Y si confiamos en que tu soledad
y la mía se encuentren en los sueños como siempre?, que locuras viviríamos no?,
te imaginás pebeta linda?, vagando abrazados por las tanguerías buscando los
canyengues, bebiendo una caña en cada mesón, ir por las callecitas esas, viste,
fumando abrazados, riéndonos de los notarios y de las enfermeras, con una
musiquita de Piazzolla corriendo delante de nosotros como luciérnagas doradas
iluminando las veredas, besándonos como náufragos en las esquinas oscuras,
haciendo el amor de caracoles en los parques casi amanecidos, tomando un café
negro bien dulce enfrente al lugar donde vivía Borges, y después ir a ver el
amanecer descangayado allá por el mirador del puerto de Olivos, imagináte, que
si no lo hacés no te sueño a la noche, y vos sabes que si no te sueño dejás de
existir y te convertís en recuerdo, en florcita seca o en agua sin beber, así
que pensálo bien. Aunque igual, a pesar
de tu silencio de prófuga inconstante te buscaré por los parques
oscurecidos, detrás de las estatuas, en las sombras de la luna y en los arcos
de enredaderas, vos sabrás pebeta si te encuentro porque sentirás un tumulto en
tu corazoncito y seré yo. Porque sigo hipnotizado por tu ojos de gata maula,
tres veces maldita, y no seas soberbia pebeta, tenés a lo menos dos deliciosos
argumentos muy validos para mantener encendido mis deseos, viste, dos pálidas y
mullidas dunas coronadas por dos tiernos y edípicos botoncitos, además, siempre
acecho tu cuerpo, siempre lo busco ávido de su tibieza para beberla con deleite
de sátiro como un elixir de perdidas sensaciones. Has de saber que anoche
anduve vagando solo por un sueño largo como una vía de tren, habían pájaros y
demonios, habían piedras negras desperdigadas por un desierto inacabable, había
un pequeño cáliz y una estatua de mármol que se derretía con el sol del medio
día, vagué toda la noche buscando tus huellas, algún vestigio que me dijera
hacia donde iba tu rumbo, algún objeto que hubieras tocado para reconocer la
tibieza de tu mano, y nada, ni un solo intersticio por donde alcanzar a tocarte.
Solo al comenzar a aclarar el día oí primero tu suspiro y después sentí el vaho
de tu aliento en mi cuello quemando las resecas leñas de mis instintos y
amanecí soñándonos en el lecho de siempre, amanecí laxo, saciado, con pedacitos
de tu perfume aun pegado en mi piel indefensa. Entonces desperté otra vez, como
siempre, buscándote. Eso.
viernes, 22 de febrero de 2013
lunes, 18 de febrero de 2013
PRESENCIAL OCULTO
(Estarás jugando otra vez allá en tu castigo, con el sol y las aguas,
dejando que te quemen y refresquen con sus caricias ardientes y fluyentes como
mis manos cuando en las noches te abusaba dormida, olía tu perfume del día y
deslizaba sin tocarte mi dedo como una mariposa morocha por las sinuosidades de
tu cuerpo en un ceremonial nocturno de sueños inconsumados, de deseos
contenidos, de delicados tactos rozando apenas tus vellos púbicos, el dibujo de
tu boca mía, la puntita de tu nariz, una a una las uñas de tus pies en un
fetichismo misterioso y atávico. Veo tu rostro con los ojitos cerrados
esperando que mi mirada de fauno te acaricie, te abuse, te viole la piel
desnuda y expuesta de tu escote y tus brazos, el inicio de tus muslos pálidos
escondiendo el vértice y vórtice de mis eróticos sueños manuel-eros, tus pechos
llenos bajo el color de las dalias, tu cuerpo amplio, edípico, donde mi lengua
sueña explorar sus íntimos territorios, sus valles, colinas, pliegues y las
tiernas blanduras de tus sensuales rollitos, el agua y la espuma abrazando tus
piernas y rozando tu seno, y tu precisa ubicación entre esas imponentes rocas
sexuales, en el vértice y vórtice del cuerpo de una mujer, entre sus piernas
abiertas, allí donde delante de su sexo ofrecido, justo ahí como en un oculto
mensaje subliminar para tu fauno enloquecido de deseos de ti. Sí, allá arriba
en alto cielo azul soy sombra silueta acechando la dalia embebida en el cristal
del agua y la arboleda, vuelo circular sobre ti para que tus ojos de hechicera
me sigan y así emborracharte en el vértigos de nevadas alturas andinas, planeo con
la paciencia del cazador que busca la presa precisa con la vehemencia del
hambre de siglos de soledad, esperando, esperando. Mi presencia es un parásito
que vive de tus tibiezas ocluido en tu piel, un insecto que te abruma de
continuos estremecimientos cuando miras las cosas en la que me presientes,
hojas agonizantes desperdigadas en la tierra que pisas, mariposas que te rondan
en frágiles y dicharacheros vuelos, flores que vas descubriendo como si
hubieras nacido ayer noche, el agua que fluye y te sumerge, las humildes
piedras que tocas reconociendo mis locuras en sus ásperas texturas, la brizna
de pasto que seduce tu pie, el aire mismo que respiras en un intento de
percibir mi presencia allí donde no me ves.)
MALDITO HANGOUT
Ardía yo
incendiado por lo deseos de ti, de verte, me quemaba en la hoguera de ti, y te
dije “sí amada, eso quiero siempre, penetrarte, poseerte, besarte toda una
noche, porque te amo y deseo” pero el destino no quería que yo poseyera tu
imagen con sus íntimos rincones, con sus palomas y sus dos soles de delicado
rosa, con su nido oloroso a tu aroma de hembra mía, y el maldito hangout una y
otra vez no quiso regalarme tus imagen, me negó tu piel entera, tu deliciosa e
impúdica desnudez, tus ojos, tu pelo, tus manos, te negó arrastrándome al
oscuro silencio de tu cuerpo, y te dije “no importa amada mía, quería verte” y
tú insististe una y otra vez con la bravura del deseo, con tu perseverancia
siempre vencedora, y nada, y yo ya rendido a la imposibilidad te dije “déjame
besarte, acariciar tu pelo, ahora quiero besarte, llenarte de besos” pero tu
seguías con tu voluntad avasallante explorando los artilugios del Google para
consumar nuestros deseos de mostrarte y yo verte, y nada, y te dije “quiero a mi
esclava y doncella, la que me enseño el Amar, la que es mía en cuerpo y alma, amada,
déjame acariciar tiernamente tu pelo, déjame amarte con todo el Amar que guardo
para ti”, pero tú luchabas contra el destino ciego y por tu palabra vino el
milagro de Skype, y apareciste en su magia sonriendo, tu pelo negro en cascada
y una blusa negra con lindas flores blancas que ocultaba tus senos con la
fragilidad de la seda, y te vi hermosa y mía, y te desnudaste para mí sonriendo
como una niña coqueta y vi tus palomas mías, tus tetes míos, tu nido mío, tus
negros vellitos recortados, vi tu cuerpo desnudo para mí, expuesto a mis
deseos, a mis ansias, a mis sueños, y mi miembro se elevó como un mástil
dispuesto a navegar, se endureció ante tu exquisita sexualidad, y mientras mis
ojos ávidos te devoraban mi mano inició el tierno ceremonial onanista, y tu
reías con una ardiente complicidad, y te vestiste y te desvestiste otra vez
para mí, y yo calladito desde acá besaba y lamía cada fragmento de tu lujuriosa
desnudez y mi mano subía y bajaba por mi verga hasta que me llegó el destello
de la eyaculación y en mi imaginación desbocada vertí el semen sobre tus piel quemándola,
incendiándola con la hoguera de mis
deseos de ti.
