sábado, 22 de agosto de 2015

ECFRASIS SOBRE EL TRIPTICO DESEADO


Par les jambes de maintenant la Comtesse intouchable.

Primer panel. Vuelven las sensuales constelaciones que habitan el tibio cielo de tu piel, las tiernas manchitas que determinan el zodíaco donde tu voluntad define el horóscopo de mis deseos, las piernas muy juntas negando todo acceso irreverente, toda profanación que intente introducirse bajo el vaporoso lila. Y me quedo atrapado en el suplicio tantálico de saber que esas suculentas piernotas están ahí, en un sitio preciso y conocido, a cierta alta altura sobre iluminados barcos nocturnos y no puedo tocarlas acariciarlas gozarlas, sucumbir ebrio de tu sexo abierto a mi boca labios lengua dedos miembro, incrustado en la virtud de esa carne que no sacia por esquiva o indócil. Segundo panel. Retornan los muslos deliciosos, los pliegues voluptuosos de las rollizas rodillas sobre el chal de rojo granate intenso, salvaje, como lanosas brasas urgentes bajo tenues cenizas, cercano duerme un blanquinegro de leopardo albino, las piernas traslapadas donde un día del pasado irrecuperable mi mano insertada entre ellas se deslizó por la apretada tersura buscado la humedad, el calor, los tiernos pétalos de tu sexo abierto. Solo me queda la gloria de poseer la inextinguible memoria de tus sabores y aromas  devorados en la intimidad de tu lecho en los escasos atardeceres en que te sorprendí volando a ras de tierra. Tercer panel. Subiría otra vez lamiendo desde la puntita de tu dedo mayor de tu pie, por la suave comba de tu pantorrilla, por la suavidad celestial de tu muslo hasta hundirme bajo ese pálido lila que cubre oculta niega la cercanía olorosa de tu sexo palpitante. Por esos pocos pero intensos días vaya el homenaje de la rutilante erección que me regalaste con el erótico tríptico de tus piernas.


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