sábado, 9 de mayo de 2015

CLITORIAL


Que delicioso es sentir que has captado perfectamente esa instancia después del goce físico que imaginé, juntos disfrutando esos momentos de amorosa cercanía, llenos de ternuras, amistad y complicidad, laxos y ya saciados de las desesperaciones del deseo, acariciándonos suavemente, reconociendo con detalles el cuerpo del otro, nuestras manos vagando por la otra piel sin avidez ni urgencia, solo sintiéndonos ahí en una comunión que va más allá de sexo. Siento tus femeninas manos tocando juguetonas mi verga, las siento calientes y tersas, suaves y delicadas, tu boquita besando mi pecho, tu lengüita mojando mis tetillas, y tu mano ahí insistiendo en ese lento y sutil manoseo fálico, mi mano también busca tu pequeño clítoris, lo encuentra tímido, como escondido, y lo froto con ternura, con levedad inquietante, lo siento como una breve flor de un solo pétalo, percibo su tierna blandura, su leve consistencia carnal, su dócil capuchón, su botón escondido en ese rosado pliegue prepucial, rozo la flor abierta, esa textura floral que posee aun los últimos vestigios de una virginidad insistente, te siento hembra, mujer, dama, me estremece esa sensación de intensa voluptuosidad, de una sensualidad invasiva, como un sumirse en densas aguas termales, esa sexualidad latente, salvaje pero contenida, al acecho, bullendo en las brasas de una lujuria concentrada, creo sentir en las yemas de mis dedos sus latidos, su placer subterráneo, no puedo evitar sumergirme bajo las sábanas y buscarlo con mis labios de buzo ciego, hasta que lo encuentro y comienzo a lamerlo, mamarlo, succionarlo, con deleite, con ansiosa sed de náufrago sediento, desde esa profundidad del lecho alcanzo a oír tus quejidos de hembra sorbida.


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