sábado, 16 de febrero de 2013
CARSEXLARIA (Fantasía onírica)
Lo intuía, sabía que en el fondo
más oscuro de ti había una exhibicionista, una tragahombres, una bestia sexual
insaciable, que era cosa de que te sintieras liberada de traumas, trancas,
limites sociales y familiares, muros religiosos o éticos, y te lanzarías en los
brazos, cuerpos, de todos los machos que cayeran atrapados en la densa y dulce
telaraña de tu feminidad ninfómana, estúpidamente pensé que en la cárcel del
castigo estarías en total celibato, pero claro, yo te pones a leer y escribir
"siempre con poca ropa", mostrando tus muslos voluptuosos, tus
tetitas ricas, tus pezoncitos sublimes, tu sexo semidescubierto con sus
vellitos recortados, y toda la piel desnuda de tus hombros y brazos y piernas,
a la vista de los machos guardianes que te miraran embobados hasta que tus
coquetonas miradas de soslayo lo erecten e inciten a entrar en la celda del
vicio y luego a entrar en todos los sitios penetrables de tu cuerpo con sus
duras erecciones carcelarias y montarte como perros callejeros hasta dejarte
saciada, untada e inundada del semen grupal oliendo a machos sudorosos, a sexo
acalorado y furioso, al sucio chijeteo de vergas pene-trando y otras
masturbándose a la espera de seguir chapoteando en tu (mi) rosa fatigada,
irritada, adolorida, pero para mí siempre virgen a la espera de nuestro tierno
himeneo donde mi verga de macho solitario borre las marcas y lave los aromas de
los que poseyeron solo tu cuerpo pero no tu alma, como lo haré yo. El problema
es que a tu morocho pervertido le excita demasiado imaginarte en esa celda
lujuriosa, lubricada, asediada, acechada, pene-trada por esa colita rica, por
tu cochita deliciosa, por tu boquita succionante, violentada por varios machos
sedientos de hembraje, de depravaciones antinatura, en todo caso pebeta linda,
mamacita rica, ya te dije que me regocijaré en tu cuerpo mancillado porque por
más que te pene-tren nunca deflorarán tu alma, que es mía desde antes. Maldita
coqueta, solo venia a hacerte un visita conyugal falsa en tu celda de castigo,
por si necesitabas "algo", aunque "viole" las reglas, yo
fui uno de esos violadores, pensé que me reconocerías por la ternura con que te
violé, aunque reconozco que abusé de tus senos, los mamé, chupé, succioné,
acaricié con vicio, con impudicia, con perversión, te mordí tus pezones hasta
que gritaste de dolor placer, sí, yo pagué para acceder a tu celda, y los
malditos carceleros me dijeron que eras la mejor, la más caliente, la que más
grita, la más sumisa, y cuando después de haber abusado de tus pechos, de tus
ricas tetitas, comencé a buscar tu sexo con mis dedos lo encontré pegajoso,
mojado no de tu néctar si no del humillante semen de otros machos, por eso,
aunque eso despertó mi morbo mas sucio y pervertido, evité pene-trarte y te
masturbé violentamente, con rabia, con un asco que se mezclaba con un misterioso
placer aberrante, mis dedos chapoteaban en ese charco seminal de los machos
anónimos mientras yo me masturbaba como un adolescente depravado hasta que se
unieron en la misma epifanía tu orgasmo y mi eyaculación y te dejé dormida y
saciada, y me vine evitando pensar en lo sucedido.
viernes, 15 de febrero de 2013
NO HAY OTRA MUJER
No hay otra mujer que me haya
dado lo que me has dado tú, no hay otra a la que haya abierto mis más secretos
laberintos, a la que haya mostrado sin pudor mis oscuras fantasías, mis deseos
mas impúdicos y ocultos, no hay otra mujer que ante sus imágenes haya
practicado con tanta intensidad el solitario rito de la masturbación, no hay
otra mujer con la que haya realizado la deliciosa ceremonia sexual solo con la
voz, los susurros, los quejidos, no hay otra mujer con la que haya sentido, sin
tocarla, la voluptuosidad de sus senos, la dulce humedad de su vulva, el
perfume y la caricia de su pelo, la tierna y obscena suavidad de sus muslos, de
sus nalgas, de su vientre, no hay otra mujer con la que haya dormido toda una
noche succionando sus pezones, o lamido su sexo o su flor anal, no hay otra
mujer que me haya hecho eyacular con tanto goce solo escuchándola o mirándola
desnuda, no hay otra mujer que haya despertado en mí los deseos sexuales con la
fuerza de un huracán desenfrenado, no hay otra mujer con la que haya vivido la
sensualidad absoluta y total de la verdadera entrega, que va más allá de lo
físico y alcanza a hacer brotar la semilla mas profunda del alma en una
comunión en que el sexo es sagrado y su placer justifica los años de soledad y
ausencia, no hay otra mujer con la que me haya desatado como un potro en celo y
la haya perseguido para montarla pene-trándola hasta el grito indecente y el
lascivo dolor, no hay otra mujer con la que haya sido a la vez macho, hijo y
hembra en medio de la locura de un torbellino de sexo y cercanía y complicidad,
no hay otra mujer que me haya calentado tanto aun en la imposibilidad de la
distancia y con la cual he vivido las más eróticas erecciones, no hay otra
mujer que se me haya entregado como esclava y doncella, como madre y hembra,
como puta y como virgen, como amiga y como amante, no hay otra mujer a la que
haya pene-trado, violado, abusado, gozado, con la felicidad de poseerla en la
plenitud de su cuerpo y de su alma, no hay otra mujer que me haya enseñado la
más maravillosa experiencia emocional y física que he vivido; el Amar.
VINCULOS TRIADICOS
"El sexo es el consuelo, para cuando no nos
alcanza el amor". Memoria de mis Putas Tristes. Gabriel García Márquez,
2004.
Nunca te olvido,
no hay día en que no te piense y desee y te busque en los recovecos de mi
memoria. Muchas veces miro y miro tus imágenes, tu rostro, tus uñas, tu pelo,
tu senos, ese nido que he lamido y penetrado tantas veces en mis secretas
excitaciones, muchas veces escucho tu voz en el bosque, tus susurros y tus
quejidos cuando consumamos en esa clandestinidad vegetal del Amar en nuestras
carnes ardientes, y cada vez el amor-deseo surge y se enciende en una hoguera
cada vez mas alta. Y espero, busco por los días tu presencia, tu intensidad, tu
cercanía, sin perder nunca la esperanza de ti. Y recorro los senderos del
bosque husmeando los arbustos mas hirsutos buscando los rastros últimos de tu
perfume, de tu esencia de hembra esencial y necesaria, de los vestigios de tus
aromas atrapados en las espinas hirientes de mis deseos de ti, y bebo las aguas
para recuperar tus sabores más lascivos, esas intensidades de tu cuerpo, sudor,
saliva, lagrimas, los fluidos que manan de tu intimidad que no alcanzo. Me
deslizo sigiloso, fauno y lobo, por las espesuras donde deberías habitar, ninfa
y doncella, buscando las huellas de tus pies en la tierra que me den el rumbo
por donde te me perdiste, te me escapaste, huiste de mis acosos de macho
obsceno sin entender que ese hostigamiento era parte del ceremonial del Amar y
del rito del sexo impuro bajo nuestro negado plenilunio. Todas las navegaciones,
calmas o tormentosas, de altamar o costeras, me llevan a ti. Toda piel tocada o
imaginada es la tuya, o posee tu perfume o la lisura madura de tu estío o el
tacto delicado con que te voy construyendo cada mañana para hacer como que esto
no es el infierno. Y te veo como difusa o distante pero igualita a como te
recuerdo, porque a cierta edad los años pasan mas lentos, ay! como te besaría
esa boquita pintada, con que parsimonia iría desabotonando esa blusa blanca
botón a botón y después te desataría el brassiere para dejar solo ese collar de
perlas entre tus senos, y me dedicaría a besar tus pezoncitos, a acariciar y
encopar tus pechos con mis manos tiernas mientras escucho tus suspiros de
placer, tus quejiditos de goce anegada de mis besitos machos. Me embriago, otra
vez, del rocío de tu rosa distante, lo bebo como un deseado veneno escanciado
en este infierno, como un denso licor destilado en la vendimia del deseo, y
ebrio de ese néctar prohibido me sumerjo en su rosado carnal buscando sus
profundas humedades. Pero como no estás te voy besando calladito desde allí detrás
de ese arbusto donde ahora me imaginas sumergido como siempre en tu recuerdo.
