite varias veces ese trazado
sexual, su dedo se embadurna de los jugos sexuales de ella, los siente
ricamente pegajosos y calientes…, después de cada recorrido se lleva el dedo a
su boca y lo chupa delectándose de esos sabores íntimos, esa mezcla salada y
dulce a la vez que lo desespera y lo mantiene excitado como un precioso licor
erótico…, ella se mueve ondulando su cuerpo sobre el lecho, y ha llevado ambas
manos a sus pechos de niña y juega con sus propios pezones erectos…, ambos saben
que están jugando a que ella esta dormida…, entonces la noche se bifurca en dos
sueños paralelos donde cada uno se sueña con el otro en una cópula sin término
ni sentido.
Febrero 2005