jueves, 31 de octubre de 2013

SIN TREGUA

Estás desnuda sin saberlo sobre tu mismo lecho mientras bebo sin que lo sientas de todas las vertientes de tu cuerpo los rocíos que inventan tus lujurias soterradas en tus pechos y escondidas en los pliegues más íntimos de tu sexo encendido y húmedo como tu piel embebida de tu sudor y mi saliva sin que intuyas que lamo las junturas donde cohabitan tus miedos y tus ansias en un fulgor de virgen obscena que espera mordiéndose los labios para no declarar sus deseos de ninfa escabullida por los vericuetos del nocturno en la soledad sufriente de tus fantasías a ojos cerrados donde habito desde la densidad de tus poros hasta la hirsuta maraña de tus vellos enredados en mi lengua sacrílega que no te deja escapar ni olvidar lo que presientes con la incertidumbre del pecado concebido en las furias del desvelo que te arrastra sin percibirlo por las espurias constelaciones de la carne no saciada en el necesario destello del orgasmo que bulle en tus labios entreabiertos por la sed que no se extingue sino en el rito solitario que como tú quieres no te deja huellas ni vestigios pero que no alcanza la plenitud que sueñas mientras estás desnuda sin saberlo sobre ese tu mismo lecho donde ahora te hurgo y poseo con las estremecidas palpitaciones de un macho imaginario.

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