Eso.
martes, 12 de febrero de 2013
ROSARIUM
Comienza el crepúsculo, se viene
grato con su brisa fresca después de un día denso, húmedo, caluroso, sentado
afuera frente al jardín, miraba las rosas y te pensaba, me preguntaba; tendrá
rosas ella?, intuirá que ahora la estoy pensando, sentirá esa leve cercanía que
intento hacerle sentir?, y de pronto allí entre los adormecidos rosales intuí a
la gata y sus zarpas, sus furia de hembra posesiva, su orgullo de mujer que se
sabe única, ah! -me dije- esas es ella!, sentí tu odio rasguñando mi espalda,
vi la rabia en tu ojos y en tu boca de besos, si! -me dije- le importo, todavía
me quiere! Y en medio de ese éxtasis solo atiné a darte un besito en el lejos
para cerrarte la boquita con mi lengua penetrante, vos sabés! Verás, no sé si las
rosas tiene dueña o no, solo sé que en ellas te veo empetelada, en diversos
tonos del rosado o del rojo, o blanca o amarilla, en ellas veo tu piel
perfumada, los pliegues íntimos de tu cuerpo, sus curvas deseadas, sus rincones
del secreto, a veces amanecen con rocío y alcanzo a tocar en ellas tus néctares
de hembra mía, en fin, estás en esas rosas y en ellas te poseo. Cual rosa – me
pregunto- será tu boca de besos míos, cuales las puntitas tiernas de tus
pechos, cual tu sexo perfumado de tu esencia de hembra mía? Es que me voy
desgranando en estas turbiedades de mis instintos por el misterio de tu rosa
envuelto en la brisa fresca del atardecer que te atestigua en los intentos de
fuga y no, en esa delicada percepción de que esta ahí entrepétalos, enredada en
los estambres, declarada en la densidad vegetal del pistilo y como una burbuja
de cristal en la copa de los sépalos, allí, allí mi voz te alcanza y conmueve,
allí mi voz se hace polen, insecto, agua y savia, allí mi voz descorre los
velos virginales de tu corola y te irrumpe incitando, descascarando,
disolviendo la vana castidad que soportas en la ansiedad de mi silencio. Allí.
Allí no hay quien porque tú reinas entre las rosas con tu rosa. Allí. Y aun te
espero emboscado oculto en ese mullido amarillo que vos sabés, enmascarado en
el vaho del espejo, secreto e intangible en el agua que recorrerá tu cuerpo
besándolo en voluptuosas cascadas y atrevidos escurrimientos, espero como un
fauno encarcelado la ninfa desprevenida, como un sátiro enviciado ansioso de
jugar en el breve bosque que lleva a tu rosa de rosados pétalos para vislumbrar
el paraíso. Allí.
MALDITA
(Como un fantasma [i] la veo en su costanera, con su mate, con su
río de aguas zainas... su piel bronceada por un sol celoso sin mis besos, sus
ojos ocultos por grandes gafas para no encenderme otra vez en su hechizo, como
un fantasma que mis deseos concretizan en imagos para no morir en este
infierno...)
(Pregúntate a ti misma si tu piel soportará
la próxima lluvia sin mis dedos trazando en ella el mapa de tus deseos, la
geografía de tus insomnios inmersa en ese fuego que te destroza la voluntad y
carcome tus pudores, pregúntate a ti misma si los territorios de tu cuerpo
donde marqué mis dominios resistirán sus fronteras sin mi boca humedeciendo el
sendero estremecido que va de tus dulces pezones al surco anhelante de tu sexo,
pregúntate a ti misma si tus labios sobrevivirán sin morirse de besos en los
míos, ni beber nuestras salivas sedientos de voluptuosas convergencias,
pregúntate a ti misma si serás la misma después que pierdas mi nombre y
disgregues mi voz, mis palabras, mis locuras de linyera enamorado, después que
yo abdique de tu reino de furias y me haya disuelto en los patéticos rostros de
los tristes payasos que vendrán a intentar vanamente la misma seducción que te
rindió a mis trágicas perversiones. Solo pregúntate a ti misma si de verdad
crees que lograrás mi olvido. Estoy en tu sangre, en tu sudor, en tu saliva, en
tu orina, en tus densidades más intimas, habito como un parásito incitante bajo
tu piel, en tu pelo y tus vellos, en los rincones y pliegues de tu cuerpo que
ni tu misma conoces, estoy dentro de tus ojos y en tus más escondidos
cromosomas, vivo tan en ti que respiro el aire que respiras sin solución de
continuidad, nada podrá evitar que cada día cuando enjabones tu cuerpo entero,
tus muslos, tu vientre, tus pechos, tu ombligo, tu mano sea siempre mi mano y
tu lo sentirás por el rubor que encenderá tus mejillas cuando yo rompa tu
recato y tu seas otra vez para mí virgen violada y meretriz encantada. Sábelo a
tiempo para que cuando te mires en tu espejo sepas que es tu sombra sin mí la
que te mira. Juega a creerte, miéntete que te será posible enterrarme en las
arenas de tu alma desierta, engañate para que puedas dormir sin rasguñar tus
brazos y tus piernas buscando al macho infame que te robó la quietud de tu
perra soledad de claustro, la tranquilidad que te mentías bajo las sabanas
desoladas entre que cerrabas los ojos y te dormías, envenena tu alma para que
cada vez que mires ese "río de sueñera y de barro" [ii] no me veas
como un fauno depravado navegando hacia ti en los camalotes tratando de
alcanzar tus muslos suaves, tus senos mullidos y tibios, tus pezones sensibles
y tu sexo anhelante, para violarte entre los pajonales y que tus grititos de
hembra espanten los sirirí cariblancos [iii], mismos que vi en mi norte hace
muchos años cuando te buscaba por el desierto equivocado.)
Notas.-
[i] “La candente mañana de febrero en que
Beatriz Viterbo murió, después de una imperiosa agonía que no se rebajó un solo
instante ni al sentimentalismo ni al miedo, noté que las carteleras de fierro
de la Plaza Constitución habían renovado no sé qué aviso de cigarrillos rubios;
el hecho me dolió, pues comprendí que el incesante y vasto universo ya se
apartaba de ella y que ese cambio era el primero de una serie infinita.
Cambiará el universo pero yo no, pensé con melancólica vanidad; alguna vez, lo
sé, mi vana devoción la había exasperado; muerta, yo podía consagrarme a su
memoria, sin esperanza, pero también sin humillación.” El Aleph, Jorge Luis
Borges
[ii] Fundación mítica de Buenos Aires. Jorge
Luis Borges
[iii] El sirirí cariblanco, sirirí de la pampa o yaguasa
careta (Dendrocygna viduata) es una especie de ave anseriforme de la familia
Anatidae.
SUEÑOS (Otros)
Sé que sentiste mis lamiditos por
tu cuerpo, buscando los sabores escondidos de la sal marina en sus más íntimos
rincones, en los valles y dunas, en el ombliguito y en las axilas, en la dulce
convergencia de tus muslos, en el edípico pliegue bajo tus pechos, en todos los
sitios donde estuvo ese maldito océano de olas y espumas que te poseyó entera,
no yo. Sé que sentiste mi beso mordido y furioso, como nos gustan, esos como
tus besos "mordidos, chupados, desesperados" tal como los míos,
porque así somos de sangrientos para morirnos embasados. Sé que sentiste un
lamido suavecito en el pezoncito izquierdo y supiste que era yo bebe macho
sediento y comunista. Sé que te sentiste “deseada "y" poseída por
obra y gracia de la palabra que socava tu recato, derrumba tus pudores, te
acorrala hembra contra el muro de tus escrúpulos, te violenta el verbo macho y
te seduce, te desnuda, te pene-tra, y sigues siendo virgen fiel pero pecadora
cuando tus manos resbalan por mi piel humedecida por el sudor del enero
nuestro, y me pierdes pero de vista cuando caracol me deslizo clandestino y
ansioso por debajo de tu blusa en la errancia infinita imposible de buscar tus
senos llenos y anidar entre ellos como un tigre en celo lamiendo las heridas
del desahogo, y mientras manoteas mi sombra yo manoseo tus pezones para que se
yergan como los medanos del desierto que vivo sin ti. Eso y por eso te mordería
esa colita divina como hambriento perro callejero, solo para después hacerle
cariñitos, darle besitos, lamiditos como un tierno perrito de salón, en esas
ricas curvas combas sinuosidades de mamuchi incitante, que si no fuera tan re
lejos te juro que iría a tu barrio en la orilla de río nada más que a pillarte
en la calle agarrarte por detrás y apretarme a tu colita con locura de lúdico sexópata
aunque después me encarcelen por intento de imprevista violación callejera,
porque me encantas con tu pose como desafiante, como de "aquí me tenís,
ven si te atrevís", ah! como saltaría del blanco al blanco saltándome el
negro como un alfil detrás de su Dama, como encoparía con mis manos morenas
esos pechos incitantes, como dejaría mi mano atrapada entre tus muslos, como me
emborracharía besando tu cuello hasta que cerraras los ojos y apretaras las
manos y dijeras calladita para que solo yo te escuche: "así, así morochito
mío!", sé que lo sueñas porque todo sueño debe contener su cuota de
esperanza, así como yo que creo con mi propia certeza que un día tocaré la rosa
del misterio y del deseo, la tocaré, besaré, lameré, y beberé en ella el sabor
que sueño.
