“Behind every
masturbation, there si a successful imagination”. Anonimo.
Anoche fui a un sueño de ti y en
ti, percibí tu cercanía tierna y dulce como un aleteo de mariposas, como un
acurrucarme en el regazo de una madre que me incita instintivamente al incesto,
pero después fueron palabras de tristeza y desencuentro, de oscura decepción,
de vergüenza y dolor, me juzgabas con una crueldad de pesadilla, ya no me
sentía en tu regazo maternal si no herido en lo mas intimo, ya no eras la
cómplice, la amante distinta, la madre incestuosa, única, distinta, especial,
ya no eras la que me había permitido sentirme tan cerca que era como si
fuéramos amantes mas allá de lo físico, ya no eras la madre-amante, cómplice y
tierna, me juzgabas según tu pensar, inflexible y dura, y yo, en el sueño,
estaba seguro de que no lo merecía, sin embargo, sin tú querer tu sinceridad
nacida del Amara me hería como una filosa daga envenenada. Yo entonces
recordaba porqué había escondido siempre mi secreto de todos y de todas, lo
había ido rumiando en mi soledad sin nunca atreverme a mostrarme ante alguien y
que por un momento intuí que sí podía hacerlo ante ti, pero ahora supe que
volvería a encerrarme en mi mismo con un caracol amenazado. Insististe en tus
tiernos regaños, y te dije que yo podría estar toda una noche contigo, desnudos
en el lecho, y solo te amaría con caricias y susurros, solo te miraría, te
hablaría, te rozaría apenas con las yemas de mis dedos por todo tu cuerpo
desnudo para despertar la fibras mas ocultas, intimas de tu sensualidad,
sensualidad, no sexualidad, te iría llevando por los caminos del Amar mas puro,
acallaría tus vehemencias con mis palabras, con mis cariños, y así amanecerías
virgen otra vez. Y en mi sueño de ti soñaba hundirme en ti, en tu cuerpo, en tu
aroma, navegar por tu piel sorbiendo tus néctares, deslizando mi lengua por
cada rincón de ti, sentirme pequeñito a tu lado, y veía esas palomas de todos
mis sueños, veía esos tetes de mi sed incestuosa, tu sonrías para mi, coqueta y
hermosa. Y te dije que tu cuerpo me excita, me despierta, y veía ese
ombliguito, tu cuerpo maduro, tu pelo y tu risa, y todo era como un amanecer,
veía tu piel pálida, tus uñas, ese lunar entre tus palomas, se canalcito entre
tus nalgas divinas y mis instintos bullían alocados porque me excitas mucho
Casandra, me incitas deseos, me regalas el paraíso, y te siento intensamente
como en un sueño. Y encopaba tus pechos,
sentía su tibieza y suavidad, sentía esa lengua tuya en mi piel, e iba hacia en mis deseos, y
tú te chupabas un dedito incitándome, y veía tu boquita sintiendo tu succión, y
todo mi cuerpo latía excitado. Tu risa era como el sol que amanece en mi alma y
no podía contenerme y me masturbaba deliciosamente, me masturba en ti, y tú en
mi, yo era el que te tocaba, me sentía poseyéndote con toda mi ternura y
sensualidad, veía tu rostro en goce y eras mía, mía, yo estaba ahí en ti penetrándote,
te sentía mía, muy mía, toda entera, tu oculta florcita, esa sensualidad de tu
pelo y tus manos, y tu sentías mi ternura y mis deseos en tu piel, te lamía
entre tus nalgas, lamía tu cuerpo, lo ensalivaba humedeciéndolo en un espiral
voluptuoso e incesante, y mi falo recibía tus caricias hasta que vi tu flor del
sur y la penetraba hasta la eyaculación. Y ya al final del sueño veía la
placidez en tu rostro, tu ojitos como con sueño porque habías sido mía,
absolutamente mía y yo tu hombre, tuyo, porque el Amar nos habita. Ese fue el
sueño de anoche en ti.
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