domingo, 29 de noviembre de 2015

KLITTRA


«Je suis chauffé qui n'est pas le même que...». La Comtesse

Tus deseos son flores escondidas que florecen de vez en cuando en las íntimas alturas de tu hábitat solitario, allá muy arriba donde los vientos remecen los cristales y la lluvia pone un velo sobre la difusa ciudad que en esos momentos desaparece porque tus ojos se entrecierran para disfrutar en el pudor de no verte la esencia voluptuosa de tus íntimas tocaciones. A veces nocturna e insomne te dejas arrastrar por la hembra que se viste de tu cuerpo, y la dejas hacer con sus manos deslizándose por tu piel, te quedas ahí  desnuda y quieta esperando que ella desate tus nudos ciegos, que abra las ventanas de tus instintos para que vuelen sobre los antiguos campanarios y sobre los oxidados barcos imaginarios. Sea tu dedito dedeando el clítoris sensible erguido durito, sea tu mano entera frotando la flor entera de tu vulva, palma contra pétalos humedecidos, sean dos de tus dedos penetrando fálicos la voraz flor abierta de tu sexo hambriento, sea quizá el negro dildo escondido y secreto, vibrando o no, introduciéndose lento y temeroso en la mojada abertura de tu sexo, o zumbando sobre el capullo en un roce que te estremece con los ojos bien cerrados, sean tus muslos apretados entre sí en un sexual restriego que calcina tu carne trémula. Pero lo niegas con mentida timidez de doncella quinceañera, te escudas solemne en tus recatos de altiva dama asexuada, te mientes a ti mismas los deseos florecidos y sus consumaciones clandestinas, haces como que no necesitas beber de esas aguas sexuales pero tu sed te delata cada vez que te miras en el espejo y ves tus labios resecos.

(i) La palabra "klittra" nace de la combinación de clítoris y glitter, brillo en inglés (porque esto destaca la importancia del clítoris para el placer). Es un verbo y denomina el acto de masturbarse cuando lo hace una mujer.


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