lunes, 11 de febrero de 2013
SOLO SIENTE
Amada, ven, acércate a mi,
recuesta tu cabeza en mi hombro, déjame acariciar tu pelo como si estuvieras a
mi lado, dame tu boca para beber de ella la saliva dulce de mi hembra, quiero
morder tus labios con ternura, deslizar mi lengua húmeda por ellos, dibujar tus
labios con la puntita de mi lengua ávida de ti, quiero tocar la puntita de tu
nariz con la punta de mi nariz, déjame susúrrate en el oído, calladito... te
amo mi diosa esquiva, mi gatita furiosa, mi gatita sumisa, te amo mi potranca
chúcara... te amo... te amo y te deseo, te deseo y te amo como en un remolino
de sensaciones y urgencias, siente mis manos en tu carita, como acerco tu
rostro al mío y te beso, te beso intensamente, siente mis labios en los
tuyos... siente amada y mueve tu cuerpo buscando el mío, fluye hacia el abismo
de mis deseos, siente mi aliento en tu piel quemándote, fluyendo por tu piel
como una llama que te abrasa y quema así, mía, poseída por el macho que te
busca en los recodos de tus propios deseos de tus instintos, de tus sueños
ocultos, siente mis manos en tu pelo enredadas en el como en las algas de un
tibio mar infinito, siente como bajan por tu cuello, por la curva de tu cuello
y tus hombros, siente como mis brazos te atrapan en la voluptuosidad del Amar,
de la pasión que arde entre nosotros, que arde, quema, incendia sin medida ni
limites, siente mis brazos que te aprietan contra mí, siente mi cuerpo contra
el tuyo como hiedras vivas que se encuentran y se enredan una en la otra hasta
ser una sola, así amada, así te quiero, desnuda y pura compartiendo el lecho
donde te espero desnudo y puro, acércate así, desnuda, como una esclava ante su
Amo a la que su Amo espera también desnudo, ven a mi lecho, acurrúcate a mi
lado esclava deseada, doncella soñada, quiero tu virginidad, tu cuerpo puro, tu
alma sellada quiero que te rindas a mis ansias, sumisa y feliz.
SUEÑOS
Y estabas ahí y yo te espiaba
ansioso, excitado, erecto, y tú sabias que yo te miraba clandestino, oculto,
solapado, y yo esperaba tu cuerpo desnudo, tus pechos llenos, tus pezones
expuestos, tu piel entera con sus vellos, sus pliegues y curvas, su humedad
secreta, y tú sonreías coqueta sin ceder a mis deseos que intuías, y yo
forcejeaba el sueño para que te desvistieras pero tú voluntad se oponía con
dulce e incomprensible recato, y yo soñaba verte desnuda y tu soñabas que te
miraba, y llegó la madrugada en ese juego onírico y mi sueño y tu sueño se
fueron apagando con las primeras luces del alba.
IMPUDICO
“Machos en espera y hembras en reposo de instintos, esperando dulces
caricias al alma, son ciclos, son tiempos... Impúdico, quieres animarme. Estoy
en letargo... No digo que nunca, quizás en esos días de soledad infinita y
deseos... quizás”
Beatrice
Sí!, impúdico para ti, para
sacarte de ese marasmo, de ese letargo que te induce esa infinita soledad, esos
deseos que sientes imposibles!, para arrastrarte a este hoy y este aquí donde
no hay mas cielo ni más infierno que esta vida mísera plagada de
inconsumaciones, desesperanzas y desilusiones, y donde hay que vivir el ahora
simplemente porque "amanece, que no es poco"..., porque día vendrá en
el que te arrepientas de no haber vivido más de las pocas intensidades que se
te presentaron, de esas aguas que dejaste correr sin beberlas, de esos juegos
que un alguien con tu misma infinita soledad y los mismos deseos te propuso
desde su timidez de macho solitario.
DELICIAS DE LA LLUVIA
Delicias de la lluvia afuera
buscándonos, de tu mano y de tu lengua lamiendo mi virilidad erecta, ansiosa
buscando pene/trar en la lluvia de tu sexo ardiendo, en su fuego abrasador, en
su sensual/sexual succión de vórtice inclemente, delicias de sentir poseerte
allá donde estés urgida de los mismos deseos que me urgen y desesperan, urgencias,
delicias del vaho caliente de tu aliento en mi falo endurecido por tu lengua
lamedora, delicias de mi pene embebido de tu saliva quemante, delicias de tu
boca mamando mi verga en succionante paraíso, delicias de la intensa felación
de la lluvia mientras mi densa eyaculación escurre lenta por tus labios
sedientos. Ah! Paraíso!
YO NO ESPERO
Yo no espero, yo acecho, asedio,
acoso, desde mis sombras y mis silencios, mimetizado en juegos y fuegos,
rastrero y cobarde no enfrento, me oculto en una trampa de sin palabras, desde
lejos, tímido, ajeno, ausente casi, yo miro por los intersticios y las grietas
que dejan tus suspiros o tus susurros. Yo navego en tus sueños, agazapado entre
tus sabanas, hirviendo de ti pero en un callando y sin tocarte. Yo no espero
más de ti que lo que tú quieras darme como si te lo robara, lo que sea tu
voluntad embaucada por mi secreta voluntad de macho envuelto en mis deseos de ti.
Yo no espero tu cuerpo, tu boca, tus manos o tus ojos o tu pecho desnudo con
que reinas mis ansias, no!, yo solo confío en que lo que ha de ser será.
sábado, 9 de febrero de 2013
CASTIGO
Quizá mereces un castigo por
dudar de mis deseos, no de mi amor que es paloma asustada en vuelo perenne,
sino de mis ansias de entrar en ti hasta el grito, el sudor, y el orgasmo. Un
castigo que sonroje tus nalgas de niña mala, de hembra enviciada, de mujer
sometida, un castigo por imaginarme embebido en otras miradas que he
extraviado, por asumir que te escribo porque no te pienso, ni digo mis deseos
porque bebo de otras aguas tibias y densas que escurren de otras flores
florecidas en otros pubis. Castigo por no sentir el fuego de mi voz susurrando
en tus pezones, un castigo para sodomizar tu soberbia y abrir las tranqueras a
tus palabras salvajes y a tus arrullos edípicos, y para que así tu boca sorba
mis sudores y mi semen mientras mamas mi verga endurecida. Quizá necesitas un
castigo para que siempre sientas mi mano en tu pubis, mi dedo en tu clítoris, y
allá en tus pechos mis dientes castigando tus pezones. Necesitas un sádico
castigo por pensar que no te pienso. Un castigo masoquista que te lleve entre
dolor y goce a los purgatorios orgásmicos donde todo vicio es castigado. Quizá
requieres un escarmiento hasta que te muerdas la lengua que me lame sin saber
si te castigo por sucios deseos o por desesperación de amor. Vale.
ME SOÑE
"déjame que me calle con el silencio tuyo"
Poema 15. Pablo Neruda.
