jueves, 25 de junio de 2015

CONSECUENCIAS


No volveré a ver sediento tus turgentes senos, a sentir en mis manos encopándolos su mórbida suavidad, la deliciosa protuberancia de tus pezones, el vértigo ante tu tibio y acogedor canalillo, el tibio aroma que emanan tus pechos cuando mi nariz husmea por sus poros y mi lengua los lame untuosa. No volveré a ver gozar disfrutar tu sexo, tus vellos púbicos, el denso y olorosos rocío que humedece tu vulva, a sentir como aprietas mi pene en esa caliente y mojada hendidura sexual y lo exprimes succionante hasta la copiosa eyaculación. No volveré a sentir el estremecimiento de verte ahí desnuda sobre tu lecho incitándome al desesperado onanismo vicioso, a verte retorciendo tu cuerpo en un orgasmo desaforado, a idolatrar tu piel y sus pliegues en tu lúbrica madurez mientras mi mano sobajea mi verga en un vaivén vehemente y mi ojos se clavan en el rito circular de tu dedo en tu clítoris. No volveré a masturbarme ante el lascivo espectáculo de tu boca lamiendo el dildo como si fuera mi verga erecta, tus manos aferrándolo con la locura de la hembra en celo excitando lasciva y obscena a su macho atrapado en su desbordada lujuria. Volveré ahora otra vez al vicio de buscarte en la desnudez impúdica de otros cuerpos extraños, sin rostros, sin presencias reales, a explorar los perfumes de otras flores abiertas a la penetración y a los largos lamidos, a poseerte inconcluso, a masajear tu cuerpo en tu ausencia, a saborear los jugos de tu vagina en otras copas imposibles, a fornicar con quien sea sabiendo que en algún lugar tú existes y no me perteneces.


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