viernes, 30 de septiembre de 2016

SOBRE TUS IMÁGENES IMAGINO


Para DE

Ni la roja rosa de tus labios, ni la oscura profundidad de tus ojos con su mirada lejana, ni tu leve y sutil sonrisa, ni la perfecta tersura de tu piel desnuda e incitante, ni el brillo de tus aros, del colgante y del borde de tu escote, ni el negro de tu sensual vestido, ni tu dulce madurez inquietante, pueden desviar mis ojos lascivos de la mórbida suculencia de tus pechos, ni del excitante canalillo que divide esas mórbidas y grandes lunas llenas, ni detener mis deseos de hundirme en esa suave tibieza de tus hermosos senos. Sumergirme ebrio de la esencia de tu perfume, en la cálida, amplísima y sensual blandura de esas dos frutas maduras que estremecen y encienden los instintos de todo el que las mira, perseguir ese lunar que amanece en tu seno o el rojo insinuante de tu boquita pintada que llama al beso tierno y a los besos mordidos, enredar mis dedos en ese negro salvaje de tu pelo, derramarme por ese cauce mullido y excitante que dibuja la hondura de tu soberbia tetamenta, encopar con mis manos ansiosas el lleno rosado que contiene esas grandes burbujas de mi deseo y ahogarme en ti feliz como un lascivo suicida. Tú elevas el rígido mástil del lujurioso marinero para que zarpe hacia los mares del desasosiego. Te miro extasiado de cuerpo entero, hambriento de esa carnes sabrosas, sediento de tus íntimos licores, te espío en ese altivo escorzo, recorro la largura de tus piernas desde la puntita misma de tus pies hasta tus muslos apenas asomados, disfruto la lisura de tus brazos de miel y de tus manos soñando sus caricias. Imagino lo que esconden el negro y el celeste, y te imagino desnuda tendida en el lecho, imagino la ampulosa turgencia de tus pechos, las deliciosas protuberancias de tus pezones, imagino el triangular cojín oloroso de tu pubis y la abierta flor de tu vulva en su vedada humedad, y sigo imaginando atrapado en el vértigo de mis urgentes deseos de poseerte.


miércoles, 28 de septiembre de 2016

CANTO DEL FERVIENTE OBSERVADOR


Para LHSA

“Hay mucho por decir, empiezo diciéndote que me haces falta, que me gustaron tus poemas porno, que me gusto hacer en amor virtual contigo”. Ella en sus palabras.

Te observo lascivo, obsceno, lujurioso, lobo en celo, sátiro de erguido falo, fauno pervertido, te observo tendida en tu lecho como una sirena de mórbidos muslos, de amplios senos, de tersa piel que invoca los imaginarios coitos de salvajes animales desesperados en las hirvientes selvas de las eyaculadas masturbaciones, te contemplo tú ahí sonriendo pícara y coqueta en el negro vestido que induce a pecar, a imaginar, a desgarrarlo y desnudarte ahí mismo y enhebrarte lento y profundo, duro y punzante, te espío entera con depravado detalle, buscando más y más en tu poca desnudez fragmental, oliendo, saboreando, buscando en el triángulo de tu pubis el blando moldeado de tu vulva, su surco genital, sus labios pétalos, el breve capullo de tu clítoris, y mi mano inicia inevitable el lechosos rito del macho solo. Pero no encuentro su huella, sino solo el corazón afuera, expuesto y esperando. Aun así, toda distancia será derrumbada por las intimidades compartidas en los páramos virtuales, ya no serás intocable ni impenetrable, nos sumergiremos en el pasto anegados de ávidos  deseos y de desatadas lujurias, entre estremecimientos y palpitaciones nos buscarán nuestras manos en nuestros cuerpos, y dejarán en ellos los tatuajes del sexo que nos debemos. Todo pudor será castigado con alegres desparpajos, todo recato se disgregará en perdidos susurros, toda lascivia brotará subterránea y se esparcirá por las grietas de la misma tierra que nos acoge. Entonces te ungiré objeto del deseo, deseada materia sexual, carne que te quiero carne, diosa esencial del goce sublime, efímera flor de la lujuria, esfinge pasajera transitoria temporal, poseedora del suspiro y del gemido, del destello de la cópula y del relámpago fugaz del onanismo consumado ante tus veneradas imágenes obscenas. 

DESDE TI EN TI


Para AM

Desde tu largo pelo negro como una noche de ensueño que se extiende más allá de la madrugada, desde tu piel canela que contiene en sus poros todas las ardientes calenturas tropicales, desde tu cuerpo esplendido de hembra maciza, llena, real, imperfecta e incitante, desde tu tetamenta monumental con sus protuberantes botoncitos de tus pezones, desde tu exquisita exuberancia morena toda tú emerges de los sagrados hervores de la carnalidad burbujeante del sexo impuro, salvaje y desbocado. Desde esa depravada instauración viciosa vagaré extraviado, erecto, endurecido, babeando por tus axilas, bebiendo el néctar de tu saliva y el jugo de tu vulva, oleré hasta la tierna médula de tus huesos, devoraré tu entrañas como un lobo hambriento, dejaré desaguar mis instintos en el cántaro de tu sexo perpetuo, en su húmedo rosa carnal abierto como una voraz orquídea carnívora, en su consistencia de palpitante molusco lascivo. Veré o soñaré tus manos ansiosas invadiendo tu cuerpo, incendiándolo con el fuego pervertido de mi mano ansiosa en mi miembro, las manos urgentes trastrocadas, confundidas en la misma otra piel deseada besada lamida mordida mamada succionada, escarbaré en tus malos pensamientos, en los más intensos y los más pecaminosos, los más "sucios", los más morbosos, oiré tu voz hablando en un idioma procaz y vulgar para que me excites de palabra, obra y pensamiento y te besaré leve y tierno, apenas rozando tus labios para que así puedas oír mis susurros en la noche cuando yo te posea en tu insomnio. Quiero volverte loca por mí para que hagas locuras que jamás imaginaste que un día ibas a hacer, quiero desearte desvergonzada, atrevida, grosera incluso, o indecorosa, pero sobre todo, esencialmente mía.


sábado, 24 de septiembre de 2016

PRECISA COINCIDENCIA MAÑANERA


Para AM, reina mañanera

Era la mañana anunciada, la de la espera y la premonitoria excitación, cada minuto era una hora, y la hora estaba como congelada en el reloj, entonces apareció tu carita de niña juguetona, con tu voz desde la lejanía pero con la dulce complicidad de los amantes imposibles, y vi tus pechos llenos con sus soberanos pezones y sus protuberantes botoncitos que mis labios, vi tus fosforescentes bragas calipso que tu mano descorrió para mostrarme la perfumada y húmeda orquídea de tu vulva deliciosa, rodeada del depilado y fino musgo de tus vellos púbicos, y tu mano bajó esas bragas y hurgo en tu sexo para mi mayor goce masturbatorio, y mi mano frotaba extasiada mi erguida verga endurecida por la obscena y erótica visión que me brindabas, y mis ojos te poseían ahí mismo en tu lecho mañanero, y mis labios besaban esos hermosos y carnosos labios con besos que menguaban cinco mil ochocientos cincuenta y siete kilómetros hasta convertirlos en la mínima distancia necesaria para un leve roce encantado, y tu rostro moreno me sonreía coqueto e incitante y me alentaba a consumar en una copiosa eyaculación las ansias que me incendiaban las vísceras y convertían en una brasa quemante mi miembro viril en mi propia mano, y todo se fue acelerando en una vertiginosa incitación al placer de todos los placeres, tus dedos jugaban con esos oscuros y grandes pezones, tu mano jugaba en la abierta humedad de tu sexo, mi mano desesperada jugaba al frote y frote de mi erecto falo, y vino el éxtasis seminal que se derramó lento y denso sobre las tibias y ampulosos dunas de tus senos.


COMPLICIDAD INICIAL

Para AM, amiga y cómplice

Tu sonrisa posee la grata sensación de una sensual quietud y tus labios la invocación a los húmedos besos mordidos, en tu negro pelo que se derrama como un oscuro oleaje están las tentaciones de la caricia que se enreda entre los dedos, y bajo el vistoso celeste se vislumbran por el deliciosos escote las dulces y ampulosas grandes lunas llenas de tus pechos. Toda tu piel morena despierta un hambre de dulces lujurias  y las vivas obsidianas de tus ojos destellan iluminando oscuros deseos. El rosado y negro de tu playera dibuja con voluptuosas curvas las amplias combas de tus amplios senos que mis manos imaginan en su suave blandura como los frutos de tu voluptuosa madurez, y mis ojos imaginan las grandes monedas carnales de tus pezones donde mis labios sueñan succionar el dulce jugo de tu sexualidad. Miro tu imagen y alcanzo a saborear la tibia canela de tu piel, huelo tu incitante aroma de mujer, me deleito en el sabor de tu miel, clavo mi lasciva mirada en la colorida tela de tu apretado pantalón strech y comienzo con lento deleite a dibujarte desnuda en mis obscenos instintos, las curvadas lisuras de tus muslos, las mórbidas combaduras de tus nalgas, el negro y perfumado musgo recortado que crece en tu pubis, allí donde florece oculta y palpitante la húmeda rosada rosa de tu vulva. Entonces me voy por el canto de cobre de tu piel hasta tu íntima hondura, y en verso y roce te despierto a mediodía como hembra estremecida esparciendo mí aliento quemante a lo ancho y alto de tus pechos llenos, y te voy surcando erecto a lo largo de tus piernas, todo hacia adentro hasta la flor de tu sexo abierto que me espera ansioso en su ávida humedad.


jueves, 22 de septiembre de 2016

CEREMONIAL DE LA SIRENA Y EL LOBO


Para LHSA

Tú eras una sensitiva sirena en celo mecida por el lento oleaje de las sábanas, ahí en tu lecho aun tibio, solo con las mínimas braguitas negras, envuelta en esa exquisita sensación de la piel desnuda que es rozada por los infinitos dedos de esos suaves tejidos. Yo era un lujurioso lobo enjaulado en la misma hora pero en este otro lado de la mañana, acechándote con los deseos en carne viva, oliendo el aire que me traía tu aroma de hembra dispuesta, paseándome y manoseando mi miembro en ristre, dispuesto a cumplir el rito mañanero de la urgente masturbación. Las palabras surgieron con escondidas vehemencias entre amistosas coqueterías femeninas y delicados asedios masculinos. Una sexualidad subterránea ardía coincidente en los cuerpos ansiosos, brotaba desde la sensualidad inicial que vibraba con sutil desenfado y floreció instantánea cuando nos vimos frente a frente uno al otro como en un milagro espacio temporal en el que tú estabas acá en mi sala y yo allá en tu cama. Primero fue tu boca, tu risa resplandeciendo en la soledad matinal, después fueron tus pechos excitante con sus oscuros pezones punzantes, luego tu mano hurgando entre los breves y negros encajes tu húmeda vulva sedienta, y entonces fue mi mano frotando mi hambriento miembro endurecido, y en las dos mañanas las voces instauraron lentamente una inevitable lujuria que se fue esparciendo en el coro de tus quejidos y mis quejidos, y mis ojos devoraron tu obscena desnudes ahí en tu lecho y tus ojos vieron mi falo masturbado por mi mano que de alguna misteriosa y lasciva manera era tu mano, y nos encontramos sumergidos en la caliente ciénaga de una cópula inmaterial hasta que vertí el jugo denso y lechoso de una deliciosa eyaculación y tú alcanzaste el éxtasis de un estremecedor orgasmo, y así consumamos con erótico fervor y ávida desesperación el ardiente ceremonial de los amantes imposibles.

Imagen: “BONDED ~ Human Connection (Man and Woman Talking)”, sculpture by artist Rogier Ruys.


miércoles, 21 de septiembre de 2016

SOLO TU MUSLO


Para CR

Todo el horizonte, los extramuros del día, la premonición del nocturno, el calor incipiente de la tarde, estaban cubiertos por tus muslos, abarcados por esa cegadora luminiscencia de una remota sexualidad destapada, fue como si el entero Universo vigente estuviera acontecido de tu carnalidad suculenta, de esa intensidad lujuriosa que surge a borbotones por los poros de tu piel desnuda. La sábana que oculta y niega tu vulva en su olorosa y húmeda espesura florecía en el rincón de tu entrepiernas y subía invisible a la mullida duna de tu pubis, los astros lunares destellaban carnales y tímidos en ese espacio de tersa suavidad donde días sin lluvia mi saliva hizo gorgoritos y mi lengua vago como un caracol destinado en busca de los sabrosos pétalos de tu sexo embebido de los íntimos jugos del deseo, allí, en esa mórbida palidez las manchitas configuraban extrañas constelaciones: La Rosa Hambrienta, La Cruel Beata o La Pudorosa Egoísta, y cada una guiaba a mis extraviados ojos hacía los acantilados del desasosiego o a las ardientes arenas de las islas masturbatorias donde eres reina poseedora del misterio de toda tu exhibida piel posible. Y fue entre los intersticios de la sublime visión que busqué la sinuosidad y la curva, la blandura excitante de una suave comba, el calor de la carne palpitante, su sabor a provocativa sal excitada y su vaho marino de violenta marejada. Toda la perspectiva contenía la voluptuosa insistencia de tu muslo, su libidinoso cautiverio implícito y su obscena tenaza premonitoria de goces perdidos, y yo la veía en medio de una deliciosa calentura refulgiendo como una lánguida brasa en la alta hoguera de tu castillo.


LA LUZ EN EL ESPEJO


Para LHSA

Te reflejas sin denso pudor ni cristalina vergüenza en la luna del espejo, dejas tus pechos al imaginativo descaro mis ojos sátiros, los alientas a introducirse con fervor onanista en la larga hendidura del escote, a segar los trigos de mi estío con su filo sexual. Allí cristalizada posees una sensualidad quieta y a la vez alegre, de juguetona coquetería, de exuberante estatua de mujer desnuda en medio de una fuente de aguas danzarinas, de nocturna esfinge que baila envuelta en transparentes tules en los ardientes plenilunios de mis insomnios. Te repites soberana y soberbia en el azogue, la sinuosidad de tus caderas, las mullidas combas de tus pechos, los salvajes y furiosos cabellos ensortijados por donde mis dedos machos se enredarían para morderte un beso con toda la lascivia cómplice de los que comparten el mismo infierno. Te desdoblas en un perturbador escorzo y sonríes como presintiendo tu dominio sobre tus nuevos territorios, sobre mis manos que desean tocarte desde los pómulos hasta los empeines, sobre de mis labios que desean escarbar tus entrañas buscando los goces compartidos que nos negaron los dioses que rigen nuestros destinos, sobre de mi lengua que anhela ir ensalivando con sus mojadas brasas los íntimos senderos de tu cuerpo, sus valles y promontorios, sus otoñales frutos madurados en los calores de los todos tus veranos, sobre mi entero cuerpo estremecido ante la sexualidad escondida en tu imagen y que solo yo presiento en su sublime intensidad. Al este otro lado del cristal te miro con secreta lujuria, me dejo arrastrar por el vaho caliente que va surgiendo de tu piel de voraz hembra perfumada, mi virilidad estimulada por obscenas e imaginarias escenas se eleva y endurece al borde vicioso de una untuosa eyaculación.


martes, 20 de septiembre de 2016

VISIONES DEL PECADOR


Para LHSA

Me sorprendo espiando y deseando las ampulosas suculencias de tus pechos sometido al abierto e insinuante descaro del escote, queriendo ser la solitaria perla en tu cuello a punto del suicidio ahí en lo alto del delicioso acantilado de tu excitante canalillo y rodar ebrio de tu piel por ese tibio abismo carnal, por las tiernas blanduras de esas dunas de suaves arenas bamboleantes, describiendo los arcos que tienden tus pechos maduros, soñando perpetrar en ellos el último pecado de la carne antes de irme a vagar por el infierno y seguir buscándolos allá en sus babilónicos tugurios. Hasta donde, me pregunto curioso, llegará el soberbio tajo de tu escote, profundizará, me imagino excitado, por tu estomago cruzando el pequeño cuenco de tu ombligo, seguirá por tu vientre palpitante hasta la lasciva comba de tu pubis bajando (quizá entre la espesura) por el surco oloroso y húmedo de tu flor abierta a mis delirios, descenderá por la mórbida consistencia de tus muslos, por las duras monedas de tus rodillas, por las curvas tentadoras de tus pantorrillas para ir a saciarse de sexual fetichismo en la osatura estremecedora de tus pies. Ah! como quisiera abrir aun más tu colorida blusa de verdes violetas blancos y negros y acceder a la plena pomposidad de tu busto para despertar por sorpresa tus pezones prohibidos a punta de lentos besos ensalivados y hundirme en tu opulenta tetamenta como un náufrago desesperado que delira entre la sed de succionar con lujuria tus senos y el hambre de morderlos hasta que grites en medio de la misteriosa, ambigua y libidinosa sensación que mi boca te provoque.