Me soñé toda la noche lamiendo de
tu cuerpo la sal de ese mar imposible, sorbiendo con la puntita de mi legua
cada gotita del rocío marino que inundaba tus poros, recorrí toda entera tu
piel desnuda allí bajo las sabanas como un caracol clandestino y sediento,
relamí la sal del sudor de cada rincón, cada pliegue, cada valle, duna,
sinuosidad y vórtice de los arduos territorios de tu carne ardiendo, bebí bebe
macho de tus pezones, lamí niño macho el sendero que va de tu tibio entresenos
hasta la sagrada sensibilidad de tu clítoris, me hundí lobo macho en tu sexo
buscando el orgasmo, el grito, la desesperación del éxtasis del goce, y soñé
nuestra laxa cercanía de besos mientras el sol amanecía sonriendo en tu
silencioso horizonte marino. Eso me soñé, y te bebí sorbo a sorbo, y ebrio de
tu saliva y el champagne fui bordeando tu boca de besos, y fui fluyendo
derramado en besos achampañados por tu escote, bajando por tu ombligo hasta tu
vientre y escurrí borracho de tu piel y tu sabor hasta ese vórtice donde
convergen todos los paraísos, y ahí dormí macho embriagado de ti hasta que
amaneció el primer día de este nuevo año nuestro. Eso me soñé, por eso estoy en
esos secretos juegos nocturnos de tu ardiente insomnio, en la oscuridad densa
donde mis manos te acarician poseen como oleaje espuma arena, con la sexualidad
evanescente de las yemas de mis dedos invadiendo tu piel bajo las sabanas, te
espió con los ojos del espejo mientras te desnudas y me piensas sientes, y te
exhibes coqueta y desnuda en el azogue sabiendo que yo rondo en celo por ese
voluptuoso cristal, y después soy agua esponja jabón por donde me lleve tu mano
en su itinerario sensual poseída por el demonio del deseo de mí, y voy frotando
la intensidad de tus pechos, de tu vientre, de tu sexo, de tu carne viva. Y te
soñé con tu silencio de mármol impuro escondido en la arenas soleadas donde tu
cuerpo mío se dibuja en sombra o en dulces bajorrelieves, con tu ausencia de
albatros que agrieta y derrumba los muros de mi oscuro castillo desolado, con
tu vagancia marina allá en un océano de oleajes antiguos donde los tristes
vigías de mis barcos extraviados te miran desde lejanías imposibles, allí entre
esos tumultos de gentes y arenas y aguas saladas que te ven y te tocan, no yo.
Y te soñé con arrebato de naufrago porque te me vas, te me escapas como siempre
inalcanzable, porque me dejas tirado en medio del lodazal de tu ausencia,
abrumado de tu silencio, atrapado en tu recuerdo de hembra deseada ah! maldita!
¿Como diablos te ubico si solo conozco la topografía incesante de tu escote
insistente? Eso.
ANOCHE... DESPUES... EL INSOMNIO
“…lograste que te sienta hasta casi llegar un orgasmo, humedeces mis
prendas íntimas,…”
Beatrice
Tu voz, tu rostro, tus pechos
bajo la blusa, tus hermosas manos con esas sensuales uñas largas y pintadas en
rosado eterno, tu pelo suelto ensortijado, me arrastraron hacia las arenas del
insomnio, la noche se hizo larga, calurosa, llena de una excitación
incontenible y te fui soñando y me fui erectando, escondido detrás de la puerta
de tu sueño, y te espié en el silencio impúdico de tu dormitorio, sola, solo
para mí, escudriñé tu cuerpo desnudo, lo fui imaginando fragmento a fragmento,
poro a poro, con sus aromas, vellos, humedades y sabores, en caricias que te
tocan sin tocarte y besos que apenas rozan tus labios y lamidos que solo palpan
con la puntita de mi lengua tus pezones inquietantes y tu clítoris sensible, te
aceché oculto en el espejo, en los cortinajes, en los pequeños rincones donde
la luz no llega, detrás de las redomas de los perfumes que impregnan tu piel de
día y destilan mis deseos de noche, y ahí estaba tu cuerpo imaginado en
detalles escabrosos, tu cuerpo voluptuoso de hembra entera, para mi ojos y mis
deseos, para mi cuerpo de macho excitado, duro, erecto, punzante, ahí estabas
ante mí, exhibicionista y deseable porque sabías que yo te miraba furtivo
hirviendo en el fuego de tu desnudez obscena, desvergonzada, provocativa y
lujuriosa y alentaste aun más mi sórdido onanismo que presentías hasta que
sentiste en tu propio cuerpo libidinoso el estremecimiento de mi caliente y
derramada eyaculación.
ARDIENTE HOMENAJE FINAL
Tu mama, su pezón y su aureola,
imago que abre mis pervertidos laberintos construidos en ese limite lejano
entre la infancia y mis soledades de adolescente, te definen mujer, madre,
amiga, amante, y por tanto te declara recatada, femenina, sutil, tierna,
decididamente dulce dama de parques florecidos y lánguidos atardeceres. Allí mi
boca besa con leves besos el botoncito edípico y mis manos encopan con suavidad
de ternura la plena y dulce curvatura de la inalcanzable e intocable Yocasta.
Tu pecho, su pequeña protuberancia y su halo impúdico, trampa de ancestrales
excitaciones, causa incitante de búsquedas y ansias y deseos de mi boca
sedienta que lame y succiona en densos, erectos y húmedos sueños donde
derrotada la Esfinge de Tebas consumamos un mitológico incesto. Y serás sensual
o sexual de acuerdo con mi voz de niño o macho; obscena, lujuriosa y lubrica a
la hora del último vino, y desvergonzada, atrevida y pecadora hacia la mitad de
la noche. Tu rica teta llena, su obsceno botón durito y sensible, y su círculo
carnal que mi lengua recorre aprendiendo su textura, incestuosa imagen que mi
boca que muerde, chupa, mama con locura onanista según mis deseos más ardientes
y mis placeres más oscuros, entonces eres dueña de mis fantasías más
recurrentes y en ellas hembra voluptuosa, impúdica meretriz, perfumada
cortesana. Eres la del seno desnudo como reina egipcia, la que atrapa con la
red de su piel a la vista, la de dulce botón por besar, y soberbia soberana de
los territorios donde florece mi lascivia.
SINFONIA SEXOVIRTUAL
Obertura. Soy tu demonio, no
temas, acércate, deja que tu dulce calma me envuelva, me apacigüe, no te me
niegues, no te resistas, no temas, solo soy una creación tuya y mi maldad es la
misma que deseas sobre ti. Adagio. Y ahora te poseeré a través de mis palabras,
solo déjate fluir y te iré poseyendo, toca mi erección, es por ti, mientras yo
acaricio tus pechos delicadamente, rozando tus pezones con mis labios, (siento
tu mano hurgando en mi entrepiernas), te saco el brassiere y tomo tus pechos
con mis manos ardientes, beso y beso tus pezones, los succiono para que se
eructen, te saco las bragas dejando tu sexo desnudo a mis deseos, acerco mi
rostro a tu pubis y huelo con intensidad tu perfume sexual, mi nariz hurga
entre tu sexo abriéndolo como una flor impúdica y mi lengua busca el botoncito
delicioso y se envicia en el, en tu clítoris sensible, lo toca, lo lame, lo
succiona, bebo de tus jugos íntimos, (siento tu boca en mi miembro), y entonces
inicio la penetración lentamente, sintiendo cada milímetro de tu sexo húmedo y
caliente, penetro y penetro, con desesperante suavidad... y de pronto lo empujo
como un macho en celo, te cabalgo desesperado, tu te quejas, gritas suavecito y
entonces siento los latidos de tu sexo, la premonición de tu orgasmo y hundo mi
verga en ti con toda la pasión acumulada en mis instintos y eyaculo en ti con
un grito! y tu sientes como te inundo de mi lava ardiente y te sientes poseída
y mía, y sigo cabalgándote hasta el borde del dolor. Andante. Y entonces me
detengo y te abrazo y busco tus labios y me muero en ellos besándote...
Acaricio tu pelo con ternura, toco tu rostro con amor me miro en tus ojos y te
beso suavecito, apenas rozando los labios, mi lengua los recorre con la ternura
del solitario, con toda la ternura posible, como un naufrago... la noche esta
cayendo sobre nosotros... pero esta noche es distinta porque hemos tocado un
sueño. Scherzo. Me gusta tu piel, me envicias con tu boca, pero sabemos que
todo esto "jamás será" y eso es lo mágico; sabernos imposibles a
pesar de sentirnos con más intensidad que lo real. Allegro. He tomado posesión
de ti, poseo una nada y me gusta poseerla, ya nadie podrá tocarte como yo,
entrar en tus laberintos como yo lo he hecho Poseerte a fuerza de palabras.
