Se niega pudorosa recatada
temerosa, se esconde oculta en un continuo sin rostro, ni baño ni espejo ni
pelitos púbicos asomando, ni dormido pezón sorpresivo, se vela en las
penumbras, en extrañas imágenes intraducibles a los depravados lenguajes
eróticos del sátiro fauno que la cela y acecha en el breve cristal de la lente,
se reprime quizá, se excita en la segura distancia detrás del rectángulo de óxido
de indio y estaño, ese vidrio cómplice que la exhibe como si no fuera ella. Pero
se expone en sangriento rojo satinado, en un triangulo perlescente de púbico
carnaval, escarlata bikini provocante, vulva oculta, pubis mullido, muslos
desnudos y piernas cruzadas, el interior suave del muslo se eleva inquietante,
voluptuoso, soberano en su delicada sensualidad que se besó lamió ensalivó en
las tardes que huían hacia el crepúsculo en los altos deseos del castillo, la
manchita lunar arriba como una luna lunera cascabelera y lejos alejándose sobre
la blanca sábana la pantorrilla y el pie de uñitas pintadas, las carnes pálida
en su excitante impudicia, el silencioso exhibicionismo de la iridiscencia
bermeja que anida entre sus piernas muy juntas en masturbatoria actitud de
avergonzada conventual, furioso bermellón esplendente que deslumbra en lo que
encubre, ese olor de hembra, ese sabor misterioso e indefinible que envicia
boca labios lengua sin nunca llegar al hartazgo. Se niega pero se muestra
coqueta y desafiante en una sola imagen para no hastiar al erecto tenso macho
hambriento, sin oír la vox populi, egoísta
malamiga, sin respetar el bíblico Eclesiastés me va dejando hambriento mañanero
en su soberbia o timidez de musa no misericordiosa.
martes, 30 de septiembre de 2014
MONOLOGO INVERBAL
“...la cosa más importante que saca de su boca no es su lengua, sino
los sonidos que hace con ella...” Anónima Virtual.
Instrucción previa.- Para su
comprensión plena ha de leerse en voz alta.
Mmmmm... sii, assí... ufff...
aaahhhh... másss maasss... esoo, fu fu fuuu... aj... ajj... ajjj... ahhh,
siii... essooo... slup slup slup slup slup zzi...zzii... zzziii sglups sglups
sglups sglups fuuu zzziiii sglups sglups aaahgggg... chup chup chup chup....
essssooo... aggg... (chapu chapu chapu) plaf plaf plaf plaf plaf... uuuhhhfff aaahhh
fap fap fap fap fap ains fap fap fap fap... ugg... fap fap fap... siii siiii
ahhhggg mass maasss massssssssssss pft pft pft... slap slap slap slap slap...
si si si siiiii... essss... ufffff... siiii... ezzzzoooo... ssssss... (traka traka traka) aj aj aj afff... aajjj
aaajjjj... tlog tlog tlog...siiiii siiiiii maaaasssss azzziii zzziiii... si si
si...Ugh.. ugh… mm... ssp ssp ssp... flop flop flop flop flop flop (ñiec ñiec
ñiec ñiec ñiec) uffff... aaahhhhh.... aaaaahhhh.... aaggggg siiiii sssss...
siiii maaaaaaasssssss... mmm ggg mmm ggg mmmm gggg... (traka traka traka) mmmmm...
sii, assí... ezzzzoooo... ssssss... ufff... aaahhhh... másss maasss... esoo, fu
fu fuuu... aj... ajj... ajjj... ahhh, siii... essooo... ugg... fap fap fap...
siii siiii ahhhggg mass maasss massssssssssss pft pft pft... slap slap slap
slap slap... si si si siiiii... essss... ufffff... chup chup chup chup.... essssooo... aggg...
(chapu chapu chapu) slup slup slup slup slup zzi...zzii... zzziii sglups sglups
sglups sglups fuuu zzziiii sglups
sglups aaahgggg... plaf plaf plaf plaf plaf... uuuhhhfff aaahhh (ñiec ñiec ñiec
ñiec ñiec) uffff... aaahhhhh.... aaaaahhhh.... aaggggg siiiii sssss... siiii
maaaaaaasssssss... mmm ggg mmm ggg mmmm gggg... fap fap fap fap fap ains fap
fap fap fap... siiii... (traca traca traca) aj aj aj afff... aajjj
aaajjjj... tlog tlog tlog...siiiii siiiiii maaaasssss azzziii zzziiii... si si
si...Ugh.. ugh… mm... ssp ssp ssp ssp... flop flop flop flop flop flop aaahhhgggggg...
aaggfuuuuu... aaggfuuu aaarrrgggg (ñiec ñiec ñiec ñiec ñiec) ahhhh... yaaaa...
yaaaaaagggg... síiiiii...aahfuuuu... aahfuuu (chapu chapu chap...) shuuuu... fuuuuu...
aaaggg fuuu...ajjj fiuuuuu... aaaaajjj fuuuuuu... fuuuu... shiiinnnn (i).
(i) Forma onomatopéyica de un
silencio absoluto.
Nota.- Texto experimental, solo
para ecouteristas. El ecouterismo es una parafilia que se caracteriza por
excitarse exclusivamente escuchando sin consentimiento a otras personas
manteniendo relaciones sexuales. En definitiva, cuando el oído es una zona
erógena más.
lunes, 29 de septiembre de 2014
CELIBATO
A Manuela Consuelo Soledad Palma Callosa viuda de Pajares
Extraigo las últimas gotas de los
sumos masturbatorios, la mano estruja en su desespero los goces solitarios, los
espasmos fálicos, el glande amoratado, el prepucio obnubilado por el placer
masajeante, imagino obscenas secuencias de coitos y orales consumaciones, todo
tiende a lujuriosas rememoraciones, a aquellas circunstancias donde se
desbordaron reprimidas sexualidades. La mano es vulva o boca mamante, los ojos
horadando las escenas prohibidas, buscando en la memoria las sensaciones de un
olor, un sabor, un tacto en húmeda blandura, en los labios la deliciosa
rugosidad de un pezón y su aureola. Divago ebrio de los vertiginosos ardores de
la profanación manual, masturbación paja ipsación puñeta onanismo, ese túnel
sin salida, ese tabú, tema vetado indecible vergonzoso, musgo de intimidades, el
mero acto de proveerse placer sexual a través de la gloriosa estimulación del
miembro ansioso, la caricia a mano propia en el cuerpo pecador, el oscuro secreto
el autoerotismo, el simple hecho de tocarse a sí mismo, el vicio del que peca contra su propio cuerpo (Corintios
6:18). Con o sin lubricante, crema jabón saliva, restriegos sobre la sensible
erección, virilidad sentida en su naturaleza más pura, solemnidad fálica del
ceremonial pajero, los músculos de la pelvis se contraen y relajan, hay una
música de quejidos y respiración agitada, lentos y rápidos movimientos
circunscritos a la verga gozadora, la mente inmersa en el porno o las fantasías,
siguiendo los íntimos patrones de la excitación absoluta, naufragando en el
oleaje de la eyaculación. Los chijetes, el derrame, el goteo lánguido de los
últimos estertores masturbatorios.
domingo, 28 de septiembre de 2014
PURPURAS DE LOS FUEGOS QUEMANTES
Corazones púrpuras en el bordado
sobre el púrpura sedoso y suave, la púrpura sensualidad que deja obscena los
vellos púbicos asomando libidinosos, los muslos expuesto a las miradas
lujuriosas del sátiro, ella allí desafiante en el lecho, la piel pálida, las
manchitas erotizantes, el borde de la camisola como siempre delimitando egoísta
las fronteras de las revelaciones, las rollizas rodillas de madona renacentista,
la sugestiva inspiración que socava la voluntad del celibato y apura los
brebajes de sabrosos onanismos, la provocadora ola que tensa erecta yergue
endurece, la inquietante perspectiva voluptuosa desde un arriba que baja
surcando lengua ansiosa los pétalos de la vulva jamás visible, la excitante
visión de las piernas abierta cruzadas, y allá lejos en el cercano horizonte fetichista
las uñitas pintadas con rosadas ternuras sobre los felinos fragmentados
acariciando con quieto goce la desnudez desvergonzada de la musa yacente. Matices
del púrpura sobre los matices de la palidez de su piel, las manchitas lunares,
los blanquinegros feroces recortados en mullidas cuadriculas que poseen la
dicha de rozarla entera y sentir sus retorcimientos y espasmos, beber su sudor perlado
y oler sus perfumes de flor abierta a los lascivas turgencias del sexo soñado
pensado vivido. Corazones púrpura, sus iridiscencias bordeando, el mechoncito
poco brotando ralo y pervertido en su exhibicionismo mínimo, en su recato
vencido. El deseo que se erecta sensible en el entrepiernas sobajeado ante las
armonías de la piel tibia esperando la caricia la inserción el masaje procaz, las
manos los dedos la lengua o los labios besadores se sueñan bajo los púrpuras de
los desbocados corazones.
VUELVO A ESA ENSOÑACION
Fue un atardecer ya noche que
cruzaste el puente soberbia y alta en un tiempo más antiguo que el recuerdo,
hermosa, altiva y adusta te dejaste seducir a sabiendas, volcaste los jarrones
de los lirios y disgregaste en arenas invisibles las fantasías que me anegaban
en el sopor de los imposibles. Así echaste abajo la puerta el portón el
portalón de los sueños arrumbados en el rincón de lo que no podía ser para que
vinieran los intensos y maravillosos tiempos de lujuriosos empalagos y
atrevidas búsquedas y sexuales exploraciones, de cercanías impensadas, de
misteriosas convergencias. Así dejaste crecer por los muros de mi soledad ese
musgo que se parece tanto a las algas del amor. Por eso ahora, te surco en la
palabra, te penetro en el verbo, porque tu corazón cansado logró lo que no pudo
el destino insistiendo por los años y los lugares. Lamo las eternas cicatrices
de tus memorial para siempre, los breves rosados sobre tu cuerpo de largas
piernas, los tacos altos del mismo rosado, persiguiéndonos acoplados como
bestias sagradas sobre el sofá de antiguas monarquías, sobre la alfombra del
cuarto de los libros, sobre tu lecho frente a la luminosidad de la mañana
dominguera que horadaba el amplio ventanal para espiar nuestras ardientes
ceremonias. Te escribo describo para volver una y otra vez a poseerte en los
tormentosos torbellinos de las cópulas mañaneras, los cunnilingus y las felaciones
de las tardes del ocio compartido, en los fuegos abrasadores de las pocas
noches en que poseímos las horas a destajo, en las inocentes y lúdicas sodomías,
en el café bebido entre las voces en continua ensoñación, en la perla viciosa
de los ritos bestiales, en el amiguito fálico escondido entre tus ropajes y tus
carteras, en la desnudez en desparpajo como un jardín inicial y también en la
lluvia y el ceibo del patio grande como un paraíso recuperado. Vuelvo a tu
vulva lamida y saboreada hasta el hartazgo y más, a mi miembro succionado y
gozado hasta la hartura, a los deleites que se soñaron allí vertidos en la
plenitud del encuentro destinado, vuelvo a ti intentando recuperar ese
atardecer ya noche cuando cruzaste el puente en un tiempo más antiguo que tu maravilloso
recuerdo.
GASTADURAS DE ANOCHECER Y AMANECER
Te apareces en sombras sonriente,
confusa pero incitante. Dejando abiertas sensuales junturas a la imaginación.
Solita en medio de un perfecto barroco donde las sábanas son como un manuscrito
donde se escriben tus desatos. La mano se escurre subiendo desde tu rodilla,
por el muslo asciende, humedad insertada con loca vehemencia, fuego vivo que se
hunde con levedad de murmullo, bocas trastornadas por la furia sedienta de los
besos, algo duro te roza la pierna, punza. La boca baja burbujeando por tu
vientre, gimes en la penumbra de tus deseos sumergida por la soberana erección.
Socavo tu sexo, macho ebrio de tu otro aroma, entro y salgo, lento y rítmico en
turbio vaivén, en oleaje estremecido. Te abres y cierras, aprietas, succionas,
suspiras, sientes la posesión en carnes vivas, mojadas, calientes, jugosas.
Introducido en ti urge mi semen su estallido y me derramo subterráneo, lava
quemante, licor del vicio copular. Estrujas el néctar juntando tus piernas
hasta el voraz arrebato. Nos quedamos enyuntados, ajenos al universo que gira
insomne afuera a plena noche. Amanece y lo que viene es lo tenso, la placentera
gastadura, porque te voy a comer a mascadas, te voy a chupar cada huesito, te
voy a lamer hasta donde no se debe o no se puede, te voy a dejar dormida para
que no me vengas con vergüencitas ahora. Te voy a aserruchar enterita, a
masticarte tres veces cada pedacito, a penetrarte hasta que borbotees, a
tragarte enterita y después de a poquito, a voltearte como tortillita para
comerte bien doradita. Te voy a lengüetearte por donde si y por donde no, y por
último con descaro te voy a meter mi nariz por donde huela tus aromas todos. Y
si todo esto te asusta, pues disfrútalo, porque cada sensación que te conmueve
cuenta como un canto a la vida, y hoy es primavera.
jueves, 25 de septiembre de 2014
C.
Habitaré esta noche tus sabanas,
besando tu espalda de arriba a abajo, despacito, sin que despiertes para que me
sueñes en vivo turgente en tus delirios, penetrante. Dormiré tibio y amante rozándome
incrustándome en tu cuerpo dormido en vehementes restriegos, novio, potro,
niño, feliz y soñado. Te deseo con los fastos insanos de la mejor de las locuras,
miembro en ristre, lengua humedecida, manos ávidas, piernas entrabadas. Quiero
besarte por el interior de tus muslos, que sientas mi lengua ensalivando tu
piel mientras tu música acaricia mi cuerpo envolviéndolo con tu tibieza. En esa
epifanía lamo tus senos ascendiendo hacia tus pezones enviciado de ti, mis
manos van y vienen por tu cuerpo como una marea en una soleada playa, te van
cubriendo con mis espumas seminales y me aferro a ti como las algas atrapadas
en tus carnales corrientes marinas. Bebo de tu piel húmeda los embriagantes
deseos que inundaron mis ciénagas nocturnas, me sumerjo en los charcos de tu vulva
inserto en tus lánguidos licores, disgrego tus ardores con la punta de mi
lengua enternecida, lamo la sal de tus íntimos sabores. La noche me abruma en
tu silencio ausencia desarmado cautivo potro macho. Sin saber de ti procastino
el goce masturbatorio entre la euforia del encuentro, la ansiedad de la
búsqueda y la mustia frustración. Me dejas desolado y laxo mirando los espejos
vacíos, en tanto, la primavera ha florecido en mis besos tiernos que te
persiguen por tu mañana. Te siento intensamente en mi piel vejada por tu eclipse.
martes, 23 de septiembre de 2014
DESDE TUS PIERNAS
A partir de las siete perfectas visiones de ayer y hoy.
Desde tus piernas en su cálida
luminosidad de amarillos y ocres o en la penumbra sobre las albas sábanas o
sobre las flores horizontales en negros y grises azulosos, tus piernas a
destajo, paralelas, cruzadas o flectadas, sobrepuestas, juntas o abiertas, los
pies y las rodillas, los muslos, las pantorrillas, los talones y los empeines,
los deditos, las uñitas pintadas, todo en un carnaval de piel desnuda, de
mullidas carnalidades, de deseos de besar lamer morder. Desde su ángulo siempre
variable tus piernas que se adhieren al
sol dando gemidos (i). Desde su vértice tus
piernas guardan el secreto de la inmortalidad (ii). Desde la evidencia
pecaminosa del moretón como una breve mancha entre la miríada de manchitas
sensuales hasta las bragas negras o la camisola celeste, la lujuria voyerista
se esparce en masturbatorias veleidades de macho solo mirando observando
gozando. Desde su largura suave y rolliza de manos a piel brindamos para celebrarlo con copas de amor a la luz de tus piernas
(iii). Desde su mórbido valle anhelante como un lecho donde me dejarás dormir al amanecer entre tus
piernas, entre tus piernas sabrás ocultarme bien y desaparecer (iv). Desde
tus piernas bajando fetichista hasta la punta de tus dedos a succionarlos como
las uvas previas a las masturbaciones de los amantes pervertidos o subiendo
rodillas arriba por tus muslos tibios buscando la mojada calentura de tu vulva ansiada
y ansiosa a lamerla penetrarla como la jugosa fruta sajada de la cópula de los
desamparados. Desde las iniciales caricias se
va mi vida entre tus piernas, me olvido del temor, las horas son eternas y no
existe el dolor (v), aunque me sigues negando la revelación del vórtice
vertical de su conjunción sagrada.
Notas.-
(i) Las furias y las penas. Pablo
Neruda
(ii) La Bomba Loca. Gustavo
Cordera
(iii) A la luz de tus piernas. Despistaos
(iv) La ciudad de la furia. Soda
Stereo
(v) Entre tus piernas. Miguel
Islas
ARGUCIAS DE ROSA Y MANDRAGORA
A partir de los poemas “Argucia” y “Mandrágora” de María Rosa Rodríguez
Araya (i)
Entre argucias y mandrágoras,
vertida y replicada en la percepción, la visión y la codicia, lejana de
elementales encelaciones, extraviada en las limitantes monogamias que reprimen
las cercanías pecadoras y las dulces infidelidades, sueña con desraizarse y elevarse
en altos vuelos, flotar hacia la llama para sumergirse en sus aguas incinerante,
disiparse en jadeos quejidos grititos apagados mordiendo la almohada, e inundar
con secretos susurros lujuriosos esa mirada macho que la quema cargada de deseos.
Sigilosa en su sabia madurez imagina al hombre bravío e inhiesto, ve su rostro
y sus manos, su virilidad exultante, sus ojos clavados, antes de ser tocada y
poseída entre las sábanas, lo ve impoluto, salvado, eterno. Fantasea derramada
por sus sudorosos insomnios, los muslos apretados, los labios entreabiertos
como una mandrágora inmersa en una esperma vegetal, en la vendimia solitaria de
voluptuosos licores afrodisíacos, invocadora de eróticas magias, de oscuras
visiones de una raíz gruesa y larga en pervertida hibridación con una blanca flor
teñida de púrpura. Rosa altanera derrotada por el salvaje otoño y el temor a
florecer, oculta a lúbricas polinizaciones en el narcótico pudor de sus espinas,
despliega los pétalos de su falda, mimosa, coqueta, sensual y perfumada en un rojo
abierto húmedo abanico con la deliciosa experticia de meretriz esparciendo los aromas
inquietantes de hembra seducida sólo para sentir ávidamente en su piel el roce
de su golosa mirada. Sueña que en otra primavera, quizá, el azar concertará
otra vez la cita imposible, y allí brotarán hiedra y muro en otra historia: plena
de impúdicas caricias, de cópulas desaforadas y de ensalivados besos.
MANDRÁGORA.
Agosto 28, 2010
ARGUCIA.
Agosto 6, 2011
lunes, 22 de septiembre de 2014
FÉTICHISME DES PIEDS
Un fetichista del
pie se puede excitar sexualmente al ver, tocar, acariciar, chupar, oler, lamer
o besar los pies de otra persona.
