“Mátame con tanto placer...”. Rosa Sánchez
Mortal el negro
que te cubre tus blancos pechos mullidos y las sensibles protuberancias de las
grandes y rosadas monedas de tus carnales y deliciosos pezones. Letal el negro
que te cubre el tibio vientre bajo tu ombligo y el pubis rasurado o velludo (dichoso
el que conoce ese secreto), donde se esconde tu vulva humedecida porque sientes
las calientes miradas de los machos erectos y ansiosos que te miran ávidos de
penetrarte. Sádico en negro que te cubre porque resalta la dulce impudicia de
tu piel pálida, mórbida y sensual incitando a la pecadora masturbación. {Otrosí}.
Blanco que te quiero blanco, blanco el brassier, blancas las bragas, sobre los
tornasoles tendida la maja semidesnuda, la mano pecadora en su vulva negando
imaginadas penetraciones, incitante la musa deseada en su dulce madurez otoñal,
mórbidos muslos suculentos, amplios pechos mullidos, rosada y pálida la piel expuesta
con desparpajo, y en medio del deleite el guiño de su ombligo, sobre ese mismo
lecho colorido te penetraría hondo bajo esa mano. Me hundo en la pecadora
incitación de los blancos deseos.
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