Fínale. Alcanzo a sentir tus ansias... ya es noche... debo salir a buscar donde
saciar mis perversiones... tú me sentirás apegado a tu cuerpo y tus dedos
buscaran tu orgasmo como si fueran los míos, solo déjalos que busquen en ti, y
eso mismo haré yo, nos poseeremos a través de otros seres y ese será el secreto
que selle nuestro encuentro, porque ya no eres una más...
TE ME VIENES
Se me viene tu recuerdo, tu
imagen, tu sabor intenso de perfumes y piel, se me viene como un oleaje desde
el centro esencial de la noche y yo en su borde esperando, urdiendo de a
poquito tu cuerpo, incrustando en la visión de las penumbras tu cabello
ensortijado, tu rostro de mujer hembra amante, tus brazos ansiosos, tus pechos
plenos con sus pezones intranquilos, tu torso y tu vientre, tus muslos suaves,
tus piernas acariciables, tu entero cuerpo instando, excitando, insinuando
placeres de piel contra piel, de sudores perlando, de humedades intimas que
fluyen o se derraman o escurren, de bocas buscando, de lenguas trabadas en una
danza procaz donde florecen las impudicias que se han callado a la espera de la
nocturna primavera. Pero no es desnuda que te me vienes en la orilla insómnica
de la noche entre las sabanas quemantes en sus roces fálicos, no, te me
apareces semidesnuda, como vestida de una timidez virginal que abruma en su
dulce sensualidad contenida, y me vuelvo niño en ese vaho de ti que se esparce
por el lecho que quema con las primeras brasas de una solitaria adolescencia
donde ya buscaba tu recuerdo aun sin imagen y si saber de tu sabor intenso de
perfumes y piel.
ANOCHE
Y anoche fui agua sobre tu
cuerpo, fui las infinitas lenguas que te lamían escurriendo por los rincones
más sensibles de tu cuerpo entregado a la caricia suave de ese liquido vivo,
fui agua sedienta bebiendo tu sudor, disolviendo en mí la sal de tu piel
acalorada, fui agua obscena deslizando su impudicia por tus pechos como un
manto de pétalos, fui cada gota que se detuvo por un instante en cada uno de
tus pezones y salto al abismo hasta besar allá abajo tus pies, fui agua
transparente cayendo hacia tu pubis, surcándolo como cascada ansiosa y allí fui
erosionando, pene/trando, hurgando, irrumpiendo en ti como una vertiente de
fuego, bebí tus fluidos y fui agua embriagada de ti, te ahogué en mojados besos
íntimos y húmedas caricias furtivas, te abrumé de deseos oscuros y pasiones
perversas, cruzamos los limites del sexo, más allá de las fronteras de lo
físico en un éxtasis primordial, y fui agua fálica fluyendo e hirviendo en cada
una de las concavidades y convexidades de tu cuerpo rendido. Hembra, mía y
deseada, lo supe, lo intuí, lo sentí, lo imagine y lo poseí…, tu cuerpo
mojado/lamido por mi lengua en aguas y espumas, sentí esa pene/tración
deslizante, suave, lenta, profunda, sentí tu entrega sedienta, y me sentí
hundido en tu sueño apretado contra tu cuerpo, me sentí ahí entre tus pechos
mullidos, mamando tus pezones duritos, pene/trando el paraíso succionante que
guarda tu pubis perfumado y besando tu boca de largos besos, sentí las caricias
de la madrugada mientras me iba difuminando contra los cortinajes de tu dormitorio.
A ti te avergüenza dejarte llevar por tus impulsos, pues te aviso que así es
cuando más me seduces, más me inquietas, más me envuelves en tu perfume y tu
piel, ahí te siento mía, poseída y atrapada en mis dulces redes de pescador
nocturno.
SOBRE EL LECHO
Así me pensarás ahí en la orilla
cenagosa de la noche, en el hervidero de deseos que bullen sobre y bajo las
sabanas del desconsuelo, desnuda ardiente ansiosa de unas manos que en
delicadas artes de fauno depravado de nueva apariencia y otra vigencia a la
greda dormida de tu carne. Tus pechos llenos esperarán esas manos para que se
hundan en su plenitud en caricias de macho niño buscando los pezones erguidos,
o el roce tímido de unos labios en su erecta sensibilidad. Derramado tu pelo
sobre el lecho mustio aguardando enredarse en la ternura de los dedos que
volverán de las caricias de tu rostro con la pasión incandescente en sus yemas
sigilosas. Toda tu piel desnuda pálida expuesta en su languidez de acecho de
fiera hambrienta como una estatua que guarda en sus sinuosidades las
hechicerías viciosas que convergen en tu sexo oloroso a ti, a tu intimidad
pene/trada por las visiones febriles de un macho obsesivo que te persigue y
embauca desde la otra orilla de la misma noche. Apetitos en su consagración en
medio del tremedal de las perfectas locuras, silencios inusitados que se
deslizan por concavidades y convexidades en una exploración lujuriosa en busca
de tu clítoris imaginado hasta el áspero clímax y la densa eyaculación.
ESPERAME
Te aviso en este atardecer lejano
que hacia la noche visitaré tu lecho tibio para saciarme de tus besos, de tus
fluidos, de tu piel, de tu olor de hembra abierta como una flor cuajada en su
perfume. Casandra, soñada y amada, iré entonces desde mi noche hacia tu noche,
hacia ti Reina de mis Deseos Ocultos, y en esta noche nuestra estaré a tu lado
como en un sueño, espérame con todos tus instintos a flor de piel, con todos
tus anhelos carnales abiertos como una corola de rosados pétalos ardientes, con
tus pezones de hembra plena erguidos y ansiosos de mis labios, con tu pubis
latiendo y esperando mi nariz curiosa, mis dedos eróticos, mi lengua punzante,
mi ídolo endurecido que te penetrará hasta tus más íntimos rincones de mujer
enceguecida por los deseos de entrega, de rendición de húmeda hembra
hambrienta. Espérame toda desnuda, solo cubierta con la sabana, para que al
llegar vea el dibujo de tu cuerpo bajo esa tenue tela, vea tus colinas y valles
sexuales, tus pechos sobresaliendo como cumbres por vencer, tu vientre como un
dulce territorio a recorrer con las caricias de mis manos, tu pubis como una
pequeña selva olorosa donde mis labios buscaran y beberán los líquidos del sexo
como una lobo sediento y en celo en plena luna llena. Iré hacia ti, hacia tu
lecho tibio, hacia tu cuerpo desnudo, hacia tus ansias de amor-dolor-placer,
hacia esos pechos que esperan mis labios para entregarse rendidos ofreciendo
sus pezones sensibles, hacia tu boca que se deshace en dulce saliva esperando
mi boca, hacia ese capullo que escondes entre tus piernas suaves, hacia ese
nido mullido de tu sexo, porque entre tus vellos perfumados de ti pacerá este
potro solitario que cabalga desesperado buscando tu calor hasta la lejana isla
de tu alma. Y estaré toda la noche a tu lado y serás mía como nunca has sido de
nadie, y después del goce, mientras acaricio tu hermoso y largo pelo, me
hablaras de tus sueños, de tus esperanzas, de tus temores, de tu amor, de tus
deseos, y yo me hundiré en la profundidad de tus ojos ebrio de ti. Y borraré de
tu alma el mundo agresivo, frío, ajeno, donde eres una niña solitaria,
asustada, sin entender que sentido tiene esta vida de ausencias, de desamparos,
se abrirá mi corazón para cobijarte, para darte mi ternura varonil, para que
sientas en tus mejillas mi pecho, y apoyes tu rostro en mi, y te escondas en
mi, que sientas que en mi hay alguien que te ama y necesita, así tal como eres,
deseo que me sientas tan tuyo como nadie, que sepas que posees mi amor con toda
la intensidad de un viejo macho que sabe de soledades tanto como tú, eso deseo,
eso quiero regalarte esta noche que iré hacia ti. Espérame con un beso de amor
más allá de lo físico, de alma a alma, un beso que te haga ser para siempre
dueña de mis locos vuelos extraviados y de mis locos deseos contenidos.
