Un beso mordido ansioso
hambriento desesperado, la saliva escurriendo por las comisuras, las lenguas
anudadas en una blanda y mojada trabazón, los labios succionando los otros
labios succionantes. En el piso sobre las frescas cerámicas en el número
invertido tu boca chupa mama succiona mi verga erecta en una felación
descarnada, mi lengua en tanto
simultanea lame hurga irrumpe tu sexo abierto en un cunilinguis vehemente. Mi
dedo penetrando tu vulva sintiendo su caliente humedad impregnado de tu denso y
tibio fluido vaginal, la delgada introducción digital de un breve pene, los
giros buscando el punto donde la gata en celo gime sobre el tejado de la
lujuria, el frote en su duna de rugosidad inquietante, estremecida por el goce
exacto en la vertiente del íntimo placer. Tus labios abarcando el sensible
glande de mi pene en una succión ávida, tus manos aferrando el terso grosor del
tallo y sobando con dulce suavidad mis testículos, la lengua tocando la puntita
hipersensible para coronar la tensa erección. Sobre el sillón ambos, tú
cabalgándome con mi falo incrustado en tu vulva voraz meciéndonos en un rítmico
vaivén de mete y saca, de sube y baja empalada en mi príapo endurecido,
jineteando mi miembro que penetra hunde tu sexo que aprieta estruja, extrae
suelta gotea estila en los estremecimientos brutales de la eyaculación y el
orgasmo. En el lecho desenfrenados en un ritmo de una cópula enloquecida
desaforada que no se consuma hasta arrancarte la piel y romperte los huesos en
una fornicación salvaje de sensuales bestias en celo.
sábado, 27 de junio de 2015
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