viernes, 26 de julio de 2013

SOBRE FURIAS TU SUEÑO


Soñarás los parques desiertos bajo una lluvia silenciosa, soñarás el ruido del viento en la noche abrumadora, soñarás una difusa silueta asomada en tu ventana, soñarás una sombra moviéndose sigilosa en la penumbra de tu cuarto sin reflejarse en el espejo, soñarás que alguien, otro alguien, te besa y lame en esos rincones de tu cuerpo donde nadie nunca antes te besó y lamió, soñarás tu estremecimiento y tus quejidos, soñarás que te invade un calor sin fuego que dejará el trazado de tu contorno dibujado con tu propio sudor en tu sabanas. Y así dejamos en el baúl de los horrores los egos miserables, y nos rendimos a la evidencia de la necesidad mutua, a esa búsqueda desesperada de la piel acariciada, la boca mordida, las manos insaciables, de los dientes entrechocando y lenguas trabadas en besos como copula de ansiosos caracoles, y así volvimos a soñarnos revolviendo tu lecho hechos un nudo de carnes palpitantes, de sudores y fluidos derramados en un éxtasis de intensa virtualidad. Porque me encanta cuando se te vienen las furias de gata celosa, y sacas tus uñitas filosas y muestras tus colmillo afilados, me encanta y me excita sentir esa pasión que te desborda y me alcanza y me estremece y me arde en la piel entera como un vaho caliente, y me nacen desde las impúdicas cloacas de mis instintos las ganas de ahogarte con mi lengua dentro de tu boquita pintada, de morderte por pezones hasta el quejido grito desesperación, de meter mi mano quemante entre tus piernas y violentar con desparpajo tu recato casero hasta el abuso macho y la voraz violación para sobornarte con tus propios instintos y desbravarte y amansarte por la fuerza bruta de loco enamorado y dejarte exhausta convertida en una gatita mimosa y comenzar solo entonces a verter en ti las ternuras de mi furiosa soledad. Y dormí afanando en ti, mi boca mordiendo tu boca, tragando tu lengua, bebiendo tu saliva hasta la ebriedad, dormí urgido en ti encopando tus pechos con mis manos sabias, mamando de tus pezones sediento, dormí trabado en ti con mi lengua en tu sexo húmedo lamiendo a lo largo tierno del surco del deseo, dormí pene-trado en ti hurgando esa flor vertical hasta tu orgasmo, así dormí en ti. Y en nuestros amaneceres distantes volvemos a soñarnos soñándonos saciados en la bruma del sopor de los cuerpos dormidos. Eso.

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