CON DEVOTA IRREVERENCIA


Para LHSA

Es en la intensidad sugerente del negro vestido donde contrasta la clara sensualidad de tu piel desnuda, es en ese oscuro escote por donde ya asoman las mullidas e inquietantes lunas de tus pechos, es en tus piernas cruzadas que abren íntimos apetitos, es en los mórbidos fragmentos de tus pálidos muslos, es en tus hombros y brazos con toda desnudez expuestos, es en tu coqueta pose de musa incitante que invoca los instintos florecidos y los deseos escondidos, es en esta ardiente inspiración que me obliga a escribirte extasiado estos lúbricos asedios buscando tu perfume por esta mañana inaugural. Y ya no falta la lluvia con sus nostalgias ni el grato humo del cigarrillo que se eleva lento como suspiros ni el café que arde en los labios como un beso porque ya nada ni nadie falta para que mis ojos te observen lascivos y obscenos desde esta imposible distancia sin caer en el pecado de omisión del osito de peluche que de bruces se niega a mirarte con sexual desparpajo para no caer en el hechizo de tu intensa cercanía. Voy por debajo del negro subiendo entre el fuego y el deseo para acariciar a mano limpia la tersa suavidad de tus muslos, ahí mismo en su virginal tersura, en su erótica consistencia carnal, en su sexualidad persistente que estremece los huesos y desata instintivas, lascivas y las urgentes lujurias. Voy bajando como un lento caracol por esos finos breteles para llegar a amasar la mullida blandura de tus senos, y gozar de su voluptuosa amplitud y de su tierna sensualidad. Voy a hundirme en tu escote por el abismo del canalillo para ahogarme feliz entre las tibiezas de tus palomas dormidas. Voy por tus ojos para acercarme sigiloso al intenso y oscuro rojo de tu boca y atrapar los besos que se echan a volar en tu leve sonrisa. Voy a todos los voluptuosos detalles de tu imagen pero siempre vuelvo excitado a tus piernas cruzadas, para a hurgar entre ellas buscando la húmeda flor de tu sexo.

lunes, 19 de septiembre de 2016

LA DESEADA DESERTORA


(Me sentía súper olvidada, reemplazada, postergada...) GV.

Te escudas en los años que hacen en ti la dulce vendimia del deseo, dejas suceder las noches soñando los erotismos que no te atreves a vivir en los días de tu estío, huyes de ti misma como una ninfa virginal que sabe que el pervertido sátiro que la espera la seguirá esperando con su miembro erecto y sus manos abiertas, niegas la intensidad de toda lujuria que brota de los escombros y las ruinas, ardes sin llamas en la intimidad de tu lecho desierto, aunque las brasas de tus ansias de ser poseída hasta el orgasmo fulguran inevitables en la sombras del insomnio, se elevan tus pezones con el roce de las sábanas como si fueran asediados por los labios machos del fauno que te acecha en los espejo y en las lúbricas tardes del verano, contienes la obscena insistencias de tus manos que quieren hurgar en la húmeda flor de tu vulva buscando los goces que tu mente anhela, cruzas tus muslos, los aprietas y los restriegas haciéndote la dormida para no asumir el delicioso pecado del placer solitario, te escondes en los laberintos cotidianos para hacer como que olvidas el deseo vivo y urgente que sigue palpitando en tus entrañas, te miras desnuda con disimulada lascivia en el azogue sabiendo ahí están mis ojos de erecto macho en celo y eso te excita porque te sabes aun deseada hasta la masturbación en descampado, te amparas, enjaulada, en fotografías de bucólicos paisajes de un río y un puente, pero no te atreves a cruzarlo porque temes que se abran tus alas y vueles hacia esos antiguos atardeceres donde tu cuerpo encontraba el sosiego en una intensa saciedad.


sábado, 17 de septiembre de 2016

CUANTOS POR ESE AZUL


Para LGH, en su azul devorante.

Cuantos morirían por despeñarse en la hondura de tu escote, por hundirse entre las lunas soberanas de tus pechos, por naufragar en ese tibio canalillo que las divide, por extraviarse extasiados por esas mórbidas dunas, por buscar el aroma de tu piel en el ansioso delirio de esas amplias turgencias arrastrados por sus oleajes. Cuantos suicidas habrán cerrados los ojos en su último instante para volver a ver las mullidas blanduras de tus senos y soñar que dormir en ellos por almohada ha de ser el paraíso. Cuantos machos te seguirán imaginando en tu lecho desnuda como una maja esperando el ceremonial del deseo. Cuantos mástiles se elevarán en los océanos de las lujurias para zarpar a tus cercanías y desembarcar sedientos en las islas donde maduran los dulces frutos de tus pechos. Cuantos buscarán ese azul que dibuja tu estilizado contorno o el ribete azul y celeste que circunda tu escote y glorifica tu busto, o los breteles que pueden deslizarse impunes desde tus hombros. Cuantos observarán hambrientos de obsesivas lascivias la sensualidad de tu piel dorada por un sol que envidian y la pálida y exquisita lisura de tus piernas y de tus muslos, o el inquietante azul y su sombra que demarcan el triángulo de tu lúbrico y cálido monte de la diosa del amor y la belleza. Cuantos poetas como yo hilvanarán sus versos inspirados en el rosado sombrero, en tus ojos ocultos en las oscuras gafas y en la sonrisa que vuela de tu boca como una alegre gaviota.


PRESENCIA INDUBITABLE


“Besar la  almohada morderla y pellizcarla ponerla sobre mí y apretarla” MFL

Besas la  almohada, la muerdes y la  pellizcas, la pones sobre ti y la aprietas, sientes que alguien te abraza y en esos momentos te olvidas del mundo pues me sueñas ahí, y de alguna misteriosa manera es cierto porque mis deseos abarcan tu todo, me llamas, tu boquita entreabierta pronuncia mi nombre halagando mi invisible virilidad, y yo soy tu almohada entre tus piernas y me froto en tu vulva, me apego a tu pubis, rozo tus senos, mi miembro se erecta orgulloso y sensible, duro, punzante, y abres tu vulva para que la surque con mi lengua, mis dedos y mi verga la penetre. Ahí, contigo aferrada a la almohada consumamos la cópula como en un rito sagrado precipitándonos  trabados y gozosos al lúbrico abismo del insoportable placer. Nos besamos y nos abrazamos envueltos ya en las ternuras del crepúsculo del sexo, cuando la pasión desenfrenada ha decantado y florecen las ternuras y las cercanías en la quieta plenitud de las penumbras. Y todo es porque tú me invocas oscuras y obscenas sensaciones y obsesiones, me incitas a la búsqueda de nuevas emociones sexuales, a agotar la sexualidad más allá de los límites triviales, a encontrar el sentido último al egoísta goce eyaculatorio. Y es que tienes que dejar de pensar, solo debes sentir, hacer como que no eres tú sino solo una mujer atacada y conmocionada por la jauría de sus propias lujurias, debes desatar el nudo de tu pudor casi virginal, saber en tus adentros que aunque eres nueva en estos avatares y no eres experta, me complaces, me calientas mucho cuando estas excitada y dejas de autocensurarte, porque eso te hace mas deseable, es como si fueras virgen y yo el ungido que te ha desflorando. Por eso te persigo tanto, por eso te pido fotos para excitarme, por eso te deje entrar en la intimidad de mis instintos, por eso quiero que pierdas la cordura, que vivas la intensidad del sexo conmigo, abiertamente, porque sé que así vivirás la vida mas alegre, así te sentirás distinta, motivada, feliz, y saldrás de la caverna donde has vivido enclaustrada, porque sé que las emociones y sensaciones sexuales te ayudaran a salir de tu realidad unos momentos. Y me harás feliz al saber que he sacado a la luz a la hembra que se escondía en tus recatos y miedos, pues solo así justificaras la lasciva mitología de mi razón de ser.

jueves, 15 de septiembre de 2016

SUBLIME PUNTUACION


Para TM, con asombro

“Decir que son lascivas las niñas de Balthus sería ciertamente impropio, porque la lascivia se esconde en la mirada que las contempla antes que en los cuerpos contemplados”. El Vuelo de la Madrugada, Sérgio Sant’Anna, 2016.

Contaría los puntos uno por uno con lentitud sibarita, rozaría con sutil levedad el nylon que los contiene, los sumaría una y otra vez para seguir contándolos todas las horas posibles, pintaría cada rojo siguiendo las sensuales sinuosidades de tu cuerpo y después dibujaría embrujado el otro rojo mas intenso, el de tu boquita pintada, dejaría que todo el negro fuera una sola noche para oler en ella tu perfume, me dormiría extasiado en tu elegancia para soñarme en tu inquietante cercanía y naufragar en la pálida circunstancia de tu piel, en el aroma de la miel de tu pelo y en tu tibia y deliciosa madurez. Buscaría las nuevas constelaciones del deseo en la miríada de negras estrellas que se esparcen titilando en tus piernas, en tus rodillas, en tus muslos, subiría como un astrónomo desquiciado desde la correa que cruza tu pie hasta la excitante negrura del encaje de tu vestido antes de incinerarme en su roja filigrana, imaginaría el sonido estelar del frufrú que vas dejando cuando caminas y su eco quedaría retumbando en la oscura profundidad de mis instintos como la misteriosa cadencia de un susurro pecaminoso que invoca los demonios del insomnio con tu imagen sentada en un negro sillón con tus hermosas piernas cruzadas. Deslizaría mis breves besos por el contorno de tu boca roja para que sepas lo que es un beso macho alucinado, y mis manos por las ondulaciones de tus caderas para sentir la hembra que será desde ahora la esfinge instaurada en los últimos delirios del soñador que contaba provocativos puntos uno a uno a lo largo y alto de tus piernas para soñar que oía tus íntimos suspiros.


miércoles, 14 de septiembre de 2016

IMPOSIBILIDADES


Deseando a G.

Imposible en tu reflejo entre sensuales burdeos detrás del cristal del cómplice espejo oval, en tu lecho inalcanzable tierna, dulce, delicada, intocable por lejana, soñada siempre hasta el vicio, desnuda desde tu hombros hasta la precisa mitad de tu senos opulentos, los breteles del sostén en coqueta caída hasta la mitad de tus brazos, el tibio y mullido canalillo como un abismo donde se terminan suicidando mis ansias de surcarlo con mi nariz, mis labios o mi lengua, la medias lunas de tu pechos asomados con su excitante exhuberancia, sentada jugando a ser la musa que enciende los lúbricos pensamientos y eleva la sensible virilidad. Y te miro con ojos machos para que ardan tus entrañas con el fuego del deseo y seas leña seca entre mis dedos y tiemblen tus pezones (que me niegas) bajo el tumulto de mis labios y bebas la lujuria de mi saliva con tu boca en el beso que te ahogue, y dejes tu piel desnuda sin amparo sometida al caliente derrame de mi densidad seminal. Imposible morder tu tetamenta con el hambre edípica del fauno pervertido con el mástil erguido y el glande refulgiendo en su intenso rosado, mamar tus pezones como un niño-hombre sediento que ha buscado volver al útero desde el mismo instante en que lo abandonó, devorar tus vísceras con el hambre de sátiro erecto, endurecido, chorreante, penetrar tu sexo en su húmeda, cálida y apretada hondura hasta que te desgarres en la intensidad del orgasmo, gozar de tu cuerpo como el de una ninfa adormecida, abierta, ofrecida en las penumbras del bosque donde se consuman todos los sueños.


