jueves, 14 de mayo de 2015

ULTIMA LUJURIA FLORIDA

The Sunshine State

Solo tú puedes encender mis deseos y fantasías como un carnal relámpago sobre la reseca leña de mis lujurias esperando, y después hacerme volar al incendiado paraíso de tu cuerpo con toda la intensidad del viento ardiente de las marismas de la fornicación. Tú sostienes la tierna impudicia del pecado que salva e ilumina, que justifica los onanismos impolutos, las nocturnas poluciones, el fuego que arde sin consumarse nunca en las latentes venaciones del macho enviciado en la mórbida persistencia de tu piel. Desde por en tu boca, dentro o lamido, succionado mamado besado urge mi falo los delirios bucales que le brindas en los suburbios de la eyaculación circundados por la sinfonía de los vocales gemidos de tus orgasmos contenidos entre lengua y paladar. Arqueada sobre el lecho esperas el vaivén de las penetraciones y los labios apresando tus pezones y la lengua extasiada en tu vulva abierta como una húmeda flor obscena que late sus goces ciñendo y esparce sus fuertes aromas de hembra exasperada en su celo. Desato el nudo de tus ansias, quiebro la continuidad de tu vientre hambriento, trepo por el muro de tu soledad sexual e invado los solemnes laberintos del cautiverio de tu estéril virginidad temporal. Me enredo en las algas oscuras de tu pubis, me despliego erecto endurecido en ese tremedal que circundan, me hundo en esa hondura mojada perfumada sitiada por la premonición de la cópula que quemará tus últimas denegaciones y te hará cerrar los ojos y apretar la sábana con tus manos desesperadas. Naufragamos entre estremecimiento y estertores, espasmos y retorcimientos, locos del placer salvaje que desobedece con dulce desparpajo el sexto mandamiento.


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