domingo, 4 de febrero de 2018

LA BUSQUEDA DELIRANTE


Para E. C., buscándola…

Fue ese antiguo amor desquiciado, la furia, el rencor, el odio puro en el oro salvaje de los celos extraviados, del que todo lo tuvo y todo lo perdió, el que puso a la vista pública las treinta monedas de la traición y en mí el fuego que ahora me devora (i), el que me hizo iniciar ansioso esta búsqueda pervertida e imposible de tus impúdicas imágenes con su provocación y su incitación al solitario pecado por los infinitos confines del babilónico universo virtual. Él puso tu desnudez al descubierto, toda tu piel expuesta a los lujuriosos ojos de tenebrosos míseros depravados, a los deseos onanistas de ver hasta el hartazgo o el vicio tus íntimos tatuajes secretos que pocos ungidos han visto y gozado, las sensibles protuberancias de tu pezones coronando tus senos, la oscura mata de vellos púbicos que anochece en tu pubis, la rosada y húmeda magnolia de tu vulva, la lisura carnal de las ampulosas curvas de tus glúteos, tu esencia de hembra poseída y/o enamorada. Y tú ahora me has condenado a buscar eternamente esas prohibidas visiones del paraíso, las soñadas y las imaginadas, las que convertirían en cenizas mis huesos machos de fauno imaginario. Pero no me importa saber que esta búsqueda no tendrá fin, con la sabiduría que me dan los años perpetrados la viviré como un pequeño infierno previo.


(i) Ezequiel 28:18.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Para nuestra erótica Enriqueta, será un honor ser encontrada,en los laberintos de internet, por su Fauno, que ya sabemos, es un magnífico escritor, además.