miércoles, 6 de marzo de 2013

IMAGINARIA

Imaginaria: Servicio de vigilancia nocturna, guardia que por turno vela durante la noche.

(Intentare sacarte de ese valle de lagrimas, así que prepárate para mi visita, toma un baño largo de agua tibia, te perfumas bien, sobretodo entre tus senos y en tus breves vellos púbicos, luego te pones la camisola corta y te acuestas relajada, y cuando apaguen la luz ponte a imaginar y fantasear sobre sexo y placer físico, que tu mente solo piense en eso, y así iras sintiendo tu cuerpo, el roce de las sabanas en tu piel, el calor entre tus piernas, la sensibilidad de tus pezoncitos, y entonces vas dejando que tus manos exploren esos lugares sensibles, suave y lentamente, déjalas libres, ella saben que hacer, no las dirijas ni las coartes, siéntelas como instrumentos de tu propio placer). Es una noche de lluvia, me esperas en tu celda tendida en el lecho. De pronto estamos juntos, abrazados en el lecho, ambos casi desnudos, yo aun con el pantalón y tú solo con la delgada camisola de seda, estábamos asustados y ansiosos, entonces una de mis manos se va sigilosa a tus piernas, lentamente voy tocando y acariciando por dentro de tus muslos, en esa zona de suavidad de sueño, de intensa sensualidad, y con la otra mano te acaricio el pelo, atrayendo su rostro hacia el mío, hasta que nuestros labios se rozan, y nuestras bocas ávidas del otro se funden en un beso, las lenguas se enredan y los labios se abren al goce del beso ansiado, los dientes mordisqueaban y buscaban como fieras furiosas los labios del otro, mi otra mano llega hasta su sexo, rozando los vellos púbicos, está húmedo, ardiendo en su fuego de ansias y deseos, y mis dedos juegan con el clítoris erecto, sensibilizado por los instintos desatados, siento mi miembro creciendo, erectándose, punzando bajo el pantalón, subo la camisola hasta tu cintura mientras llevo mi mano a mi pantalón y saco mi pene erecto, endurecido, el glande brillante, turgente, lo siento deseoso de penetrarte, de hundirse en ti hasta las profundidades de tu intimidad, lo llevo con mi mano hacia tus labios verticales abiertos y rendidos, y lo hundo en ellos, con lenta fuerza, con ternura y deseo, con ansias desesperadas pero controladas para sentir el placer maravilloso de ir penetrando en tu vulva toda mojada, ardiente, succionante, siento como mi falo va abriendo esa abertura carnal y va siendo succionado por tus deseos de entregarse, y después del juego de intensos movimientos, esa danza lujuriosa, esos grititos desesperados, la inundo con mi semen caliente, con mi densa lechada sexual, como una lava ardiente que se derrama en ti arrastrandote sin tregua al torbellino de tu orgasmo,  gritas, grito, ambos instalados en la cumbre del placer, luego todo cesa, te duermes acurrucada entre mis brazos, cuando veo que ya estas en un profundo sueño me escurro silencioso hacía la lluvia.

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