Y de pronto entro en tu lecho
tibio, percibo el erótico olor mezcla de tu piel y el perfume, te quedas quieta
como reconociendo mi cercanía mientras me acurruco a tu lado para sentir la
tibieza de tu cuerpo solo cubierto con la camisola que apenas te cubre hasta la
mariposa oscura de tu pubis, con suavidad te abrazo y te beso en la oscuridad
de la celda, respondes a mis besos con avidez de enclaustrada hembra deseosa, y
nos besamos y abrazamos cada vez mas fuerte, con mas intensidad y casi con
desesperación, mis manos han encontrado tus pechos ampulosos y los cubren como
copas ardientes, siento en la palma de mis manos tus pezones duros punzando y
mi verga comienza a erectarse allí abajo punzando tus piernas, y por ese roce
sexual te das cuenta de que estoy desnudo, un estremecimiento sacude tu cuerpo
y tu lengua se mueve dentro de mi boca invitando a la pasión y al desenfreno,
siento que tus manos van bajando por mi cuerpo acariciantes y curiosas,
nuestras bocas juegan desesperadas, se entrecruzan las lenguas, los labios
muerden humedecidos y excitados, con mis manos aprieto tus pezones por encima
de la camisola, tus manos han llegado a mis vellos púbicos y los revuelven con
ansias, de pronto siento tu tibia y femenina mano que a encontrado mi miembro y
lo aprieta haciéndolo endurecerse con caliente intensidad. Sentí tu mano
tomando mi falo con deseos incontrolados, apretándolo, urgiéndolo a dejar salir
su miel sexual pero me contuve, y baje mi boca a tus pechos anhelantes y mis
labios apresaron tiernamente uno de tus pezones ya erguidos, y lo succione
ávido como un niño y caliente como un macho cabrio, escuché tus quejidos de
placer y tu mano apretó mas aun mi verga bajando su cubierta de piel suave y
dejando su glande al descubierto, rojo, brillante, túrgido, mi mano inició la
búsqueda de la mariposa oscura y húmeda y bajó por tu vientre hasta encontrar
el sendero de tu ombliguito y fue mas allá, hasta la rala jungla de tu pubis,
mis dedos hurgaron esa comba de vellos perfumados, esa tierna piel de los
labios verticales, ese borde rosado y carnal que escondía tu clítoris punzante
y sensible, y mi dedo del corazón encontró el botoncito tibio del placer e
inicio el juego de azuzarlo, muy levemente lo toco con la yema del dedo, muy
suave, casi como el roce del ala de una mariposa, luego cada vez con un poquito
mas de presión, girando en círculos sobre el garbancito carnal, siento como se
va endureciendo, levantándose, asomando entre el vértice de los labios
verticales que lo esconden, también con mucha calma y suavidad unto mi dedo en
los jugos vaginales que encuentro más abajo en el surco del deseo, luego con mi
dedo mojado en ese néctar secreto vuelvo al clítoris ansioso, lo presiono
tiernamente y comienzo a masajearlo nuevamente en círculos, llevándolo al
máximo de su erección, de su sensibilidad, mi miembro late entre tus dedos que
lo masturban al mismo ritmo que mi dedo masturba tu clítoris hinchado de goce,
tus quejidos se han convertido en grititos ahogados, sofocados, y mis quejidos
de macho excitado que se me escapan mientras succiono tus ricos pezones se
mezclan con ellos en una melodía de sexo, de pasión, de entrega. De pronto
siento que tu cuerpo se estremece bajo las caricias de mi dedo en tu clítoris y
mis labios mamando tus pezones, tu mano tiene mi verga a punto de soltar su
miel ardiente, mi boca va hacia tus labios y nos unimos en un largo beso,
nuestras lenguas se encuentran y juegan eróticos juegos húmedos, entonces me
recuesto de espaldas y acomodo la almohada para quedar con mi cara semi
levantada, y tu te pones a horcajadas sobre mi rostro, ambas piernas a cada
lado de mi cabeza, tus manos apoyadas en la pared, y tu vulva frente a frente a
mi rostro, una de mis manos se apoya en tus nalgas y la otra toma mi pene que
esta duro y sensible, con tu mariposa en mi cara comienzo a lamerla primero
suavemente, con la punta de mi legua, huelo su olor dulzón y saboreo sus jugos,
paladeándolos con placer, escucho tus quejidos de goce intenso y muevo mas
rápido mi lengua jugando con tu clítoris que se asoma entre los rosados labios
verticales, quieres escapar de ese placer desesperante pero mi mano en tus
nalgas te lo impide y mi lengua lame de arriba a abajo todo tu sexo mojado,
blando, del que escurren jugos sabroso y calientes, mi mano masturba mi falo
cada vez mas rápido, tu te entregas al placer y empujas tu sexo contra mi boca,
moviéndote para que mi lengua te lama donde mas te gusta, das grititos de
placer y tus manos empujan la pared de la celda con desesperación, mi lengua
encuentra la vagina, abierta, mojada, caliente, olorosa a hembra en celo y la
hundo en ella, tu gritas enloquecida al sentir mi lengua endurecida como una
verga viva que se mueve dentro de ti, que te hurga en tu intimidad sexual,
cuando estas al limite del orgasmo máximo, saco mi lengua y te lamo toda la
verticalidad impúdica de tu mariposa, con mi boca bien abierta y toda mi lengua
afuera, te lamo de punta a punta, casi desde tu florcita anal hasta el clítoris
sensibilizado por el placer, luego acerco mis labios a tu clítoris y comienzo a
chupetearlo, a apretarlo con mis labios,
a succionarlo como un pequeño pezoncito, mi mano me masturba con
desesperación, y vienen los destellos finales, la eyaculación y el orgasmo, mi
lengua y mi mano se mojan de nuestros
néctares íntimos, gritamos, nos apretamos el uno contra el otro como
fundiéndonos en un solo ser sexual, luego nos quedamos quietos, en silencio,
abrazados, esperando el amanecer que ya presentimos muy cercano.
lunes, 4 de marzo de 2013
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