viernes, 22 de mayo de 2015

NEGADA ODALISCA


El texto que pudo ser.

Estás en los giros del vaporoso y sensual torbellino, tu vientre oscilando en un frenesí de velos, de agitados tules, de brillantes pedrerías, tu cuerpo cimbreándose en su semidesnudez excitante, el breve cuenco de tu ombligo atrapando mis ojos sedientos en sus circulares incitaciones. Allí eres un remolino de piel y transparencias, sedas al viento, gasas impúdicas que develan tus muslos níveos e iridiscencias que dejan ver el canalillo entre tus mórbidos pechos plenos, sacerdotisa y odalisca bailas extraviada en el coqueteo girante de ese baile mágico de lejanos oasis, arenas y palmas perdidas en tórridos desiertos. Hay una música profana que surge vehemente de los crótalos, del laúd y del tambor de copa, y que te deja ebria de la carnalidad de esa danza elemental, sin desplazamientos, solo movimientos de tu vientre y tus caderas, allí eres una velada exhibicionista encendiendo la hoguera de la sexualidad desatada. Tu danza es un vuelo libidinoso que se eleva y se precipita como una colorida mariposa aleteando revoloteando en el éxtasis de un orgiástico orgasmo, atrapada en el vórtice de una espiral incesante. Glamorosa hembra te exhibes danzando el nocturno baile a la luna, con tu vientre descubierto sola bailarina sola girando en esa danza oriental que esconde en sus ondulaciones un bello misterio, y tú, bailarina girante, no eres sino la encarnación de este misterio. Quieta, final, asesando, tus senos como palomas cansadas, tu vientre latiendo con los sagrados ritmos de una saciada lujuria distinta, vas esparciéndose ese inquietante olorcito a sudor mezclado con perfume y densos fluidos vaginales, de la música solo permanece el silencio de su eco turbulento, todo iluminado por los ardientes deseos del macho vagando por las mil y una noches.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Las mil y una noche, solo es un sueño libidinoso, tu, caballero andante.