domingo, 3 de mayo de 2015

VANAS INSISTENCIAS


“Au milieu de l’hiver, j’ai découvert en moi un invincible été.” ― Albert Camus

Vago por tu cuerpo buscando la olorosa humedad que se esconde entre tus piernas, en su conjunción de flor carnal y breve pozo de los deseos, me enredo en la oscura selva de tus vellos púbicos, surco tus ingles como un caracol extraviado, abarco tu ombligo bordeándolo cual copa de vino, mis manos vagan por la combas delicias de tus glúteos, me sumerjo en tu vulva ebrio de sus destilaciones, mis dedos concurren delicados por los pétalos y el sensible botón indómito. Por donde te abres, por donde te agitas y sucumbes a las lujurias y a los íntimos ardores, por la curva de tus caderas o el peso mórbidos de tus pechos, por las tersuras invocantes de tus muslos, de tus nalgas, de tu vientre lascivo, de tu boca hambrienta y de tus senos turbulentos. Penetro lento, sibarítico, continuo, me entro, me introduzco, me hundo en tu hondura con voluptuoso sigilo penetrante para que me absorbas, me diluyas, me agregues, me succiones a los abismos del goce supremo, estremecidos, coagulados, trabados, encajados como un octópodo acesante y sudoroso que late en un susurrante vaivén subterráneo. Me vierto denso y caliente, me sorbes ceñida y urgente, ayuntados, sobreviviendo a las horas del deseo, al momentáneo destierro que nos esconde y nos niega, bebemos el elixir de la consumación, florecemos en un éxtasis que nos rompe en minuciosos fragmentos y nos dispersa laxos como un cálido vapor dilatado. Exploro así tu desnudez impúdica con la solemnidad de un mísero y feliz inmortal porque en medio del invierno, descubrí en mí un invencible verano.


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