Para
DH, la musa devoradora
Veo tu imagen con sus lunas llenas fulgurando en
el breve y provocativo abismo de tu escote con su exhuberancia entre el violeta
y el morado, veo tus lindos ojos en su misterioso verde incierto y la túrgida
rosa tenue de tu boca incitando al beso y toda esa piel desnuda en su asalto a
los sentidos inspirando perturbadores roces e íntimos tactos, veo tu sensual e
intocable madurez provocando las ávidas lujurias que me perseguirán por la
noche. Liberado de la censura de tu mirada, así sin ver tu rostro miraré tu
imagen hasta lograr borrarla de mi memoria para no soñarte desnuda en las
penumbras y te me aparezcas en mis arduos insomnios, iré recorriendo cada
íntimo detalle, el delicioso abismo de tu escote, las turgentes dunas de tus
pechos, las poderosas curvas de tus muslos, esas insinuantes piernas cruzadas, hasta
tu provocativa pose en el sillón con tus manos sobre tu pubis y tu sexo, para
poseerte aunque solo sea con mis ojos como un fauno virtual a una ninfa
imposible. Yo lamería la sal de tus muslos deslizándome como un caracol en las
gotitas perlas de tu sudor, oliendo el aroma más profundo de la magnolia carnal
de tu sexo, ebrio de tus espesos e íntimos jugos, de tu voraz obscenidad
penetrada, perpetrado impune e incrustado, endurecido, tenso y hundido, eyaculando
un brebaje de macho, una miel lechosa, densa y caliente que fluiría dentro de
ti lenta y espesa anegando la abierta flor de tu pubis mientras mi boca devora
tu boca.
No hay comentarios:
Publicar un comentario