El pie apuntando al norte en etéreo sobrevuelo
sobre la cálida y mullida flor horizontal, la línea verde y la quebrada línea
café claro demarcando los limites de las tramas sobrepuestas de tres matices
del color de tenues maderas, la perlescente uñita rosada muy clara en el mismo tono
suave de la pálida carnalidad expuesta con lúdico desparpajo, el vértice de un
oscuro hexaedro regular en un rincón y la sabana alba como las espumas del mar
imaginario en el otro, la piel ansiosa de roces lujuriosos, de una lengua
ensalivada que la urja en sus lúbricas sensualidades posibles, de unas manos
calenturientas que la acaricien, la soben, la introduzcan en los perturbadores ritos
de extrañas sexualidades. El pie, su arco y el empeine en sus virginales
tersuras, casi el doblez de la rodilla, la canilla, la mórbida pantorrilla, la torneada
columna cruzando la diagonal que separa el blanco impecable de la sabana de la algarabía
floral, la línea verde, los tres matices del café y el ocre de la corola, el dedo
mayor asomado curioso allá en el piso. Las manchitas lunares de constelaciones
aun no reconocidas por la carnal astronomía del fauno sátiro enviciado en esa
piel de mármol entibiado, en una tierna hilera que va de la rodilla al tobillo
sin alcanzar el talón. Los cinco deditos tímidos que un día vendrá, quizá, una
boca a chuparlos con pervertida voluptuosidad uno a uno sin arrepentimientos
antes de elevarse lamiendo por la pierna hasta inmiscuirse sedienta en la vulva
desplegada como una rosada y húmeda magnolia.
Nota relacionada.-
Algunos fetichistas de pies disfrutan practicando con sus parejas la técnica
llamada ‘Footjob’, la cual consiste en un masaje erótico practicado con los
pies.
domingo, 21 de septiembre de 2014
EN AUXENCIA DE LA PALOMA
Vago por el día buscando tus ojos. Mis besos
buscan tus besos. Mis labios se deslizan por tu piel. Lamo tu pubis, tus
vellos, tu sabor me embriaga. Mis manos encopan tus blandos y tibios pechos. Se
enredan nuestras lenguas en un nudo ensalivado. Tu silencio se esparce por el
deseo de poseerte, turbios oleajes navegan tu cuerpo. Acaricio tus nalgas y la
noche se estremece entre tus piernas. Se erectan las bestias de mis lujurias,
todas llevan tus ojos tatuados, todas bufan en tus ingles, todas se inundan de
tu aroma, todas reptan en los territorios prohibidos de tu espalda río abajo
surcando. Rozo los terciopelos de tu vientre para irrumpir en tu sueño, me
inserto amo y señor en tus rubores. Te desmembro en los fragmentos de la mañana
siguiendo los recovecos de tu ausencia. Describo un arco penetrante sometido a
las densas aguas de tu vulva, embebido, anegado, punzante. Despliego mis
ardores de potro macho niño alojado en tus axilas, restregado en tu cóccix,
succionante en tus pezones. Tu mutismo cristaliza el mediodía en los hielos del
desasosiego. Mi miembro erguido gira hacia ti vibrando en su desespero, duro,
soberbio, introductorio. Nada sucede sin los ritos de tu mórbida carnalidad
expuesta, tus dedos de uñas decoradas en tu flor abierta hurgando, tu dulce
boca entreabierta por los quejidos del orgasmo. Todo consiste en la ardua
posesión de ti, en convertirte en calientes cenizas que escurran entre mis
dedos, que me incineren en los lodos del sexo cabalgante, que me incendien en
la hoguera de tu sudor y me derramen en el metal fundido de mi semen.
PERVERTIDOS ECOS DEL EPIGRAMA
Herejías a partir
del poema “Epigrama” de Ernesto Cardenal.
Al perderte yo a ti, tú y yo hemos perdido: yo,
porque tú eras la que yo más buscaba, y tú, porque yo era el que te buscaba
más. Pero de nosotros dos, tú pierdes más que yo: porque yo podré desear a
otras como te deseaba a ti, pero a ti no te desearán como te deseaba yo. Al
perderte yo a ti, tú y yo hemos perdido: yo, porque tú eras la que yo más acariciaba,
y tú, porque yo era el que te acariciaba más. Pero de nosotros dos, tú pierdes
más que yo: porque yo podré tocar a otras como te tocaba a ti, pero a ti no te
tocarán como te tocaba yo. Al perderte yo a ti, tú y yo hemos perdido: yo,
porque tú eras la que yo más excitaba, y tú, porque yo era el que te excitaba
más. Pero de nosotros dos, tú pierdes más que yo: porque yo podré calentar a
otras como te calentaba a ti, pero a ti no te calentarán como te calentaba yo. Al
perderte yo a ti, tú y yo hemos perdido: yo, porque tú eras la que yo más masturbaba,
y tú, porque yo era el que te masturbaba más. Pero de nosotros dos, tú pierdes
más que yo: porque yo podré lamer a otras como te lamía a ti, pero a ti no te lamerán
como te lamía yo. Al perderte yo a ti, tú y yo hemos perdido: yo, porque tú
eras la que yo más gozaba, y tú, porque yo era el que te gozaba más. Pero de
nosotros dos, tú pierdes más que yo: porque yo podré penetrar a otras como te penetraba
a ti, pero a ti no te penetrarán como te penetraba yo.
NADA INSOPORTABLE
Siempre la pienso por los bordes de las
lluvias sola caminando o desnuda sobre el lecho esperando, pero ahora estaba en
el balcón, solo con una bata transparente que traslucía con perfección
inquietante su silueta sensual y contoneante, provocativa movía su cuello como
buscando el ángulo en el cual sus penas se volaran, su manos ávidas vagaban por
su cuerpo explorando las álgidas comarcas de sus deseos, me acerqué silencioso
y la tomé de las caderas, me restregué contra ella fogoso y erecto aspirando su
perfume, sé que sintió mi virilidad endurecida en sus nalgas pues lanzó un
breve y apagado quejido, no se volvió, sino que comenzó a seguir mi juego de
impúdicos restriegos, lentamente alcé la bata y dirigí mi miembro de abajo
hacía arriba buscando su flor abierta y húmeda, sentí su caliente néctar
embebiendo su vulva y la penetré de un envión, dio un respingo y coqueta
excitada movió hacia atrás y abajo sus mullidos y suaves glúteos para
insertarse aun más mi falo penetrante, hubo un vaivén desaforado, besé y
ensalivé su cuello mientras la poseía como una bestia desesperada, ella seguía
el ritmo en un silencio acesante hasta que sentí las primeras contracciones
orgásmicas de su sexo empapado y eyaculé copioso apegándome a ella como un
naufrago al madero de su salvación, nos quedamos quietos piel a piel
recuperando la razón de la realidad, ella no quiso volverse mientras yo me iba
desdibujando sobre el balcón donde ella soñaba sola necesitada de dulces
ternuras que le quebraran el día, apasionados cariños que borraran su
melancolía, impúdicas caricias que la desataran y la fragmentaran en una arena
caliente y la disgregaran por la modorra de la tarde para que naufragara en sus
atávicos deseos.
EL AUSENTE Y LA POSEEDORA
Para la loba siempre
incierta
Soy la sombra que adivinas en los áridos
paisajes, y en las piedras de los sueños una difusa silueta. Sé que aún te soy
un áspero y lejano horizonte, pero ya habitaré tu recuerdo en un aquí y un
ahora. Y no habrá caminos inciertos ni senderos escondidos ni la trama incierta
de arduas meditaciones incesantes, porque la verdad de ese día iluminará todo
misterio para siempre. A las altas profundidades marinas, entre algas oscuras y
peces de plata, te llevaré de mi mano al dulce abismo. Allí aprenderás donde
están las playas de la calma, ha dejarte fluir inmersa en tus sentidos para
aprender otra forma de soñar. Saciaras impúdica tus misterios y secretos sumergida
en el mar infinito del tiempo, y desde ahí, alocados y febriles veremos hasta
el último horizonte, y sabrás entonces que nunca volverás al mismo vacío. En
penumbras y todos mis sueños acuden a ti, a tu piel pálida que sé tibia, a tu
pelo de loba en libertad y a ese escote que me despierta, que me abruma de
deseos, de fantasías secretas, de lujuriosas intenciones. La penumbra te
ilumina y entre las sombras relumbran tus pechos ocultos bajo el tul y tus
manos que deseo sobre mi cuerpo llenas de caricias prohibidas reverberan en
dolorosos destellos porque aun te ocultas de mí. Te desatas y vuelas, entonces
puedo poseerte, buscar en tus ansias el reflejo de las mías, recorrer tu cuerpo
con mis manos transparentes, romper anhelos ocultos, deseos subterráneos, desnudar
tu cuerpo soñoliento y hundirme en ti con el fervor del sexo, con la mascara
virtual que me libra de ser yo y es estar ahí como un fantasma, habitar tu
cuarto, tus rincones, verte mortal, verdadera, ver a la dueña del verbo esclava
de lo cotidiano, a la loba dulce señora de casa, a la hembra desolada, a la
mujer de poemas e imágenes marinas convertida en mujer mujer mujer. Juegas con
mis deseos porque posees mi alma solitaria, porque has derrotado al lobo y
despertado sus milenarios anhelos y rebuscado en sus instintos las llamas, el
incendio, la lava de volcánicas imaginaciones, has tomado sus cenizas aun vivas
y roto sobre ellas el ánfora de tu sexo.
2006
LOBA MASTURBANTE EN OSCURIDAD
Para la loba,
agradecido del fuego y la imagen
Te veo loba en la oscuridad, veo tu pelo azabache
en la penumbra de tu cuarto, tu piel pálida bajo esa negra y suave ola, y desde
mi oscuro y lejano rincón solo te miro, y te veo hembra ardiendo en tu propio
fuego, buscando con tus manos los lugares íntimos del placer, tus pequeños
pezones erectos, tu pelo negro sobre tu piel, esa lengua, esas manos en tus
senos dándote un placer escondido. Veo tus dedos femeninos que recorren tus
pechos de niña, escardan tu pelo gitano, tus uñas de hembra surcan la piel
encendida, tus manos ofrecen la miel de tus pechos, aprietan tus pezones
hiriéndose de placer, un intimo y desesperante calor te sofoca, tu sexo desea una
verga, se te van las manos a tu vulva ardiendo buscando placer, solución,
saciar tu cuerpo. Urgida de pasión insaciable tus dedos hurgan esa flor húmeda,
caliente, el clítoris sensible, congestionado de ganas, de locura fálica, deseas
una verga que te penetre, que se hunda en ti, que te rompa como hembra total,
sentir dentro de ti la dureza, la potencia. Tus dedos escarban tus ansias, como
desesperados penes que te enloquecen hasta el orgasmo. Y surge por virtual encanto
en tus manos un pene, falo falso, dildo, consolador, lo mamas ansiosa urgida
por deseos instintivos, lo besas, lo lames en desesperación y goce sublimado, la
verga dura, roja, te roza tus pechos, tus pezones, entra y surca en el surco
tibio de sus pechos como un ídolo fálico imponente, sueñas erotizada por tus
instintos más ocultos, lo hundes entre sus senos anhelantes, lo penetras en tu
mojada verticalidad, sientes su dureza erótica, de macho, tu mano lo aferra por
el tallo endurecido, tu vulva late ansiosa esperando, esperando entre esos
vellos negros este miembro duro que te acecha.
2006
PERLAS DE LOBA
Para la loba en
sus destellos
Entre tus perlas de hembra ansiosa haré mi
nido de macho solo, ahí entre esos pechos llenos a la sombra de sus pezones
erectos viviré los placeres edípicos del largo duelo de tu lento deseo no
saciado. Has buscado por el camino errado sin hallar nunca el inicio del
encanto, pero ahora loba en celo entre mis brazos de mujer seducida saciarás
esas perlas en mis manos. El placer es inevitable, el calor, las imágenes, los
deseos, te fustigan como vahos hirvientes, como látigos sobre la piel, como
bocas hambrientas en tus perlas cultivadas, en tus pezones duros de deseo, carnales
frutos en tus pechos, rosados, breves, erectos, donde juegan tus dedos
ansiosos. Pones tu mano con sus anillos suavemente en tu escote, sobre tu pelo
negro negro y tu pechos pálidos, cuantos buceadores navegaran ociosos y
ahogados por tus mares profundos en busca de esas perlas, del hermoso
espectáculo de esos pezones erectos, breves mástiles tibios sobre suaves dunas,
sus aureolas solares atacan los sueños, urden pecados en el tacto de su llena
belleza, duros elementos de los deseos, rosadas banderas de las ansias que
atacan, vencen y humillan al que alcanza el secreto, tus pechos duermen como
palomas asesinas, déjame sufrir su distancia y su belleza, diosa de nácar y
madreperla. Se adivinan las perlas turgentes bajo el suave rosado de la tela y
tu respiración eleva esas colinas en un ritmo de ansias contenidas, porque el
transparente negro (juego erótico de la bata y tu pelo) no alcanza a ocultar
tus deseos. Tu mano despierta tus pechos y un pezón se asoma voluptuoso, contraste
carnal sobre tu piel pálida, botón de fuego que enciende la mañana. Tus perlas
amaneciendo loba impúdica entre tu negro pelo y el negro escote son la perversa
venganza de la hembra herida, que intocables en terrible distancia agrandan,
endurecen, erectan, la carnal voluptuosidad del lobo. Esas pálidas perlas loba
lúdica, llenas, suaves, tibias, de tiernos pezones y tenues aureolas, urgen los
deseos de machos solitarios que en ardiente celo te buscan ansiosos en la
maraña de un bosque de voces. Son tus perlas desnudas loba lúbrica el rastro
persistente que huelen y siguen en desesperadas jaurías nocturnas tus
enviciados y jadeantes sementales.
Por el 2006
BLANCO, ROJO, NEGRO
Para la loba,
hembra de raza ardiente
Blanco sobre el blanco pálido de tu piel, blanco
bajo el negro pelo perfumado, blanco ocultando los pechos encendidos en dulce
erección de pezones, blanco que me niegas coqueta o misteriosa como alada
esfinge, blanco perturbador de mis instintos que pulsan sus deseos en ti. Todo
blanco para tus senos suaves escondidos en la cascada oscura de tu pelo, tibias
palomas de sueños que tus manos anidan eróticas y donde mis labios sucumben a
la visión de tus pechos inalcanzables. Solo veo el vestido verdiazul y la
piedra verde, y algo del pelo negro negro y ese rojo en plena imagen, el rojo,
el negro y tu piel, bajo el rojo sangriento se ocultan tus pechos y tu pelo
negro negro asume la intensidad de una ola para marcar en tu pálida piel el
limite de los sueños, del fuego sagrado, de los anhelos que te buscan, sangre y
luto sobre tus senos como tarde de toros en la arena suave de tu piel. Tauromaquia
de los deseos en corral, sol ardiendo en mis manos, sangre bullendo enardecida,
negro el delirio sobre tu pelo. El largo y negro negro pelo de la loba cae
sobre sus senos de niña, roza sus pequeños pezones, se escurre entre el surco
tibio de sus pechos encendiendo lúbricas miradas, alzando los antiguos mástiles
en los muelles cansados, abriendo las puertas a los deseos lejanos a las ansias
de machos solitarios. No el verdiazul ni la piedra verde, sino el sensual blanco
erótico, el ardiente rojo sangriento y el negro negro oleaje, sobre tu desnudez
impenetrable.
Desde los años
2005 - 2006
sábado, 20 de septiembre de 2014
EPIGRAMAS DE LOS GERANIOS
Te extraviaste en los tortuosos senderos de
los celos y las furias, en los bosques de las frutas prohibidas y en las
literaturas de obvias ficciones e insensatas fantasías, fuegos de artificio,
cahuines de circo pobre, carnavales y barullos, meras faramallas. Y por esa
fanfarria de efes confundidas, en ese baile de equivocaciones como los
desvaríos de una vloca patética te
perdiste la mano que acariciaba con impudicia el interior de tus muslos, la
boca labios lengua que lamía y sorbía con encantador desparpajo tu vulva
ansiosa y tu clítoris sensible, tus ingles sensitivas y hasta el ceñido surco
que esconde la vergonzosa florcita del sur, te perdiste las voces trabadas y
sobrepuestas sobre los felinos fragmentados diciendo esa letanía de lúbricos susurros;
bésame, rózame, tócame, acaríciame, mámame, succióname, penétrame, mastúrbame,
y te perdiste los estremecidos quejidos de la consumación y la laxitud del
después saciado. No importa, yo seguiré siendo una mezcla rara de fauno de
peluche, gato al acecho e inocente niño de madre, entomólogo vicioso de la Araña
Rala del Vértice, trazador lingüístico de tu soberana verticalidad sexual,
untoso ensalivador de tus glúteos, pegajoso derramador de seminales licores,
vúlvida bestia penetrante, fálico perpetrador, falaz pervertidor de damas
pudorosas y sórdido ofendedor de desprevenidas musas exultantes, y tú te
volverás a envolver en esa fría niebla de recatos desde donde yo te desnudé un
día, antes que llegaran el otoño y las lluvias, e iluminé tu rostro adusto e
incrédulo con las luces lejos de los barcos imaginarios allá abajo en el puerto
imaginario de la noche de los besos. Y todo seguirá igual que antes del antes,
como si hubiéramos sido solo rayas en al agua, huellas en la arena que ya borró
la siguiente marea, rostros sin nombre y manos otra vez vacías.
jueves, 18 de septiembre de 2014
OJOS MAÑANEROS
“El deseo es un
impulso centrípeto, es ampliar el mundo: cada adición es la huella viva del yo
amante.” Amor líquido: acerca de la fragilidad de los vínculos humanos. Zigmunt
Bauman, 2005.
Imágenes de los negros vuelos de tul y sedoso
frufrú en contrastes con la suave palidez de sus muslos inquietos, instrumentos
de dulces suplicio del que ve y no toca roza acaricia lame, del que no puede
insertar su mano lujuriosa entre ellos, del sátiro incauto que se emborracha en
sus visiones. Una desatada cinta rosada divide la densa sensualidad en dos
placeres golosos, el misterio siempre oculto de tus pechos y la sabrosa humedad
de tu vulva flor abierta a las obscenas vertientes del sexo lamido o
penetrante. Te observan todos mis ojos de la mañana en su morbo y su
insistencia, desde las pequeñas sombras de los rincones, desde las breves
penumbras que acogen los objetos enfrentados a la tenue luz mañanera del
cuarto, sin saber que te espío te desnudas lentamente envuelta en tu propia
reverberancia, alzan sus vuelos las negras aves del deshabillé desnudando las
mórbidas carnes deseadas. Vas a la ducha, el agua caliente te infiltra de
deseos y socava tu resistencia, tus renuencias y tus reticencias, deseas. Sales
del agua reluciente, y las pequeñas gotas transparentes se deslizan por tu
acuciante desnudez tal como sueñan mis manos ávidas de ese roce tibio e
impúdico. Te miras en el espejo, miras tu cuerpo con ególatra curiosidad
sexual, te sabes y sientes vigente, incitante aun, excitante desde siempre,
hembra de ardores y de rubores, sacra impenitente, vestal y esfinge. La toalla
te va besando dirigida por tus manos sin vanos recatos, instadas al
atrevimiento solitario, quizá algo termina de suceder entre quejidos y
espasmos, pero de esas íntimas instancias ya no hay registros.
SI ME PIENSAS
Entonces soy un habitante de la
noche, de tus noches, esas en que tu piel siente las sabanas incendiadas y
hacen que tus labios entreabiertos se resequen de sed y tus piernas jueguen
entre ellas urgiendo la ausencia de un macho, tan juntas que tu sexo es un
fuego latiendo, una fisura por donde escapan tus deseos, tus ansias de un macho
sudoroso, tus sueños de hembra perdida en soledad hasta que entro desnudo a tu
lado y habito la noche incandescente entre el murmullo de la hoguera de tus
ansias y el ardiente néctar que derramas y ahí te habito erecto y punzante hasta
tu mas solitaria madrugada. Entonces puedo poseerte, buscar en tus ansias el
reflejo de las mías, recorrer tu cuerpo con mis manos transparentes, romper
anhelos ocultos deseos subterráneos, desnudar tu cuerpo soñoliento y hundirme
en ti con el fervor del sexo, con la mascara virtual que me libra de ser yo. Entonces
oceánica amiga te chuparía esos pezones, te lamería tu vulva depilada, te
sorbería el clítoris hasta hacerte gritar, te penetraría lentamente para que
sintieras como mi verga te posee, entrando en ti, en tus instintos, en tu
cuerpo de niña ansiosa, te besaría el cuerpo entero, con mis labios, con mi
lengua, con mi verga dura escribiendo sobre tu piel palabras de deseos, de
fantasías soñadas, saciaría tu sexo caliente y húmedo, jugaría con mis dedos en
tu vulva mojada, en tu clítoris erguido que me espera, hundiría mi dedo
hurgando en tu sexo hasta el secreto punto del clímax, hasta tus instintos de
hembra en celo, sentirías como mi verga te llena, como se mueve dentro de ti y
roza tu vagina sensible hasta que encuentres el esperado camino al orgasmo. Entonces,
así calientes quebraríamos el cristal de nuestra intensa amistad que es todo lo
que juntos poseemos.
FELINOS CUBRIENDOTE
Hay una selva calurosa y húmeda,
con frondosos y altos árboles, y densos matorrales tropicales, hay un río de
sensuales aguas tibias, hay un ámbito de soledad, hay perfumes dulzones, hay
sudor en la piel, hay una oscura sexualidad animal en el aire quieto y en la
exuberancia de la vegetación y el ruido del agua escurriendo y los cantos de
las aves. Al borde del río tibio una musa, una hembra desnuda y solitaria, cerca,
muy cerca, oculto en la espesura un jaguar, negro como noche sin luna, la mira
con ojos ávidos de su carne caliente, a lo lejos se escuchan los rugidos
entreverados de una pareja leones copulando y en el aire, ahora inquieto, se va
esparciendo el olor de sus incitantes feromonas, la musa sueña despreocupada e
indefensa, el jaguar acecha hambriento y erecto. Pumas que te rodean como
emblemas de mi deseo y como yo cautivos de los sueños de poseerte como machos
que medran ardiendo en tu celo de hembra, leopardos ansiosos de tu piel, de tu
carne tibia, de tu sabor intimo y secreto derramado al atardecer antes de huir
hacia los oscuros senderos de tus noches, ocelotes que te acechan sedientos de
ti, de tu saliva dulce que escurre de tu boca, de la sangre apasionada que
fluye en tu cuerpo turbulento y del agua y la sal de tu sudor sobre el lecho, linces
que te cercan al caer la noche del deseo, misteriosos en las penumbras de la
selva de tus instintos, silenciosos recorriendo las orillas del río de tu sexo tras
tus pasos y tus huellas, oliendo tu cercanía inquietante, guepardos nocturnos
acechando tu silueta perfumada, cazadores sangrientos, carnívoros, pero siempre
heridos de ti, bestias hambrientas de la sagrada caricia de tus manos y de la
persistencia de tu memoria en sus furias eróticas. Fluiste como el río, te
dejaste llevar por su corriente, y te vi ahí en el río tibio, desnuda, y yo era
el macho acechador, escondido en el follaje con forma de un jaguar negro, entre
las sombras, era el tigre al acecho de ti. Te miro con ojos ávidos desde la
espesura de tus instintos, desde que tu piel sintió tu propia caricia que eran
mis suaves garras en tu alma, suaves hasta que salen mis uñas feroces.
Referencias intertextuales:
A ESCRITURA DEL DIOS (Fragmento)
Jorge Luis Borges
Entonces mi alma se llenó de piedad.
Imaginé la primera mañana del tiempo, imaginé a mi dios confiando el mensaje a
la piel viva de los jaguares, que se amarían y se engendrarían sin fin, en
cavernas, en cañaverales, en islas, para que los últimos hombres lo recibieran.
Imaginé esa red de tigres, ese caliente laberinto de tigres, dando horror a los
prados y a los rebaños para conservar un dibujo. En la otra celda había un
jaguar; en su vecindad percibí una confirmación de mi conjetura y un secreto
favor.
EL TIGRE
Pablo Neruda
Soy el tigre. Te acecho entre las hojas
anchas como lingotes de mineral mojado. El río blanco crece bajo la niebla.
Llegas. Desnuda te sumerges. Espero. Entonces en un salto de fuego, sangre,
dientes, de un zarpazo derribo tu pecho, tus caderas. Bebo tu sangre, rompo tus
miembros uno a uno. Y me quedo velando por años en la selva tus huesos, tu
ceniza, inmóvil, lejos del odio y de la cólera, desarmado en tu muerte, cruzado
por las lianas, inmóvil, lejos del odio y de la cólera, desarmado en tu muerte,
cruzado por las lianas, inmóvil en la lluvia, centinela implacable de mi amor
asesino.
YAGUARES. Poema de Manuel Enrique Palma,
Arco del Fuego N° 60, 2007
IGNORANCIA & BOCHORNO
(Anilingus et
Cunnilingus)
Déjame abrazarte apretadito, déjame acariciarte
suavecito, el pelo, los brazos, las caderas, como una gatita en celo, te paso
la mano calientita por los muslos suavemente para que entren las devoradoras mariposas
ardientes, te pones de bruces para que te ataquen por la espalda, así te puedo
acariciar desde el cuello hacia abajo, las espalda vértebra a vértebra y a lo
ancho despacito, mi mano ahí en tibia concavidad convexidad lobachevskiana, suave,
tierna, insistente, te acaricio el cóccix, lo presiono con la palma de la mano con
pequeños movimientos circulares mientras mi dedo roza la entrada del surco
entre tus nalgas, dejo escurrir mi dedito por el surco delicioso, sin entrar,
solo dibujándolo, hago el arco completo hasta tocar el punto exacto entre tus
piernas, el periné, alcanzo a percibir cierta humedad, cierta calidez, me
devuelvo surcando un poquito mas inserto, suavemente, delicadamente, mi dedo
entre tus glúteos, cada arco recorrido más abajo hasta tocar levemente la
florcita escondida, rozo el capullito sensible, lo punzo con mi dedo juguetón, lo
punzo un poquito más, me ensalivo el dedo y vuelvo al acecho de la florcita del
sur, así sientes que la mariposas te están comiendo, ahora me instalo detrás de
ti, tu bocabajo, yo hacia tus pies, con mis manos abro tus piernas y acerco mi
rostro al vértice, con mis manos abro tus nalguitas como una fruta madura, y ahí
está la flor escondida, apretadita, sensible, junto saliva y la unto con la
puntita de mi lengua en ese breve capullo y comienzo a lamerlo, a punzarlo, a
penetrarlo un poquito con mi lengua rígida,
una de mis manos baja y busca el cauce vórtice desde atrás, esta mojado y
caliente, lo dedeo suave, lo surco, llego hasta el botoncito y lo punzo, sin
dejar de penetrar la otra florcita con mi lengua, siento que estas hirviendo,
escucho tus quejidos, siento tus movimientos y retorcimientos, estás excitada, jadeas,
estás mojada, entonces inicio la fase final, dedeo más y más rápido el clítoris
enjugándolo con tus propios juguitos para lubricarlo y el dedo de la otra mano
lo ensalivo y lo hundo lentamente en tu ano apretadito y sigo lamiendo su carnal
anillo con mi lengua, hundo el dedo en tu vagina, hundo el dedo en tu ojalito
trasero, siento que vas camino al orgasmo y acelero mis dedos y mi lengua, tengo
todo mi dedo en tu ojito anal, lo aprietas rico, el otro va de tu clítoris a tu
vagina, mi lengua lame tus jugos y tus sabores, todo simultaneo en un
torbellino de sensaciones, entras en el vértigo del orgasmo, te retuerces
tratando de escapar de mis dedos y mi lengua pero yo insito vehemente y vicioso,
voy bajando el ritmo y tú te vas aquietando acesante, un silencio de besos
obscenos entra en la penumbra de tu dormitorio.
ETERNO SUEÑO DE TI
Estoy siempre contigo, ahí en la tibieza de
tus pechos, tierno y sumergido. Voy en ti, entre tu body y tu piel, lamiendo tu
cuerpo entero mientras caminas por el día, apegado a ti para que sientas mis
deseos. Me deslizo vehemente entre tus muslos como un caracol en celo
primaveral. Vago subiendo por tus piernas en constante caricia, recorro bajando
el suave paisaje de tu espalda, vértebra a vértebra, subo por las combas
deliciosas de tus glúteos y resbalo hacia el surco ceñido donde late tu
florcita del sur, ahí lamo beso penetro con mi lengua ensalivada la apretada
flor en su escondido jardín. Huelo el nacarado de tus uñitas, huelo el aroma
secreto de tus axilas, huelo el ansioso perfume de tu vulva, niño macho me
incrusto en ti, en las vivas ternuras de tus manos, en la caliente humedad que
te invade cuando te beso, me inserto en las mullidas plegaduras de tu desnudez íntima
y voluptuosa, te miro desde los espejos, desde los vidrios de las puertas, en
los cristales de los anteojos que te miran insistentes, mis ojos traspasan la
tela que me oculta tus senos y se aferran sorbiendo de tus pezones. La noche se
acerca sin tu cuerpo tendido en el lecho, sin tu olor de mujer seducida, sin tu
sudor en el sabor de mi boca, sin el cosquilleo de tus vellos púbicos enredados
en mis dedos. Te pienso con la insistencia del atardecer, volcada en el lubrico
crepúsculo, abierta hacia la noche del falo que te espera erecto y penetrante. Me
vierto macho potro en ti hembra potranca, te cubro en bestiales embestidas, te
monto jineteándote cabalgando tus deseos hasta tu orgasmo.
martes, 16 de septiembre de 2014
EDIPICOS OLEAJES DEL AMARILLO
Fue en una dulce fractura de la mañana que se
vislumbraron los lunares claritos como té con leche desparramados como
aleatorias galaxias y soles y lunas inquietantes en la deliciosa palidez de sus
muslos acariciados con viciosa impudicia por los atardeceres del invierno.
Aparecieron de pronto, despertando los oscuros deseos machos de fundirme
penetrante y lascivo en su cuerpo de quieta y hierática esfinge en una orgía de
manos y bocas y benicianos zumbidos, atrapados en la misma sexualidad
desenfrenada de ese último día donde se surcaron con lingüísticos afanes las
sensibles flores prohibidas. Venían como las desperdigadas conchitas que deja
en las claras arenas de una tersa y tibia playa un esponjoso oleaje amarillo
claro, suave y absorbente. Y vino una y otra vez esa ola lujuriosa navegando
dos veces sobre los muslos deseados, coqueta y veleidosa no queriendo mostrar
las finas algas ralas del pubis oceánico ni la sabrosa hendidura húmeda olorosa
caliente de la vulva lamida y dedeada con viciosa impudicia por los atardeceres
del invierno. Y se vino otra vez dos veces la amarilla marea, ahora bajando por
los pechos negados, y en su mullida bajamar dejó a la luz en inesperado goce
voyerista el pezón instantáneo, capullo de protuberante tenue rosado carnal
rodeado de su pequeña aureola, impúdico y sagrado, pocas veces mamado por la
voraz boca edípica del macho niño sediento. Y los ojos pervertidos de vertieron
en ese botoncito tiernucho, en su rugosidad sensual, en su visión misteriosa,
en su breve erección erótica, en su deleite prometido y casi escondido en el
cálido amarillo de cáscara del limón maduro, de flor del diente de león, de
pepita de oro, y sobretodo, del matiz de la paja solitaria.
POR TUS MUSLOS, IMAGINADA, ESE DIA
Para la Loba
imposible
Por esos muslos pálidos de luna madura, por
su suave textura de pétalo y piel, por su tibieza dulce entre lanas y sedas,
rodeada de colores de cauta primavera, irían mis dos manos ávidas a consumar
impúdicas caricias de fauno excitado, iría mi boca sedienta a besos ligeros, y
mi húmeda lengua ansiosa a lamer esas inquietantes columnas marmóreas. Deslizaría
mis labios por el nácar de tu cuerpo, tibio territorio ya invadido en la
esperanza y me arrastraría un alto oleaje en espuma delirante, y sabría así,
por sus furias, que tú me deseabas. Milenios convergerían en ese lugar y esa
hora ardiendo voluptuosos en la carne estremecida. Detenido el tiempo
buscaríamos la última ceniza, trabados en el fuego de un rito secreto, así
descifraría el verbo leve de tus manos y el ávido dialecto tu boca. Y luego
así; manos y boca y lengua apartarían excitadas esas piernas coquetas hurgando
eróticas entre esos muslos de luna hasta alcanzar la tierna y carnal magnolia
que se esconde entre los vellos de tu pubis. Bebería ese día la miel de tu
sexo, lamería gota a gota su íntimo néctar, recorrería con mi legua viciosa los
pétalos de fuego, buscaría el botón oculto en sus pliegues, pistilo sensual que
espera en su trampa carnal, besaría con mis labios esos labios verticales,
cruzando tu deseo y el mío hundiría mi lengua en el surco de tu instinto, en la
profundidad ardiente, en la humedad perfumada, en la hembra que exuda esa miel
mortal.
Abril 20, 2012
sábado, 13 de septiembre de 2014
L'EXHIBITIONNISTE PUDIQUE
Me rompes el lluvioso mediodía con tus ricas
piernas desnudas, muy juntas, apretadas, definiendo la traza que oculta la
lisura pecadora del interior de tus muslos, y esa bota negra, puntiaguda, emblema
de incitantes masoquismos, y el pequeño mullido blando triángulo blanco que
promete futuros esplendores sexuales. Me excitas calientas erectas, así rica
desde el bautismo, desprejuiciada e impúdica, desatada, dueña de todos los
lúbricos reinos de las caricias y los quejidos de los atardeceres felinos. Las
piernas cruzadas, la suave y pálida pantorrilla, las manchitas deseosas de
labios que las besen y una lengua que las ensalive. Grandes flores blancas
sobre coquetos tules negros. La rodilla tierna y un fragmento de pierna en su
palidez extasiante. Subiría mi mano bajo esa sedosa y blanquinegra tentación suavecito,
subiría y subiría hasta el vértice vórtice húmedo y caliente, y allí dejaría mi
dedo liberado a su lujuria, anegándose, ardiendo, hirviendo en el fuego lento
de tu vulva, incinerándose en el incendio de las mariposas en peligro, en la
hoguera surco medusa, sin calma ni sosiego, inicial en la prosa sin verso que
desea derramarse densa y lechosa, lenta, sobre ti. Está lloviendo, y vas saliendo
a comer mariscos con paraguas negro y pañuelo rosa fuerte, la chaqueta de cuero
negro, caminas por la fina lluvia y yo dándote besitos en los muslos para el
frío; ¡Te reís!... Pero sólo vos me ves (i),
y me besas por ahí y siento tus labios, ahí, en ese tapado que es transferencia,
cuando ya se nos viene la tarde distantes y yo me pregunto extrañado que hago
con el abrelatas en la mano.
(i) “Balada para un loco”. Tango, con la música
de Astor Piazzolla y la letra de Horacio Ferrer, 1969.
martes, 9 de septiembre de 2014
FANTASIA BENICIANA
En découvrant
l'appareil
Ambos desnudos en el lecho de las fieras
recortadas, inicio de besos ensalivados de hambrientas bocas abiertas, de
lenguas entrabadas con furiosas ansiedades, caricias recorriendo las desnudeces
hasta en sus más íntimos escondrijos, dedos curiosos surcando penetrando
humedales y calenturas, manos que soban presionan aferran masturban. De súbito un
zumbido se desliza entre ellos, un insecto voraz de perfecto diseño ergonómico
que penetra la capas más profundas de la piel, pequeño, inofensivo y portátil, blanco
gris celeste, se inserta en la frondosidad lujuriosa del delirio sexual, invocando
el tecnológico goce corporal, quemando calorías, tonificando y relajando los
cuerpos, abierta ella y erecto él, aumentando la circulación de la sangre en
los sensibles y gozadores órganos genitales, aliviando las tensiones e
incitando a un escabroso carnaval muscular. Agazapado va masajeando eficazmente
glúteos, abdomen, muslos, piernas, brazos y más, mucho más; los enteros cuerpos
a lo largo vuelta y vuelta de cuello a pies con el cabezal de cuatro esferas, el
pubis femenino y las nalgas masculinas con el cabezal de ondas, el clítoris punzado
con cada uno de los botoncito del cabezal de seis dedos, el falo frotado rotando
con el cabezal de los tres rodillos, adaptador dentellado que afloja los
tejidos superficiales de la epidermis y anima la densa secreción seminal. Y se
pervierten y se envician explorando las múltiples contracciones musculares que provoca
la asociación de las cabezas de masaje y la lámpara infrarroja integrada en el
corazón del bicho perverso que calienta las zonas erógenas, y a su selector de
velocidad que permite aumentar o reducir la velocidad de rotación según la
cercanía al orgasmo o la eyaculación, aflojando los precisos tejidos musculares
nerviosos involucrados en la cópula y las masturbaciones. Ambos desnudos en el
lecho de las fieras escindidas se entregan ahora desaforados a los insectuales
desenfrenos del sórdido escarabajo.
WISHED PIGEON
“Esto me mantiene
caliente mientras la vida se hace más fría”. Quiero saber qué es el amor.
Foreigner, 1984.
Se me vuelan hacia ti mis besos muchos pensándote
mientras tu música va brotando en la tarde, y la oiré entre tus brazos, acariciando
tu pelo, susurrándote mi Amar para que te relajes y descanses de las fiebres
del día, y te llevaré bailando entre mis brazos la danza de los lúbricos
instintos. Me sentirás allá en tu cama gozando tu desnudez, masajeando tu
cuerpo, besándolo en todas sus extensiones, territorios, comarcas y rincones,
en sus intersticios sexuales y en sus deliciosos pliegues sensuales, sentirás
mi mano entre tus muslos, mi boca, mis labios en tu pubis, mi lengua en tu nido.
Y vendrás sigilosa bajo la mesa acariciando mi pantalón, haciéndome sentir tus
manos sobre mi cuerpo, endureciendo el ídolo a tu antojo mientras ardo en mis
deseos de ti, en la hoguera que se enciende desde tu nido, hiervo en las brasas
de tus palomas deslumbrado por las quemantes chispas de tus tetes. Me
encontraras bajo tus sabanas lamiendo, oliendo, sorbiendo, estoy ahí contigo,
bailando muy juntos esperando lo que un día será, y seremos lo que soñamos. Siempre
estoy contigo, tú me enseñas el Amar y yo te enseño los deseos. Te amo y te
beso y te penetro. Duerme el potro manso entre tus sabanas oliendo tu perfume y
tu aroma, duermo con mi boca en tu boca en un largo beso nocturno para que
nunca estés sola y tu piel reviva en mis manos y mi piel florezca en las tuyas,
derramándome en ti como una miel lenta y caliente que escurre densa por el
exasperante canalillo entre tus senos, todas mis manos te buscan, todas mis
bocas, tu posees mi lujuria cada noche porque te hice así con mis propias manos.
lunes, 8 de septiembre de 2014
RECUERDOS DE AQUEL ATARDECER
La primavera ha despertado al lobo de su
letargo invernal, y camino y camino sigiloso y atento por la espesura siguiendo
tus últimas huellas, tu perfume atrapado en la vegetación exuberante de mi
memoria, tu piel que reverbera bajo el tibio sol de este lado de la realidad.
Tu voz en aquel sofá de aquella tarde, tus ojos ansiosos, tus manos pálidas
jugando con la cercanía del crepúsculo. He entrado en mi laberinto de deseos y
sueños, de fantasías y ansias desatadas, y ahí te persigo, quizás inútilmente,
pero la bestia en celo que me habita no lo sabe y rastrea ensimismada tus
palabras como si la primavera tuviera el poder de devolverte a la cercanía
secreta donde ambos nos encontraremos llevados por ese destino inevitable. Fue
hace ocho largos años y aun tengo en mi memoria tu cuerpo, tus pechos, toda tú.
Debes saber reina de la eterna memoria que aun late en mi piel los últimos
rezagos de esas maravillosas horas nuestras de aquel jueves único e irrepetible
en el que logramos al fin compartir y vivir nuestras fantasías y pequeñas
perversiones. Recuerdo tu ropa interior blanca, esos pechos llenos, suaves, del
tamaño justo para mis manos, con sus oscuros pezones duritos, pequeños, sensibles,
que me fascinó chupar, mordisquear, lamer. Recuerdo el sexo oral que me hiciste
como toda una maestra, y el íntimo regalo de la penetración anal sintiendo como
apretabas mi glande hasta que no pude contenerme y me derramé en ti como un
extasiado sodomita. Recuerdo ir descubriendo tus gustillos secretos, esa
masturbación mutua, yo excitado viendo masturbarte tú misma con tu dedito en tu
clítoris, y ahí supe que te gustaba sentir un dedito en tu florcita anal y que
te mordisqueen tus pezones al mismo tiempo, me calentaste mucho al verte gozar
así, y más al sentir tu dedo en mi propia florcita anal haciéndome sentir equivocas
sensaciones. Recuerdo que te pusiste detrás de mí, montándome como perritos, recuerdo
sentir tu vulva, tu Monte de Venus en mis nalgas, restregándose como si
quisieras penetrarme. Recuerdo todo lo que hicimos, te hice y me hiciste, recuerdo
que después dormí envuelto en tu suave perfume, como si estuviera en un cielo
soñado y deseado.
Septiembre 24, 2006
UNE IMAGINATION ÉROTIQUE
A partir de las
palabras de Ma Be Vica.
Irrumpió la fantasía con mi mano sobre la tuya,
y un fugaz resplandor se posó en tu lejano ausente rostro inexpresivo, asustada
deliraste con la imaginación vivida sintiendo el gozoso embrujo de los roces,
los restriegos en una estrechez consumada. Estuviste entonces esquivando tu
mirada pecaminosa porque además de ese imaginario tocamiento sentido te ilusionaste
con la loca fusión de nuestras bocas ensalivadas y embebidas de besos y
mordiscos como una revelación escondida. Imaginaste nuestros cuerpos trabados en
los candentes delirios de una cópula imposible. Todo tendió a la voluptuosa
culminación de los deseos, al perverso embrujo de la lujuria solitaria en un
misterioso ámbito de ilusorias sensaciones. Te detuviste en mi erguida virilidad
con ocultos y delicados estremecimientos, bajo el mágico arrobamiento de mi impúdica
desnudez en desparpajo. Yo que venía sin saber imaginado, encopé tus pechos y
sentí en las palmas de mis manos la punzante protuberancias de tu pezones, y
busqué abajo la mullida duna de tu Monte de Venus intuyendo la tibia humedad de
tu sexo. Lo sucedido después se confundió entre los cómplices secretos de la
soñadora y el soñado. Y luego de nuestros muy apasionados estrechamientos levantaste
los caídos vestidos mientras yo me iba diluyendo en tus rutinas. Y todo sucedió
en un lento mínimo momento con una sensual intensidad instantánea. Quizá todo
fue cuando te di la mano y te sentiste muy ansiosa, aunque tus ojos ya me
habían visto desde hacía mucho tiempo, quizá ese leve tacto fue lo que incendió
tu gran imaginación fogosa.
domingo, 7 de septiembre de 2014
PALOMA INENCONTRABLE
Te busqué por la tarde que se me venía fría y
nublada, con la aspereza de su vacía consistencia sin la silueta de tu cuerpo
en su desnudez arremolinada que me invade e inunda como un oleaje salvaje que
se extiende con su voluptuosidad excitante entre tus tetes y la tibia dureza de
tus rodillas. A contracorriente de la pura sensualidad que va subiendo como una
marea sexual desde la punta de los dedos de tus pies hasta la negra noche de tu
pelo en una desatada marejada de brillante azabache. Te busqué en las grieta de
los muros atardecidos, en las sombras somnolientas del jardín, en las junturas
de mis deseos machos, en la incipiente erección de mi verga que intuía tu nido
en el entorno lujurioso de los días desvencijados sin tus imágenes detrás del
cristal donde te me apareces en tus quemantes juegos de paloma esquiva. A favor
del viento de las lúbricas intenciones de poseerte en tu propio lecho
penetrando las húmedas y estrechas honduras de tus instintos de hembra
ilimitada y abierta a los punzantes apremios de su potro pervertido. Te busqué espiando
y deseando en las hendijas de tu día por la tarde de tu descanso mientras te
desnudabas en la soledad de tu cuarto y caminabas desnuda buscando mis ojos
mirones en los espejos donde me dejabas ver tus amplias palomas mullidas con
las rosadas aureolas de tus tetes y la hirsuta selva de tus vellos púbicos y la
sinuosidad de tus caderas y tu espalda y tus muslos y tu vientre y tus nalgas y
tus labios con la sonrisa del dulce pecado de la carnalidad expuesta en todo su
esplendor mientras va pasando la tarde en que te busqué ansioso y erguido sin poder
encontrarte.
ECOS DEL CAMPANARIO
“Todo lo que puede
suceder sucede en algún momento” Robert Lanza
Los vasos en ámbar dorado y en pálido verde, negra
la blusa top y colorida la pollera de tul, la negra transparencias donde un breve
pezón se ocultaba como una rosada rosa pudorosa, el íntimo bordado en el lado izquierdo
de las negras bragas. La mano que asciende por los muslos entre piel y seda
excitada, la hoguera a pleno fuego, su boca pecando succionando, la lengua
surcando, la nariz olfateando viciosa la oriental vellosidad, roces caricias
succiones lamidos frotamientos surcaciones y penetraciones, manos dedos labios
lenguas piernas trabadas, bocas hambrientas. Una música vagaba por el undécimo
paraíso, ellos desatados desaforados, sumergidos en una locura de sensaciones,
de búsquedas del goce del otro, ebrios de prohibidos sabores insertos. La cópula
inevitable con los ojos clavados en los ojos, las palabras desatadas en sus misteriosos
odios y obsesiones, la mano masturbando y su boca quemando, el contraste de la
ficción mentirosa de lo imaginario e ingenuo y la sensual realidad de la mano
entre los muslos o los lamidos en la vulva, la boca en la boca o en la gratísima
felación. El siempre quieto lecho felino se estremece palpitante en un tumulto
orgiástico de altas damas de secretas noblezas, de evocaciones de antiguos
nombres revividos, de acechantes faunos de peluche y de pervertidos sátiros compulsivos.
Dos veces fue ensalivada y besada y lamida la tibia y suave cóncava convexa comarca
lobachevskiana. Locas hélices girando cruzados sobre el lecho, los lamidos por
los rumbos inversos repetidos como una invocada floración inconfesable, entregados
en gracia enervante a olvidarse de todo y solo vivir y sentir ese preciso
instante sublime que justificará para siempre los años mustios y los perdidos otoños.
SOBERANAS NEGACIONES
“Abandonado como los muelles en el alba.” La Canción Desesperada. P.
Neruda
“El nombre de una mujer me delata. Me duele una mujer en todo el
cuerpo. El Amenazado.” J. L. Borges
Niegas la surgencia, el retorno, la
repetición debida y buscada, te cierras a los ojos y a las voces, al nocturno
cavado en las sábanas sudorosas del insomnio, al denso rocío macho madrugador
sobre tu piel desnuda, escurriendo quemante como la savia del árbol del pecado.
Evades los sortilegios de la pasión cabalgando las secretas infidelidades de
las almas atrapadas entre soledades y plenilunios. Te ciegas al cristal de los
azogues, a los textos ya escritos en los destinos, al caos de las
incertidumbres sucesivas, a la sensación de no estar sola nunca porque alguien
te desea y te espía detrás de todos los vidrios. Enmudeces mordiendo tu lengua
para no declararte vencida por las nostalgias de los soeces susurros y las impúdicas
caricias, seducida por lúbricas estimulaciones y vergencias proximales. Abjuras
de la antigua cercanía viciosa con el lamedor insaciable, lingüista
voraz, vicioso masturbador oral, cunnilingüista desaforado, sibarita de jugos
vaginales, masajeador impuro, sórdido inpenetrante, lujurioso sátiro del bosque
púbico, tierno penetrador, y cronista irrespetuoso de tus imposibilidades,
pudores y recatos, de tus fantasías reprimidas, de tus ansias subterráneas y de
tus ardores desesperantes en la húmeda penumbra de tu lecho. Reniegas de haber
sido inflamada por el canto del desespero, de renacer momentánea entre las
ruinas de los suburbios de los sueños, en sus plazas enlluviadas, en sus
parques de estatuas congeladas y escaños vacíos, en sus esquinas de tristes
faroles, en sus breves calles tumultuosas, en los musgos y en las garúas. Rehúsas
deshacerte de tus soberbias mientras giras y giras sobre ti misma.