DECLARACION DE FUGACIDAD


Declaro en la plenitud de mis deseos y en la premonitoria intuición de mis lujurias que te perseguiré hambriento y sediento de ti por los tácitos enclaves del exilio donde te has escondido estos años, rastrearé en tu rostro de angélica quietud el misterioso motivo de mi inspiración, y en las dulces obsidianas de tus ojos que repiten los nocturnos de los años perdidos, y en la lisa miel de tus cabellos que enmarcan los rasgos que me enamoran, y en rojo color de tus labios que invocan antiguos y románticos besos, buscaré el aroma de tu piel en los amaneceres lluviosos y en los púrpuras lejanos de los atardeceres del otoño, en los oscuros nubarrones del invierno y en las calurosas mañanas del verano, para dejar abierta la primavera a la sagrada danza de apareamiento, husmearé el perfume de tu sudor en las sábanas de seda de todos los lechos imaginarios donde copulamos como animales salvajes sin solución de continuidad hasta romper la madrugada con tus quejidos de gata en celo, exploraré los laberintos del sexo más obsceno en busca del íntimo olor de tu magnolia dividida y ahí te polinizaré con mi afiebrado miembro erecto, te haré gritar los espasmos del orgasmo con tus uñas rasguñando mi espalda mientras me derramo eyaculando más allá de los límites del goce, te haré estremecer al borde del vértigo, penetrada, otra vez desvirgada, impregnada de mi denso licor seminal, besada y mordida, cabalgada y poseída, jineteada y sometida, hasta que perdamos la noción del tiempo y el espacio, y seamos un solo ser extraviado en las fugaces sensaciones de la cópula.


sábado, 10 de septiembre de 2016

TRAVESIA BAJO EL VERDE MANZANA


Quizás sientas en tu piel lo que te estaré escribiendo, describiendo las delicias carnales que no niega el verde manzana, esos senos asomados con coqueto, incitante y sexual desparpajo, esas pálidas y virginales medias lunas de las lunas llenas de tus mórbidos pechos que se asoman para erecto goce de estos ojos machos que te observan paladeando esa descarada media desnudez. Blanca la tumbona, colorado el cojín y rojas la uñas, dorado carnal y pálido virginal la hembra impura que se exhibe apetitosa y deseable, verde manzana la dulce fruta madura que yace para su mayor gloria y mi mayor pecado, ella soberbia en su lujuriosa pose de ninfa en descanso, muy oscuras las gafas que otra vez esconden los vívidos ojos de la musa deseada para no embrujar los ávidos sátiros que la rondan con sus manifiestas erecciones a punto de eyacular en los desenfrenados territorios de la insaciable masturbación. Quizá sientas que subo como un pervertido insecto con su virilidad erguida y punzante por la breve uña roja de tu pie, lamiendo el empeine, besando la pantorrilla, ensalivando la carnalidad suculenta de tu muslo excitante, hasta engolosinarme en ese oscuro triángulo verde manzana que late ahí humedecido, caliente y en sombra en tu entrepiernas, agazapado, cobijado en el más genital rincón de tu cuerpo, lo huelo, lo palpo, empapo de quemante saliva ese preciso fragmento verde manzana con mi lengua voraz, lo hurgo con mi nariz profanando tu sagrada feminidad, y me introduzco sigiloso bajo el verde manzana, repto mojado, endurecido y adhesivo como un caracol nupcial, surco el ansioso molusco de tu vulva que late ansioso al sentirme invadiendo ese íntimo escondrijo, subo por la inquietante blandura de tu pubis, por tu vientre de mujer desatada, cruzo el breve cuenco de tu ombligo y sigo ascendiendo siempre bajo el verde manzana hasta hundirme feliz y extasiado en tu hermosa, mullida, voluptuosa y grandísima tetamenta (i) bajo ese intocable color verde manzana y antes de salir a la luz exuberante de tu escote.

(i) Tetamenta.- En lugar de decir, como los amantes de la galiparla, “senos”, digamos, como García Márquez, tetamenta, neologismo expresivo y gracioso que consta en la página 269 de El Amor en los Tiempos del Cólera, y también en la página 39 de  Diatriba de Amor contra un Hombre Sentado. Fidel Castro recusó este neologismo garcimaquezano porque no figura en el Diccionario de la Real Academia Española. Efectivamente, no figura, pero debiera. Es miembro de la misma familia a la que pertenecen astamenta, cornamenta, faldamenta, impedimenta, osamenta, palamenta, tormenta y vestimenta. "Fidel, Gabo y Castilla", Marco Aurelio Denegri, El Comercio, Perú, 19 mayo 2014.


viernes, 9 de septiembre de 2016

TU MIEL EN EL ESPEJO


Si te untaras toda entera con la dulce miel de tus deseos lamería todo tu cuerpo poro a poro, cada pliegue, cada cicatriz, cada imperfección en la perfección de tu silueta, sacaría con mi lengua y con mis labios toda esa densa miel sexual de tu cuerpo, de tus piernas, de tus muslos, de tus pechos, de cada uno de tus senos, de tus pezones escondidos, y vagaría sacando la miel por tu cuello, detrás de tus orejas, en tu insistente canalillo, en la tierna y pequeña cavidad de tu ombligo, en tu vientre de deliciosa hembra madura, y clavaría mi nariz en tu pubis oliendo tu aroma primitivo de mujer tentadora hasta llegar a tu clítoris y ahí lamería, succionaría ese capullo sensible, y cuando ya estés al borde del húmedo relámpago del orgasmo hundiría mi lengua feroz en el sabroso surco tu vulva para saborear esa otra miel que destila tu abierta lujuria. A la noche cuando estés sola en tu cuarto quiero que te desnudes y te contemples en el espejo para que sientas mis ojos en ti recorriendo cada poro, cada pliegue, cada curva, cada intersticio de tu reflejo, para que te sientas deseada hasta el concho y me imagines canonizándote en una solitaria ceremonia masturbatoria, y cuando estés en tu lecho ya a oscuras sientas mi boca besando tus senos, mis labios en tus pezones dormidos, mis manos en tus caderas, mi lengua en tu ombligo, mi miembro surcando y penetrando tu sexo, penetrando más allá de tu vulva, más allá de tu vagina, penetrando hasta tu alma, hasta esos rincones oscuros donde nadie nunca antes penetró. Solo ahí te sentiré poseída por mi erguida virilidad y me sentiré atrapado para siempre en tu vúlvica esencia.