INCESTUS
Apareados, en el verbo que se
siente y se escribe, en la visión que se piensa y se imagina, apareados con el
intenso erotismo de esa palabra que hasta ahora nunca la había sentido con toda
su intensidad animal, salvaje, primitiva. Como no amarte y desearte si ya te me
vas haciendo única en cada cosa que tocas y vas borrando otros nombres y sus
retratos. Ayer estuve todo el día entre tus pechos y las horas se me pasaron
felices oliendo tu perfume, jugando con tu pelo ensortijado, dándote besitos
tiernos, jugando con mis manos en tus muslos como un bebe juguetón que sabe
abrir las puertas de tus sentimientos y de tus ternuras. Pero cuidado, has
despertado mis atávicos instintos incestuosos, no juegues con ese fuego que de
ahí deben surgir todos mis dramas de afecto, de amor, de pertenencia y de
infidelidad. Arrurrurrame otra vez contra la tibieza dulce y tierna de tu
cuerpo para volver al sereno útero materno, al jardín de mi infancia con sus
dalias y sus azucenas, revuélveme el pelo con mano maternal, dame esos besitos
prohibidos que guardabas desde antes de mí para mí. Quiero seguir y seguir
apapachado, mamacita, ahí entre tus pechos incestuosos, ahí, en ti, hundido en
las dunas de tu cuerpo deseado imaginado esperado, como un niño que no quiere
ir al mundo y quedarse para siempre en ese perfumado cuenco edípico. En tu
cuerpo sagrado de madre deseada mecido por tus ardientes deseos, embebido de tu
saliva y de tus jugos sexuales, succionando tus ardores desde la ternura de la
sensualidad de tus amplios senos que sueño y sueño mientras mi lengua anida en
tu ombliguito cosquilloso, se fuga hacia el ese sur púbico siguiendo tu aroma
de hembra en celo hasta hurgar en tu sexo con desesperación de lobo y alcanzar
el G de gemidos, de gustito, de geniceo, de genital y de goce interminable. Yo
quisiera ser otra vez el pequeño embrión escondido en el vientre de mi santa madre,
nadando en la tibieza materna como en el perdido paraíso. Quiero tu boca en mi,
tu boca lamiendo, mamando, sorbiendo, tu mano jugando con las piel mas sensible
de mi cuerpo estremecido por tus juegos del crecimiento viril de este niño
macho tuyo, y yo haciéndome el dormido para ti y tus juegos de placenteros
abusos, libre y sin pudor porque yo duermo y tu sabes que no duermo, pero ambos
jugamos el mismo juego ahora con esa verdad secreta y compartida, yo siendo
tuyo como tú lo quieres hasta el borde mismo de la fidelidad que puede prometer
un maldito infiel, y tú sabiendo en la profundidad de tu ser de madre amante
incestuosa que soy más tuyo que si hubiera nacido de tu vientre que deseo hasta
el dolor.
BAILAMOS
(Reescritura. Versión para
nosotros)
Abrí silenciosamente la puerta de
tu dormitorio, y te vi ahí sola en tu lecho, dormida o haciendo como que
dormía, esperándome en el sueño o en el entresueño pues sabía que esa noche
iría hacía ti, me acerqué envuelto en el
mismo silencio, me deslicé en el lecho y comencé a acariciarte dulcemente. Me
gusta tu cuerpo, lo sabes, tu largo pelo perfumado, tus palomas tibias con sus
tetes sensibles, tu cuerpo amplio de deliciosa blandura carnal, tu nido oloroso
a íntimos deseos, tus uñas cuidadas y tu boca besable hasta el vicio, a lo
lejos se escuchaba una música suave y romántica, eran lentos boleros que
invitaban a consumar el Amar, mientras acariciaba la sinuosidad de tus caderas
te iba susurrando el bolero que se oía desde afuera de nuestra noche, era “Tú me acostumbraste” (Tú me acostumbraste a
todas esas cosas, y tú me enseñaste que son maravillosas. Sutil llegaste a mí
como una tentación llenando de ansiedad mi corazón. Yo no comprendía cómo se
quería en tu mundo raro y por ti aprendí.), y tú estabas quietecita jugando a
hacerte la princesa dormida y yo fauno enamorado te besaba tus orejitas con
toda mi ternura acumulada, entonces te abrace y comenzamos a movernos muy
suavemente en un danzar lento y lánguido como la musiquilla del bolero, sin
decirnos palabra poco a poco nuestros cuerpos se iban uniendo piel a piel
separados solo por la delgada tela de tu camisola, yo notaba tus palomas
rozando mi pecho, sentía la blandura sensual de tus pechos y la tierna dureza
de tus pezones, me iba motivando poco a poco, yo hacia fuerza para apretarte
más hacia mí y tu consentías entregada y rendida en tu juego del dormir. Intuí
que te gustaba y que te sentías a gusto, notaba de tu respiración en mi boca y
el vaho de tu aliento tibio me enloquecía porque iba mezclado con un toque de
perfume que me embrujaba. Seguíamos danzando como un nudo ondulante en las
brasas del lecho, entonces acerque mi mejilla a la tuya y aceptaste el roce, me
sentía en la gloria, mi miembro viril estaba duro a punto de estallar, me
habías incendiado con tu fuego de potranca en celo, al notarlo apretaste tu
húmedo nido a mi erecto falo. Te dije al oído las cosas quemantes que se dicen
los amantes en sus juegos, jugando a estar dormida no me contestaste pero yo
supe por el leve estremecimiento de tu cuerpo que es o te gustaba. El bolero
allá afuera acabó, pero nos quedamos quietos esperando. Al momento sonó
“Júrame” (Todos dicen que es mentira que te quiero porque nunca me habían visto
enamorado. yo te juro que yo mismo no comprendo el por qué tu mirar me ha
cautivado. Cuando estoy cerca de ti ya estoy contento, no quisiera que de nadie
te acordaras, tengo celos hasta del pensamiento que pueda recordarte a otra
persona amada.) y comenzamos de nuevo esa danza incesante, entonces pasaste tus
brazos hacia atrás abrazándome por la espalda, yo te tomé de la cintura con mis
dos manos y te apreté hacia mí desesperado, los dos callados, nuestra
respiración era murmullos inaudibles y densos suspiros, estábamos ardiendo,
nuestros cuerpos estaban unidos y nuestros sexos fundidos. Yo te dije que me
encandilaba el roce de tus pechos y tú asentiste con un leve movimiento de
cabeza. Entonces mientras la punta de mi verga punzaba tu vulva a través de la
delicada tela mojada, vertí ahí mismo mi néctar de macho enamorado y al mismo
tiempo metí mi pierna entre las tuyas y seguimos danzando intensamente sin
apenas respirar. Noté como tu respiración se entrecortaba y tu aliento quemaba;
al poco rato y casi al terminar la música, sentí como me apretabas hacia ti
fuertemente y un estremecimiento intenso inundó tu cuerpo amado, entonces supe
que te habías alcanzado el orgasmo cuando sentiste mi pene rozando tu sexo
derramado, acabamos la danza lentamente, callados pero saciados. Te tomé de la
mano y te acompañé hasta que te venció el sueño verdadero, te di dos besos en
las mejillas y me despedí de ti en
silencio. Me fui con el sabor de tu boca, oliendo a ti, y tarareando
suavecito el “Sabor a mí” (Pasarán más de mil años, muchos más, yo no sé si
tenga amor la eternidad, pero allá tal como aquí, en la boca llevarás, sabor a
mí.).