QUIEROS SOBRE LA PALOMA
Quiero hundirme en ti buscando tus contenidos
deseos para hacerte olvidar las viajeras penas del ayer, lo incierto del hoy y
la bruma del mañana, surcarte erguido, penetrante, ansioso y sediento de tu
humedad de potranca en celo vivo; verter en tu vulva mi semen quemante como un
licor sagrado, sentir tus labios en mi endurecido miembro, poseerte; amanecer
entre tus pechos succionando tus pezones, sentir tu calor incendiando mi piel
desbordada de sudor; estar ahí contigo trabados en un beso largo que derrame
sus ternuras de boca a boca, de mano a muslo de mano a falo, de glande a clítoris,
inserto e insertada; desesperarte hasta que empapes de perfumado sudor tus
sábanas, hasta saturar tu cuarto del aroma impío de tu sexo humeante y embebido;
lamer todos los voluptuosos recovecos de ti, tus axilas y las curvas de tus
codos y tus rodillas, tus ingles, el cauce entibiado entre tus glúteos, el
borde de tu cuello, detrás de tus orejas, el escondido periné, tu flor del sur
y tus labios vaginales, saturarme de tus untuosos sabores; irrumpir macho niño
en tu cuerpo hembra madre cubriéndote como los animales en los campos de las
antiguas gramas de tus memorias, abrirte como una fruta madura, dulce y jugosa,
sorberte en medio de los densos deleites de mi solitaria eyaculación; dormir a
tu lado solo buscando tus besos, ser tu almohada y tu reposo, tu tierno amante susurrante
y tu violento potro salvaje; permanecer profundo y seminal en ti honda e
insaciable para fugarnos del aquí y el ahora en las lujuriosas intenciones de
nuestros sueños; todo eso y más, quiero.
miércoles, 3 de septiembre de 2014
SECUENCIA DE INVASION DE LA PALOMA
Llueve. Busco el fuego de tu cuerpo. Tu mano
me da el calor y las ternuras en sus caricias. Tu boca abre las puertas de mis
deseos. Las decoradas uñas en su tenue rosa brillante y nacarado burila mis
secretas lujurias. Me inserto entre tus senos niño y macho. La noche se incendia
en tus pezones. Naufrago en la mullida blandura de tu tetamenta chupando macho
niño boca abierta hasta las tiernas circunferencias de tus aureolas. Me deslizo
por tu vientre como una miel seminal, densa y quemante. Surco la hendidura de
tus glúteos para polinizar tu flor del sur. La embebo de mi saliva lubricante. La
punzo con mi lengua fálica. Introduzco mi miembro en una lenta ceremonia de
atávicas sodomías mientras mis manos se agarran de tus caderas de potranca
encelada. Dedeo escarbando la rosada carnalidad húmeda de tu vulva dilatada
como una rosa abierta en su rocío. Me reitero en tu clítoris rozándolo en los
breves círculos de las lésbicas masturbaciones. Hundo mis dedos en tu vagina en
busca de la prominente y áspera rugosidad que detenta la posesión de todos tus
goces. La acoso y la restriego insistente a yema viva. Te retuerces en una
voluptuosidad desaforada. Constato los mojada latidos de tu sexo y te penetro
con mi verga endurecida por tus jadeos y espasmos. Jineteo sifoneo bombeo
eclipsándome en la luna pálida de tu cuerpo. Orgasmas al sentir mi eyaculación
anegando tu oquedad sexual con el denso semen chijeteado. Llueve sobre tu sueño
y mi fantasía con las tibias aguas de nuestros oscuros instintos desatados.
martes, 2 de septiembre de 2014
ANOCHE A DOS VOCES (1)
En medio de la nieve la ciudad se
adormece en la noche fría y casi silenciosa, ella espera la visita de los
cálidos fantasmas que la acosan noche a noche en su lecho de hembra solitaria,
un poeta y un fauno, son uno y son dos al mismo tiempo, un pequeño dios Jano
que irrumpe en los misterios del deseo… abro
suavemente tu ventana que me esperaba entreabierta, dejo pasar primero al poeta
que esta muerto de frío y después me deslizo yo, rastreando tu piel me acerco a
tu lecho silenciosamente y me introduzco entre las tibias sabanas inundadas de
tu perfume de mujer y de hembra en celos, quedo apegado a ti por tu lado
izquierdo…, el poeta esta acurrucado contra tu cuerpo por el lado derecho…,
escucho sus susurros, sus palabras tiernas, sus requiebros de amor, y me quedo
quieto solo oliendo tu cuerpo casi sin moverme… contra tu cuerpo desnudo
sintiendo la suavidad de tu piel en mi piel, el perfume esparce su halito
romántico en nuestra tibia cercanía, busco tus labios que me esperan con
delicadas ansias y los beso, suavemente, como recorriéndolos con mis propios
labios, tocándolos levemente con la puntita de mi lengua, deleitándome con tus
sabores de mujer, siento tu anhelante respiración en mi rostro, mis brazos te
aprisionan con toda la ternura que he acumulado por ti, siento también tu
abrazo calido, de amor amor y de larga espera, nos besamos en silencio, ávidos
de nosotros, de esta cercanía soñada por tantas noches lejos… una de mis manos inicia la búsqueda de tus
pechos de niña, las suaves colinas vistas, imaginadas, soñadas hasta el
cansancio, encuentro el valle perfumado que los separa y paso mi dedo por ese
ardiente surco que me incita a buscar el otro surco húmedo que adivino
expectante entre tus piernas… el poeta a iniciado su letanía de palabras
bonitas…, no me importa, yo busco algo que esta tan escondido en ti que él no
llegara nunca a esos rincones… nuestro beso ha quebrado la noche fría en
dos mitades, acerco mi boca a tu oído y te voy susurrando todas las palabras
que te debo, te hablo de las dolorosa distancia que nos ha separado tanto
tiempo, del dolor de saber que tu viaje se ha pospuesto, de la ausencia de ti
que se acumula en mi alma como el polvo en una casa vacía, te hablo de gaviotas
y pájaros, de los días soleados en tu tierra lejana, del viento que te busca
por las esquinas de las calles de tu infancia, te doy el mensaje de esas calles
de tu adolescencia, te describo las huellas de tus pasos y el eco de tu risa,
los rastros de tus sueños de niña y de tus anhelos de mujer, allá tan lejos que
tu memoria debe buscar esos recuerdos entre el rastrojo de años que te parece
no haber vivido, lugares y personas para ti ya casi inexistentes… (Continúa)
Febrero 8, 2005
ANOCHE A DOS VOCES (2)
…mientras escuchas embobada al poeta, mi otra mano inicia el descenso
hacia la hoguera de tu sexo, se desliza lenta por tu vientre, hurga tu ombligo
como si fuera un pozo de agua para un sediento, siento el fuego de tu piel
consumiéndose en deseos de tactos y caricias lascivas, hundo suavemente mi mano
en tu vientre, para sentir tus ansias de hembra a la espera del macho, sigue mi
mano bajando por tu vientre hacia la profundidad mas húmeda de tu ser, llego a
tus vellos púbicos, esa pequeña selva olorosa de sexo, y enredo mis dedos en
ellos, tirándolos suavemente, peinándolos, jugando como un niño impúdico, los restriego
entre mis dedos para sentir las consistencia elemental de esos vellos sexuales,
mi dedo del corazón ha encontrado el inicio del surco húmedo de tu sexo, se
asoma a ese canal mojado de deseos, a esa flor de fuego anhelante… hundo mi
rostro entre tu pelo y tu cuello, siento el perfume unido como un sueño a tu
piel, y en voz baja te recito un poema que voy creando ahí mismo en tu oído…
Escucho el latido alterado de tu corazón ansioso, mis labios van dando tenues
besos por tu cuello, por tus pómulos, hasta que llegan a tus labios y se funden
en un beso de amor soñado, nuestras lenguas desesperadas inician un juego de
pasión desatada, lamen nuestros labios, se dejan morder, se empujan y se
trenzan en el largo beso en medio de la noche… mi dedo que ha recorrido el borde ardiente y húmedo de tu sexo,
encuentra tu clítoris, erecto, punzante, anhelante, lo toco suavemente con la
sensible yema de mi dedo, lo recorro en círculos, escucho tus quejidos de
deseo, con maliciosa lentitud mi dedo se hunde en el surco de tus labios
vaginales, esta ardiendo en sus jugos densos, siento su blandura sexual, mi
dedo se ha humedecido totalmente en esa pequeña y estrecha vasija erótica, lo
embadurno de tus jugos sexuales y me lo llevo a la boca, chupo de mi dedo tu
néctar erótico…, repito este rito muchas veces, para saborear esa miel salada
de tu sexo, la densa consistencia de ese liquido intimo me excita mas y mas, mi
verga esta erecta, dura, sensible, debo contenerme para no eyacular ahí mismo…,
luego mi dedo inicia una lenta penetración en tu vulva mojada y caliente, entra
y sale con suavidad contenida…, siento que tu mano busca el animal endurecido
que habita entre mis piernas…, mi dedo hurga entero dentro de tu vagina
sintiendo toda su calentura, toda su humedad de hembra desesperada, tu mano ha
encontrado mi pene erecto y lo aprieta con saña, con ansias, con furor…
mientras nuestro largo beso se extiende por la fría noche de afuera, nos
envolvimos en un apretado abrazo, fundiendo nuestros cuerpos, buscando los
acomodos físicos para ser un solo ser, trabamos los cuerpos como si fueran dos
partes quebradas que al fin encuentran su parte perdida…, siento todo tu cuerpo
delgado pegado al mío, nuestras bocas siguen en la desesperación del beso
eterno, siento en mi pecho la tibia y punzante presencia de tus pechos de niña,
nuestros sexos se encuentran frente a frente, se acarician suavemente como si
fueran independientes de nosotros, nos movemos lentamente buscando ese ritmo
natural, compartido y sensual…, de pronto mi miembro encuentra el surco sexual
de tu sexo y muy suavemente se introduce entre esos ardientes labios
verticales, arriba nuestras lenguas lamen nuestros labios, juegan entre ellas,
los labios abiertos las atrapan y las liberan en el mismo ritmo sensual de
nuestros sexos…, abajo, mi miembro erecto ha encontrado la puerta del placer,
esta ardiendo en su humedad anhelante, y lentamente la va penetrando, se va
hundiendo, irrumpiendo en esa intimidad que lo aprieta como una boca sexual…, e
iniciamos un movimiento acompasado, lento, intenso…, el ritmo va aumentando en
intensidad, es cada vez mas penetrante, mas apretado, mas ardiente, de pronto
ambos cuerpos se convulsionan, laten al mismo tiempo con una desesperación
concentrada… arriba nuestras boca se aprietan desesperadas… e irrumpe en ti mi
lava ardiente, el néctar de fuego que te inunda, tu sexo late de placer,
succionando de mi miembro hasta la ultima gota de ese semen de amor…, nos
quedamos abrazados, cansados pero felices, el sueño nos atrapa así, unidos en
un solo cuerpo, afuera en la madrugada ya se escuchan las primeras aves del
día… (Primer Fin)
[…quiero, deseo, sueño, seguir hurgando en tu cuerpo desnudo, mas aun
cuando el poeta había concluido su rito de amor y ternura…, cuando se sacian
los sentimientos el sexo aflora en toda su pureza física…. La entrega es total,
a ojos cerrados…, la noche es solo nuestra y la madrugada lejana…]
Febrero 11, 2005
Suscribirse a:
Entradas (Atom)