Soñarás los parques desiertos bajo una lluvia
silenciosa, soñarás el ruido del viento en la noche abrumadora, soñarás una
difusa silueta asomada en tu ventana, soñarás una sombra moviéndose sigilosa en
la penumbra de tu cuarto sin reflejarse en el espejo, soñarás que alguien, otro
alguien, te besa y lame en esos rincones de tu cuerpo donde nadie nunca antes
te besó y lamió, soñarás tu estremecimiento y tus quejidos, soñarás que te
invade un calor sin fuego que dejará el trazado de tu contorno dibujado con tu
propio sudor en tu sabanas. Y así dejamos en el baúl de los horrores los egos
miserables, y nos rendimos a la evidencia de la necesidad mutua, a esa búsqueda
desesperada de la piel acariciada, la boca mordida, las manos insaciables, de
los dientes entrechocando y lenguas trabadas en besos como copula de ansiosos
caracoles, y así volvimos a soñarnos revolviendo tu lecho hechos un nudo de
carnes palpitantes, de sudores y fluidos derramados en un éxtasis de intensa
virtualidad. Porque me encanta cuando se te vienen las furias de gata celosa, y
sacas tus uñitas filosas y muestras tus colmillo afilados, me encanta y me
excita sentir esa pasión que te desborda y me alcanza y me estremece y me arde
en la piel entera como un vaho caliente, y me nacen desde las impúdicas cloacas
de mis instintos las ganas de ahogarte con mi lengua dentro de tu boquita
pintada, de morderte por pezones hasta el quejido grito desesperación, de meter
mi mano quemante entre tus piernas y violentar con desparpajo tu recato casero
hasta el abuso macho y la voraz violación para sobornarte con tus propios
instintos y desbravarte y amansarte por la fuerza bruta de loco enamorado y
dejarte exhausta convertida en una gatita mimosa y comenzar solo entonces a
verter en ti las ternuras de mi furiosa soledad. Y dormí afanando en ti, mi
boca mordiendo tu boca, tragando tu lengua, bebiendo tu saliva hasta la
ebriedad, dormí urgido en ti encopando tus pechos con mis manos sabias, mamando
de tus pezones sediento, dormí trabado en ti con mi lengua en tu sexo húmedo
lamiendo a lo largo tierno del surco del deseo, dormí pene-trado en ti hurgando
esa flor vertical hasta tu orgasmo, así dormí en ti. Y en nuestros amaneceres
distantes volvemos a soñarnos soñándonos saciados en la bruma del sopor de los
cuerpos dormidos. Eso.
viernes, 26 de julio de 2013
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