sábado, 14 de julio de 2012

ESTA NOCHE

Que ya se nos vino, te quiero desnuda en tu (mi) lecho, solo vestida con tres gotitas de Kenso Amour; una en ese hoyuelo en la base de tu cuello, otra entre tus senos exactamente en el punto medio entre los pezones, y la última inmediatamente arriba de tu clítoris. Te acuestas de espaldas, pones tus brazos detrás de tu cabeza y abres un poco tus piernas, cierras tus ojos y te quedas muy quieta. Yo llegaré silencioso y evanescente, me sentirás afanando por tu cuerpo, a lo largo y ancho de tu cuerpo, no abras los ojos, solo siénteme, no te muevas, solo goza mis artes de dulce macho sensible, no digas nada, solo déjame oír tus suaves quejidos si mis artes lo merecen, y cuando estés al filo del orgasmo lleva una de tus manos a mi cabeza y acaríciame con ternura, y la otra mano llévala a tu pubis y déjala jugar a tu gusto en tu clítoris, entonces yo te haré entrar en mi paraíso. Voy en vuelo hacia ti.

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