Me veo caminando
hacía una cafetería cercana, huelo el grato aroma del café recién molido. Entro
y te veo sentada ahí, sola, me acerco y te saludo, te beso apasionado y
hambriento porque hacía tiempo que no gozaba de tus besos. Me siento a tu lado
y pido un café express, solo, cargado, fuerte, te abrazo oliendo tu perfume, y
te digo que ves hermosa como siempre. Te beso, te acaricio tu cuerpo, tus pechos,
tus caderas, tus muslos. Ya excitado me hinco y meto mi cabeza entre tus
piernas, abro tu bermudas y corro el body, y te beso la vulva bajo la mesa, chupeteo
tu clítoris, lo apreso con mis labios y lo tiro despacito, lo punzo con mi
lengua, meto un dedo en tu sexo, lo saco y lo chupo con deleite, muerdo tu clítoris,
lamo tu chuchita, meto mi lengua en ella, la lamo entera de arriba a abajo,
gimes despacito, estremecida quieta y excitada. El sueño cambia de escena,
estás sentada y yo de pie con mi pene afuera del pantalón, acercas tu boquita
pintada a el, lo chupas, lo mamas, te miro extasiado con tu boca llena de mi verga,
me pides que te la meta más en tu boca, la chupas fuerte, intensamente,
deliciosamente, entera, casi que ahogándote, mamas muy rico, eres una maravillosa
chupona caliente porque sabes que mi falo es tuyo y lo chupas y chupas, me sobas
los testículos, los besas, me quejo agobiado por ese goce extremo, me pides que
te la meta más, que te sienta mamándome, te atraganto con mi miembro entero en
tu boca, siento tu saliva, tus labios, tu paladar en mi verga, siento tu boca
chupando mis huevos, el placer me anula completamente y me dejo llevar por tu salvaje
posesión de mi pene. Te aviso excitadísimo de que ya no aguanto y que voy a
eyacular, que ya viene mi leche, me miras desde ahí abajo, y con tu boca llena
me dices que lo haga en tu boca, que te tragarás mi lechecita, y comienzas a
succionarme con una loca vehemencia, subiendo y bajando tus labios por el tallo
de mi verga, apretándola entre tu paladar y tu lengua, sorbiéndola,
mordiéndola, chupa que te chupa, mamándola como una desaforada hembra
hambrienta. Siento estremecido que ya viene el primer chijete de semen, y
estallo en una leche espesa y caliente, ahí en tu boca succionadora, la
absorbes gozosa, la bebes con una sed insoportable, mi pene se siente estrujado, sorbido, gozado,
exprimido, devorado, engullido, sigo chijeteando mi lechada ardiente en tu
boquita chupona, sumergido en unas turbulentas aguas sexuales que me envuelven
en un éxtasis indescriptible, extraviado en un vértigo casi místico, al borde
del desvanecimiento, tu boca sigue mamando ávida más allá de la eyaculación,
sientes como mi falo se va tornando blando dentro de ella, y sigues en un rito
impuro y exquisito, inacabable. Te pido que dejes mi verga ahí, laxa y saciada
en tu boca calientita, húmeda, que me sigas mamando así, suave, lenta,
voluptuosa, y sigo ebrio de ti con los ojos cerrados, inmerso en un goce que trasciende
la realidad y se hace eterno e inolvidable.
lunes, 29 de junio de 2015
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