jueves, 6 de agosto de 2015

INVENCION SOBRE LO QUE HABRIA SUCEDIDO EN LA COSTA


“Mariscos preparados por mí, el caldillo de congrio a lo Neruda, vino blanco para el pescado, una chimenea, whisky, sabanas negras de seda, rosas rojas en un  florero blanco, etc.” La Comtesse des hauts désirs

Ambos desnudos, abrazados, acariciándonos con calma, dueños del tiempo, demorando los goces, besándonos hambrientos, devoradores, con esa desesperación del deseo que irrumpe como un torrente, las manos elaborando nuevas e intensas sensaciones, explorando pliegues, rincones, lugares insospechados, lamidos que estremecen y encienden, rompen, abren, erectan. A lo lejos el rumor del oleaje del mar prometido, las gaviotas asomadas al ventanal, mi boca en tu ombligo jugando a poseerte de una manera distinta, tu mano en mi miembro sobándolo como en un rito premonitorio, mis labios, mi lengua, en la flor carnal de tu vulva, tus quejidos al vuelo sobre la sal marina, Mis murmullos sumergidos en tu sexo bebiendo tu pequeñas lujurias. Tu boca atravesando mi cuerpo con breves besos ensalivados, tus labios, tu lengua, devorando el tenso terciopelo de mi verga, la deliciosa succión, lenta, intensa, sibarita, abarcando el placer hasta el límite. Lo besos con las bocas abiertas, el abrazo que urge en sus vehemencias la cópula, tus piernas abiertas, receptivas, yo sobre ti con mi falo hurgando, punzo la mojada entrada a los delirios y penetro lento, suave, como con cariños anteriores al momento, sientes que voy introduciéndome en ti con deleites viciosos, siento que entro en tu cuerpo como poseedor de tu respiración y de tus íntimos jugos, te sientes poseída más adentro de tu cuerpo, horadada por deseos que ya palpitaban antes de todo. Comenzamos a movernos en un ritmo que nos desata, cada vez más rápido, más insistente, hay voces en un idioma intraducible, hay retorcimientos, estertores, los cuerpos anudados, hay desesperaciones, hay besos que muerden, manos que aprietan, uñas que se hunden en la piel palpitante, hay una furia que absorbe y enloquece, hay gritos en la serena luminosidad de la tarde, el mar resplandece con el rojizo atardecer, hay un destello, un relámpago, una profunda penetración, y viene tu orgasmo, las contracciones de tu vagina devoradora, y viene mi eyaculación en torrente incontrolable. Nos quedamos quietos, saciados, los besos ahora son mas dulces, mas tiernos, afuera chillan alegres las gaviotas mientras la noche se convierte en tibias cenizas.

Jueves lluvioso, 6 de agosto de 2015.


No hay comentarios: