Estás desnuda sin saberlo sobre
tu mismo lecho mientras bebo sin que lo sientas de todas las vertientes de tu
cuerpo los rocíos que inventan tus lujurias soterradas en tus pechos y escondidas
en los pliegues más íntimos de tu sexo encendido y húmedo como tu piel embebida
de tu sudor y mi saliva sin que intuyas que lamo las junturas donde cohabitan
tus miedos y tus ansias en un fulgor de virgen obscena que espera mordiéndose
los labios para no declarar sus deseos de ninfa escabullida por los vericuetos
del nocturno en la soledad sufriente de tus fantasías a ojos cerrados donde
habito desde la densidad de tus poros hasta la hirsuta maraña de tus vellos
enredados en mi lengua sacrílega que no te deja escapar ni olvidar lo que
presientes con la incertidumbre del pecado concebido en las furias del desvelo
que te arrastra sin percibirlo por las espurias constelaciones de la carne no saciada
en el necesario destello del orgasmo que bulle en tus labios entreabiertos por
la sed que no se extingue sino en el rito solitario que como tú quieres no te
deja huellas ni vestigios pero que no alcanza la plenitud que sueñas mientras
estás desnuda sin saberlo sobre ese tu mismo lecho donde ahora te hurgo y poseo
con las estremecidas palpitaciones de un macho imaginario.
jueves, 31 de octubre de 2013
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario