martes, 16 de julio de 2013

A RAS DE SUEÑO II


Estaba semidormido cuando llegaste inmersa en los misterios de la metafísica, vestida con la inmarcesibilidad de que hay algo detrás del todo que aun no conocemos, vagando por los cielos brumosos del ser, genio y figura. Mientras te desvestías te espié con los ojos entrecerrados disfrutando tu madura desnudez, calida, tranquila, voluptuosa en su clara ingenuidad. Dormirías sola, atrapada entre mis acechos de fauno soliviantado y las ternuras de mis manos pervertidas en la caricia de tu piel. Te deslizaste dulcemente entre las sabanas ya entibiadas por los ardores de mis deseos en espera. El pijama algo pudoroso intentaba poner limites inútiles a las vehemencias del sátiro embaucado, pero mis manos conocían los resquicios que permitían alcanzar tu cuerpo con la solemnidad del amante intranquilo y se fueron por esos rumbos inmóviles explorando, mientras te hacías la dormida, los senderos entibiados que llevaban a los puertos desde donde los barcos de tus sueños zarpan en busca de los caladeros de tus deseos. Y más. Ya avanzada la noche vi a lo lejos el velamen de tu nave embancada en las arenas del insomnio, encallada en el calor de tu cuerpo a trasmano del invierno e icé el gallardete tremolante de cercanía buscando la singladura que me llevara a tu bajío para allí, en mar, rocas y arenas consumara el juntos solos de las navegaciones equivocadas por los faros de los tiempos perdidos. Lo mágico está en la trama de mis besos lamidos que baja desde tu boca mordida como una vertiente termal hacía los cauces de tu cuerpo estremeciendo hasta la densidad de su poros, como un caracol encendido insinuando la caricia entre la ropa y la piel, escurriendo en húmedas sinuosidades, vaho, aliento, saliva, que te roza en tus palpitantes intimidades.

No hay comentarios: