Mara, la imposible virtual. La
conozco solo por muchas fotografías de su cuerpo desnudo, por esas deliciosas
imágenes sé que es una mujer madura, elegante, alta y de cuerpo más bien
llenito, macizo, y de maneras distinguidas, por lo poco que se ve de su rostro
la asumo como algo seria, adusta, distante como corresponde a una dama,
envuelta en el vaho incitante de un caro perfume, la piel de un rosado pálido
muy suave y cuidada, con esa tersura casi resplandeciente de la madurez bien
llevada. Cuando vi por primera vez esas fotografías supe de inmediato que
merecían el homenaje de una dedicada masturbación. Era cosa de esperar la
adecuada ocasión. Está llego ayer en el atardecer pues quedé solo en la casa.
De esas fotografías elegí seis, de cuerpo entero y semidesnuda; dos de Mara
recostada con sostén y calzones blancos, con un collar de grandes cuentas rojo
oscuro y aros del mismo color, y cuatro de Mara recostada con sus hermosas
tetas al aire, sus pezones rosados expuestos a la miradas libidinosas. Preferí
esas fotos porque me imaginé espiándola por la puerta entreabierta y Mara sin
saber que la espiaba estaba como esperando a alguien… Con aquellas fotografías
en la pantalla del computador, comencé mirarlas una a una, buscando cada
detalle en la piel y el cuerpo de Mara y dejando correr mi imaginación
libremente. Ahí estaba Mara semidesnuda sobre su cama y yo la espiaba, fui
sintiendo como mi verga iniciaba lentamente una rica erección bajo la ropa.
Entonces me bajé los pantalones y el slip. Mi verga estaba ya erecta, sentado
cómodamente inicié la deliciosa masturbación sin dejara de mirar esas piernas
gorditas, ese culo ampuloso, esas tetas maduras dulcemente caídas con sus
pezoncito ricos, rosados, impúdicamente carnales, estaba tan excitado que debí
frenarme un par de veces para no eyacular tan pronto y prolongar el placer al
máximo. Estuve así largo rato, sintiendo el roce de mi mano en mi verga y a la
vez mi dura verga en mi mano, a la señorona exhibicionista que me mostraba sin
querer su cuerpo rico! Por momentos no imagine ninguna escena sexual,
simplemente gocé y gocé del placer puramente físico de la masturbación por esa
puta madura y suculenta Puedo imaginar, ver!, perfectamente esas manos bien
cuidadas de bordes de uñas blancos tomando el miembro endurecido de mi amigo,
ver esa boca picuda mamándolo, succionándolo con hambre de meretriz desaforada.
Seguí repasando las imágenes de Mara, una a una, buscando más de esos detalles
voluptuosos. Con mi vista recorría una y otra vez el collar de bolitas rojo
oscuro, el sostén blanco o suave rosado, el calzón edípico de suave rosado, la
cadenita de oro con el pequeño colgante, los aro de esferas rojas y una perla,
el vislumbre de las correitas negras de sus tacones, su tetamenta desnuda, sus
pezones rosáceos, sus muslos anchos, su estomago y sus caderas con esos
rollitos desvergonzados, veo o imagino ver unos rubios vellos púbicos que se asomen en el vértice de su
entrepiernas. Al principio me pajeaba muy suave y despacio, y mi nivel de
excitación aumentaba al igual que el de mi verga, luego comienzo a pajearme muy
intensamente y no puedo evitar unos gemidos de placer y de gusto. Me salen
instintivamente gemidos de placer, pienso en lo que me encantaría tocarle y
chuparle las tetas, esas tetas grandes y blandas de exquisita madurez. De
pronto sentí como ya me venían las ganas de eyacular, pero me refrené un poco,
mientras con mi mano izquierda sostenía mis testículos y los acariciaba
imaginando su mano, con la mano derecha que es la mas experta, frotaba de
arriba abajo mi falo que de un momento a otro alcanzaría el clímax, después de
unos minutos mi miembro estaba a punto de explotar. Al final llegue al clímax
de manera incontrolable, brotó un chorro de liquido blanco lechoso y tibio,
denso y viscoso, y detrás del primer chorro, otro y otro más, los chijetes de
semen cayeron piso, mientras gozaba ese instante me di el lujo de dar unos
grititos en medio de la casa, luego me tiré hacia atrás sobre el sillón y que
quedé placidamente quieto, relajado y feliz, agradeciendo a Mara su
exhibicionismo impúdico y a su esposo por abrirme la puerta a sus lujuriosas intimidades.
miércoles, 13 de marzo de 2013
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario