sábado, 17 de agosto de 2013

IMAGINARIUM


Amiga, divina amiga... su cruel silencio me ha obligado a echar a volar mi imaginación y en ese territorio soy Rey y Señor... así que imaginé que estábamos ambos en un día de lluvia escondidos en cierto departamento, en cierta calle (mi imaginación es muy precisa...), ya estábamos en el lecho, ambos casi desnudos, yo aun con el pantalón y Ud. solo con una falda, estábamos asustados y ansiosos, entonces una de mis manos se fue sigilosa a sus piernas, lentamente fui tocando y acariciando por dentro de sus muslos, en esa zona de suavidad de sueño, de intensa sensualidad..., y con la otra mano le acaricié el pelo, atrayendo su rostro hacia el mío, hasta que nuestros labios se rozaron, y nuestras bocas ávidas del otro se fundieron en un beso, las lenguas se enredaron y los labios se abrieron al goce del beso ansiado..., los dientes mordisqueaban y buscaban como fieras furiosas los labios del otro..., la otra mano llegó hasta su sexo, oculto entre los ensortijados vellos púbicos, estaba húmedo, ardiendo en su fuego de ansias y deseos, y mis dedos jugaron con el clítoris erecto, sensibilizado por los instintos desatados..., yo sentía mi miembro creciendo, erectándose, punzando bajo el pantalón, la recosté en el lecho, y subí su falda hasta su cintura, le saque los cuadros con lenta ansiedad...., llevé mi mano a mi pantalón y saque mi verga erecta, endurecida por Ud., su glande brillante, turgente..., estaba ansioso de penetrarla, de hundirse en Ud. hasta las profundidades de su intimidad..., lo llevé con mi mano hacia sus labios verticales abiertos y rendidos, y lo hundí en ellos, con lenta fuerza, con ternura y deseo, con ansias desesperadas pero controladas para sentir el placer maravilloso de ir penetrando en su vulva toda mojada, ardiente, succionante..., sentí como mi falo iba abriendo esa abertura carnal e iba siendo succionado por sus deseos de entregarse..., ah!, y después del juego de intensos movimientos, esa danza lujuriosa, esos grititos desesperados... la inundaba con mi néctar sexual, como una lava ardiente que se derramaba en Ud. llevándonos a los dos a la cumbre del placer..., todo eso imaginé amiga..., y Ud. no pudo evitarlo!

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