RETRATO DE UNA REINA


Para MC

Reina serás mientras te devoren los ojos del deseo, princesa de serenas noches de antiguas primaveras, hoy tu madurez hace en ti la dulce vendimia otoñal y las delicias de tu escote vibran en las vides del estío y laten las secretas lujurias despeñándose por ese canalillo y un tibio vaho de persistencias, un aroma a mujer deseada, un perfume de íntimas rosas ocultas decreta tu lúbrico reinado. Bajo esas negras y amplias dunas voluptuosas palpitas soberbia de tus embrujos de hembra y de tus mórbidas lunas llenas, y un ámbito de lascivas sensualidades desatadas define la poderosa vertiente sexual que aflora y se inflama en las sombras de la misteriosa profundidad de tus ojos, en la risa franca y alegre de esos labios que dibujan el beso, en el oleaje salvaje de las guedejas de miel de tu pelo, y en la suave tersura de todo el territorio de tu piel desnuda. Alguien imaginando traza con la sutil caricia en sus dedos las oscuras líneas de esos breteles dibujados desde tus hombros, alguien derrota la inevitable distancia y como un leve vaho va dibujando y rozando extasiado el fino arco que separa las soberanas combas ampulosas de intenso negro noche de la mullida carnalidad y la exuberante blandura de tus pechos. Alguien fluye ardiendo por un abrasador sueño imposible, de blandos tactos, de muelles turgencias y placenteras sensaciones, se derrama con los ojos cerrados por entre la calidez de tus senos, los encopa y los lame y los aprieta y los amasa y los goza, y abre, en el sueño, esas dos grandes copas de obsidiana que los contienen como perfectos e inviolables capullos para aferrarse, en el sueño, a tus prohibidos y ocultos pezones. Reina serás mientras te sueñe devorada por mis deseos.


jueves, 8 de septiembre de 2016

ÚLTIMA HELICONÍA (Acerca del sexo virtual)


Era la sed y el hambre, y tú fuiste la fruta (i).

Me encanta tu amistad y tu presencia en mi solitaria vida, me gustas mucho como mujer, siento tu sexualidad con intensidad, y te deseo más de lo que debiera, mis deseos de ti son mas fuertes de lo que imaginas, me perturbas y me excitas demasiado. Sé que no puedo darte todo lo que mereces y que necesitas, y que me gustaría darte, pero te he dado todo lo que puedo dar. Se también que mi continua necesidad de tus imágenes te molestaba, pero era la manera en que yo te sentía cerca, te sentía mía, te poseía como un amante secreto, tus atrevidongas me excitaban y me inspiraban, por eso las necesitaba siempre. Ese alimento me permite satisfacer esa parte del sexo en lo virtual, llegaste tú y te convertiste en un delicioso vicio, por eso te acosaba, por eso me entregué a ti, y dejé que tú satisficieras esta lujuria que me devora, mi deseo de ti fue el más terrible y corto, el más revuelto y ebrio, el más tirante y ávido (i). Solo te pedía imágenes, vestida, semidesnuda o desnuda, imágenes eróticas o formales, solo quería verte, sentir que te tomabas esas fotografías para mi, que yo era tu dueño, tu macho, era una manera de estar conectados y vigentes el uno en el otro. Nunca entendí porque no querías enviarme diariamente esos manjares que yo necesito de ti, cada imagen que nos enviamos es una cercanía que compartimos, y es una victoria sobre el destino que nos hizo vivir tan lejos. Para mí las imágenes no se repetían, cada una era como un beso, los mismos labios que se besan pero cada uno distinto, cada uno con su propia intensidad, con su romanticismo o su sexualidad. Me hacían sentir tu macho dueño y vigente, era como tocarte y poseerte, cada imagen tuya era distinta, cada una la veía como una caricia que me hacías, nunca se repetían porque también cada caricia es única, aunque sea la misma mano la que acaricia y sea el mismo cuerpo el acariciado. Tú llegaste tan hondo en mi sexualidad que bastaba tu "dale" para desatar mis ansias de ti, nunca había disfrutado tanto el cibersexo como contigo, tú me llevabas a un paraíso que jamás había conocido, con nadie había llegado a esas alturas del placer virtual. Eso es todo.

(i) La Canción Desesperada. Pablo Neruda


miércoles, 7 de septiembre de 2016

CLANDESTINA VISION AUTORIZADA


Por vos consentido me voy contorneando el negro que contornea la pálida fulgurancia carnal de tu cuerpo, bajo por los breteles a tu escote exultante que muestra con exquisito y no sutil descaro el contraste de tu piel habituada a la cálida caricia del sol que envidio y los claros fragmentos de tu piel virginal, allí habito los instantes de un sueño entre tus mórbidos senos mullidos, o rozo la morena lisura de tus hombros por donde resbala en deleite la vista hacia la túrgida tersura de tus brazos cruzando por los hoyuelos de los codos hasta tus manos con sus metales circulares y sus coloradas uñas que rasgan la superficie fluctuante de mis deseos, o vago solemne y sátiro por tus muslos exuberantes con sus deliciosas sinuosidades a la luz y a mis ojos cautivos, exploro con ardiente vehemencia las suaves larguras de tus piernas, la provocativa osatura tus pies y los breves rojos de la uñas de cada uno de su coquetos dedos. Así te observo, impuro y pecador, imaginando obscenas fantasías de ángeles libertinos que copulan desnudos en los bosques sin miedo al infierno mientras tú permaneces sentada como una vestal del secreto templo de las lujurias sobre el blanco impoluto de la tumbona que se alimenta clandestina y feliz de la tibia sensación de tu lúbrico peso corporal. Escondido y tímido acaricio la sombra que proyectas a tu espalda sobre las paralelas blancas y tenue azul, solo el negro bañador separa las dunas y valles de tus impúdicos territorios de mi vicioso voyerismo, me quedas debiendo el color misterioso de tus ojos escondidos detrás de las oscuras gafas y la blandura pérfida de la comba de tu pubis que escondes pudorosa en tu entrepiernas. Pero siempre vuelvo al oscuro e intenso rosado perlescente de tus labios y a la  rubia miel de tus cabellos perfumados para seguir soñándote por mi solitaria noche donde sé que ya no te veré.


