sábado, 21 de noviembre de 2015

DEUX BOUCHÉES D'EXHIBITIONNISME À L'ORANGE


Pour la Comtesse chaude

L'un del naranja anaranjado salmón de la sábana que oculta con su recato el triángulo mata matorral musgo algas de los pelitos calentones, ese ralo y oloroso paisaje que precede a la tierna gruta carnal donde un día se solazaron golosos y gozosos mis labios y mi lengua, mis dedos y mi miembro, mi nariz y mi barbilla incluso, impregnándose del denso brebaje vertido desde el estremecido deseo de tu vulva. Las brasas de los rojos fulgurando en el fondo del paisaje, la cúspide azul celeste y la rectangular sombra negra, en torno a la arista del rincón. Son los mórbidos pliegues de tu cuerpo, las lujuriosas curvaturas y marcadas líneas de esas carnales plegaduras de tu vientre, la lasciva desnudez como suma total de todas las lujurias. Y la mariposa corazón palpitando entre las constelaciones lunares en la pálida extensión de tu muslo suave y terso, ansioso de la caricia, los besos y el lamido. L'autre de la zona umbilical hasta el pie allá en el horizonte de rojos fulgurando, de la pirámide azul celeste y de la rectangular sombra negra, ahora matizados de albos fragmentos contra a la arista del rincón. La deliciosa pierna flectada, el surco en leve curva de la ingle, los pliegues del naranja sobre los pliegues de tu abdomen casi pubis, esas dunas con sus valles y suaves combas de tu vientre desnudo y a medio ver, la voluptuosa madurez de tu cuerpo ahí representado en la comarca cercana que accede a tu sexo pudoroso. Et le condiment ardent es que sé que en tus negadas calenturas gozas imaginando mi lasciva mirada hurgando más allá de lo que muestras, y que tú sabes que me excitas y me erectas, que gozo con tus perversos y eróticos coqueteos visuales, y que ambos sabemos que jugamos el juego del fuego que más temprano que tarde se encenderá otra vez y nos hará hervir como en ese ayer en nuestros propios jugos en la misma marmita.


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