BESOS
(Erótica recopilación poética)
Busco tu piel para encenderme en
ella, tu boca de besos, tus manos acariciantes, tu cuerpo, para hacer de el la
leña que me queme. Mi despertar es contigo, a tu lado, ambos entre las sabanas
tibias por nuestros cuerpos, ah!! paraíso!, miro tu tete como un hijo
incestuoso, con deseos de chuparlo, de mamarlo como un bebe, sintiendo su
tibieza maternal y a la vez su fuego de hembra, y soy tu hijo entre tus pechos,
el hijo que te desea, el que succiona tus tetes con la desesperación del goce
intimo y secreto, de esa unión física que nace de la profundidad de los
instintos, eres mi amada-amante-madre-potranca porque en ti encontré todo lo
que necesito. Y te beso con un beso húmedo, apretado, los labios trabados
mientras la lenguas fluyen en una danza secreta, tus palomas punzando mi pecho,
mi ídolo punzando tu vientre, las manos entregadas a un juego de caricias
voluptuosas, intimas, intensas, recorriendo nuestros cuerpos atrapados en el
ritual del Amar. Y te amo, te pienso, te necesito, te imagino, te busco, te
miro, te poseo y te deseo, siente mis manos acariciando tu cuerpo, y mi boca
besando tu boca, y mi alma buscando tu alma, y mi ídolo buscando tu nido. Soy
tuyo amada doncella y ansiada esclava, siénteme lamiendo cada rincón de tu
cuerpo, estremécete mientras mi lengua va escribiendo "te amo" en tu
cuello, detrás de tus orejas, entre tus pechos, alrededor de tu ombligo, entre
tu nido y tu florcita sureña, detrás de tus rodillas, en tus axilas... en esos
rincones donde más eres mía. Y beso tu mejilla derecha, para dejar en ella la
marca a fuego del Amar de tu potro, de tu macho, de tu amante, de tu hijo
incestuoso, de tu amado Amo y Señor. Déjame besarte para sentir tu rostro acá a
mi lado tu tibieza de mujer y tu perfume de hembra, para sentir tus latidos
golpeando contra los míos, en el yunque tálamo del lecho donde nos consumamos
consumidos, arduos y quemándonos de Amar, de los deseos, de tus fauces
hambrientas de mi y de mis furias voluptuosas de potro macho. Déjame
acurrucarte en mis brazos y te perseguiré otra vez a lo largo de los días
porque tu imagen mantienen mi fuego vivo, altas llamaradas, brasas ardientes
que me queman la piel, eres tu en los espejos, en tu lecho, en mi memoria
desesperada de ti. Cuida mis palomas, mis tetes, mi nido oloroso a ti, a la
hembra que deseo. El crepúsculo ocultó tu rostro amado, el silencio invadió la
tarde y la ha llevado hacia la noche con tu ausencia desgranándose con la
lentitud de la pena, pero estaré ahí, en tu nuevo lecho, rozando tu piel con
mis dedos. Y te doy el beso nocturno, ya en la tranquilidad de la noche, solos,
juntos, dejando fluir el Amar y sus secretos encantos, un beso húmedo en tus
tetes, para despertarlos, para incitarlos a hundirse en mi boca hambrienta de
ti, un beso con mordisquitos tiernos, un beso que sientas mas adentro de la
piel, que te encienda el fuego e ilumine tus deseos, y yo allí, a tu lado
siempre, susurrándote "te amo" hasta que entres en el sueño y vengas,
desnuda, deseosa, a mi lecho tibio que te espera, estoy ahí, a tu lado,
entibiado en ti...!
DESATOS EN EL BALCON
Y hay algo que me falta, y hay un
silencio, una ausencia, no sé, a veces la casa se llena de fantasma alegres y
no puedo encontrar el rincón donde solito pensarte, desearte y sentir esa
lengua tuya deliciosa lamiendo los recovecos de mi piel ansiosa, y sueño
arrinconado por cualquier esquina que te encuentro y someto mientras miras
desde el balcón buscándome en tu horizonte sin mí, y yo sigiloso perverso te
pene/tro por la espalda y tú indefensa te me rindes a mi dura/erecta presencia
ardiente, quemándote por dentro y me respondes con esos movimientos que sabes
que me enloquecen y te muerdo despiadado hasta hacerte gritar de dolor/placer
para que se te quede hasta el eterno la cicatriz en tu cuerpo trémulo del calor
de mi lavas escurriendo por tus piernas, y te vas quedando quietecita a
contraluz del crepúsculo lunar, y tus nalgas de hembra en celo se apegan mis
ingles y se mueven hacia atrás y hacia delante, en inquietantes zigzag, en
círculos concéntricos, en locas espirales retorciendo el roce de mi verga en el
surco de tus ancas suaves y veleidosas mientras yo entro, encuentro, pene/tro,
y allá arriba de voy besando el detrás de tu cuello con mi nariz y mi boca
enredadas en tu pelo ensortijado, y te sigo besando por tu espalda siguiendo
tus aromas y sabores, bajando lento y húmedo hasta la coqueta concavidad que
limita la convexidad de tu trasero de yegüita fina de pastos tiernos, y beso
entero lo cóncavo/convexo de tu cuerpo esperando que lo abotone en una
perturbadora copula animal, pero yo sigo en besos húmedos buscando hacia abajo
del bajo y beso las curvidades de tus pompas de hembra plena y ofrecida, y beso
en surcos el surco entre ellas y hundo por entre ahí mis besos siempre
buscando/hurgando hasta que entro/encuentro la florcita anal que ya late
hambrienta de mis besos y de mi lengua fálica y me quedo clavado/hundido de
besos y lamo y saboreo incesante, impertinente, insaciable porque te pienso y
me piensas, y hemos desatado los deseos dejándonos consumir por esas llamas
ocultas, incendiados de todos los fuegos que surgen del volcán de nuestras
fantasías que te susurro en sucias palabras al oído detrás de ti en ti,
acoplados/machihembrados como hambrientas bestias desatadas, unidos finalmente
por mi verga en tu flor del sur, mi manos/garras en tus caderas y mi erección entrando/pene/trando
en tu cuerpo esperando que grites mi nombre en el desamparo de nuestra desatada
perversión. Vale.
JUEGOS
Juegos de soledad, juegos de lluvias
allá donde ti, juegos de píensame y suéñame, lúdicos intentos de tocarte, de
rozar tu cuerpo estremecido por la lluvia, por el sueño donde te habito, por la
soledad que nos habita, juegos de piel desnuda, de intensidades carnales, de
fantasías que van a romper contra los espejos, de imaginaciones calladitas que
vamos urdiendo en los rincones, en los silencios en medio de la casa, juegos de
búsquedas e irreverencias, del amor que se mete debajo de los muebles y duerme
como oculta crisálida y emerge en los días de lluvia y de soledad convertido en
mariposa que roza la piel y la incendia, juegos de ti y de mi como niños
desnudos antes del pecado, juegos de hembra y macho copulando por los cuartos
vacíos, bajo la misma noche con lluvia, con soledad, juegos de tus ojos
escarbando mi cuerpo impúdico como ayer los míos escarbaron tu pecho desnudo y
su pezón ofrecido, ludicidades de la hora del tú allá y yo acá desnudo
buscándote mientras tú me buscas en las manchas de los muros que dibuja la
lluvia, en las lámparas apagadas, en el cristal que te refleja, juegos de
adultos niños, de amantes perversos e infieles, de hombre solo y mujer sola en
medio de las gentes y las voces que no escuchamos pues jugamos estos juegos de
pensar y soñar con besos y sin besos, con la caricia suspendida, con la piel
ardiendo en el fuego de estos juegos, juegos lúdicos e impúdicos, de pura piel,
de deseos, de ansias de tocar, lamer, abrir, hundir, pene/trar hasta donde los
juegos se inflaman en furiosas llamas onanistas, juegos de desahogos y
masturbaciones con los ojos cerrados pensando y soñando una lluvia tibia
escurriendo sobre ese seno provocativo, con el sabor secreto y el tacto
imposible de ese pezón que se incrustó en la obsesión de los juegos, mientras
juego solo y desnudo por la casa para ver si te encuentro escondida en los
cojines, detrás de las puertas o de los cristales de las ventanas que no poseen
la lluvia pero si la soledad de estos juegos, y deambulo jugando solo como
huérfano edípico pensando y soñando que juego contigo y que tú allá con tu
lluvia piensas y sueñas que juegas conmigo estos juegos que nos unen en una
epifanía insensata pero maravillosa donde estamos en el mismo sueño, en el
mismo juego, en el mismo instante y en el mismo lugar jugando estos juegos de soledad
y de lluvias. Vale.
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