sábado, 31 de agosto de 2013

CUESTIONARIO


¿Porque no nos acostamos juntitos, nos abrigamos a pura piel en caricias y nos dormimos así para siempre? ¿Y si nos acurrucamos calladitos haciendo como que no somos para que los otros no nos sientan ni nos vean ni nos escuchen y nos comenzamos a besar desde ahorita mismo cruzando la tarde el crepúsculo la noche boca en boca lamiéndonos hasta los tuétanos ebrios de salivas ahogados de alientos quemantes mano en piel acariciándonos como posesos trabados urgidos desesperados untados en dulces sudores abusándonos manoseándonos sin escondernos de nadie con desparpajos hirientes a ojos vistas pero encerrados en la voraz burbuja del deseo sin amparo ni solución de continuidad como perros callejeros babeando incrustados en un sexo animal que se vierte hirviendo como un caldero que ha estado demasiado tiempo sobre las brasas? Tu sabes que todos son juegos dentro del juego, mientras nos pensemos estamos vivos el uno para el otro, mientras los deseos ardan crujientes en los insomnios seguimos venciendo la imposibilidad. Creo que estamos ambos quietos, espirituosos, solitarios, y nostálgicos de la piel tibia y exultante recorrida palmo a palmo por las lenguas húmedas y ansiosas por valles y dunas y pliegues y rincones de la carne trémula, acariciada por las cuatro manos impúdicas y curiosas que buscan el goce extasiante de sentirnos el uno en el otro, poseída y poseyendo en una tormenta de alientos incandescentes, de quejidos y grititos contenidos, de estremecimientos gozosos e intimas estimulaciones sensoriales. ¿Por qué no nos dejamos fluir en una lenta e intensa cópula que abarque la noche entera y nos pierda en los laberintos inconclusos de nuestros instintos aun insaciados? ¿Por qué no nos rendimos a la evidencia del deseo como animales sagrados que ya mordieron el fruto prohibido y solo les queda agotar el placer antes de hundirse felices en los fuegos del infierno? ¿Por qué negarnos al único vicio que promete por instantes la inmortalidad? ¿Por qué no?

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