ALCANZAR LO PROHIBIDO


En los secretos ríos de la noche, en el confuso fluir de las lujuriosas corrientes los deseos brotan, crecen y florecen en un silencio  de tenues murmullos y ardientes quejidos, desnudos y anónimos los cuerpos se anudan dormidos en un sueño desesperado de voces atrapadas en las gargantas inundadas. Surgen las impúdicas caricias, los besos mordidos, la punzante penetración y la abierta recepción, la locura los invade de estremecimientos y el goce los anega de gritos ahogados en las bocas entreabiertas. El albo velamen del lecho se empapa del éxtasis desatado entre las palabras de amor que se extravía en las brasas del nocturno, elevando una comarca de tiernas concavidades que se humedecen en los íntimos licores carnales. En la alegre dulzura nupcial calman la sed que los quema como una hoguera viva que arde en sus entrañas, otra vez sus soledades de ocultan en las penumbras que deja el resplandor de los deseos de la vedada ignición. Asidos de las manos con los ojos en los ojos el embrujo del momento se fragmenta, y los labios susurran un pequeño adiós temporal. Todo ha sucedido en la ebria imaginación del poeta que en busca de un lúbrico gozo se precipita en un erótico suicidio por el abismo del inquietante y voluptuosos escote de la musa imposible, ahí se desliza mortal y extasiado por el tibio canalillo que sustenta las ansias de la impúdica caricia por esos pechos soñados y del beso que se incinera por ir a rozar sus negados pezones.

Nota.- En cursivas la reescritura del poema “Amar lo prohibido” de Mariana Potosi.
(Derechos de Autor Reservados.© ISBN: 978-9974-8557-2-4)

martes, 6 de septiembre de 2016

MIS QUIEROS DE TI


Embelesado por tu cuerpo sobre el lecho, con el albo brassiere sobre tu piel expuesta a mis ojos voraces, que esconde pudoroso en su blanco virginal tus pechos, palomas intocables, y tus negados, a mi mirada, pezones invertidos, quiero poseer tu alma con sus delirios y guardarla como un lúbrico tesoro en el laberinto del obsceno y lascivo minotauro que me habita. Quiero ser tu espejo, quiero verte solo para mí en las honduras de las sagradas lujurias, que me encantes con tus imágenes, que te atrevas a embriagarme de deseos con tu pezoncitos ciegos, tu pubis depilado, tu suave y dulce piel otoñal, y tu entero cuerpo en la penumbra de una tierna desnudez. Quiero inducirte al delicioso pecado del sexo que los malos años te negaron, provocarte, incitarte, pervertirte, ser el demonio de tus insomnios, que peques conmigo los pecados que te debes, quiero que florezcas en mis manos como mis geranios, que te borres y te vuelvas a dibujar según la silueta que yo tengo de ti. Quiero enseñarte a atreverte a ser tú, la mujer, la hembra, la virgen impura que yo he soñado en mis sueños del fuego, quiero acosarte día a día, con sus noches, buscando tus deseos ocultos, reprimidos, clausurados, pero en su semilla latentes. Quiero de ti tus sombras, tus misterios, tus códigos, tus miedos, no tus alegrías cotidianas, quiero tus senos, tus pezones, tus caderas, tus muslos, tu vulva, el brillo de tus ojos y el olor de tu piel en la noche sexosa que convierte en dolorosa arena tu lecho. Antes que me abandones a los infiernos de tu ausencia quiero verte vestida solo con las penumbras de tu recato y tu boca entreabierta esperando mi beso que la queme y te despierte del largo sueño donde has vivido abrumada de tabúes.

lunes, 5 de septiembre de 2016

INICIALES INSTANCIAS DE OBSESION


Para N. C., isleña, marina y deseada

Entre negras rocas volcánicas con sus brasas en ti suspendidas, sobre pozas de un mar dormido con la sal ardiendo en tu desnudez por la impúdica palidez de tu piel, por tu rostro de ninfa marina o de incitante sirena soleada o de voluptuosa musa oceánica, ya brotan mis impuros deseos desatando una nueva obsesión. Me rindo desarmado a tu poético desenfado, a tu exquisito descaro, a tu sensual desparpajo, me entrego a ojos cerrados a las visiones inquietantes de tus paraísos carnales, me doblego al hechizo de tu cuerpo irreverente, a sus delicias y recovecos, me extravío en los tibios llanos de esos imaginados territorios, me disgrego en las arenas de tu isla, navego extasiado por sus oleajes y elevo el mástil sobre tus aguas. Te acoso sumergido y oscuro en los ojos sátiros de las olas, te dibujo así semidesnuda, con los lascivo dedos marinos y las anilinas ardientes de la sal y las tenues acuarelas de las espumas, te espío en celo desde la lenta marejada, te rozo la piel desde los negros roqueríos, con mis manos encopo tus pechos desnudos de sirena sola y pensativa frente al mar humedecida de íntimas y secretas nostalgias y quizá de misteriosas e imposibles lejanías. Te asedio con mi verbo encendido, con el vaho del aliento ultramarino y desciendo feroz por tu cuerpo  como un suicida enamorado por su último acantilado mortal, te asedio ebrio de tu deliciosa imagen, de tu excitante, altiva y sensual soberbia, como una hermosa escultura insobornable frente al mar de esos desolados corazones que rompes, trituras y fragmentas hasta el mísero polvo o la fría ceniza, y los dejas allí para tu mayor gloria enterrados en las tibias arenas de tu isla.