lunes, 7 de octubre de 2013

DESFLORACION


Bebo de tus dedos untados en ti en un ceremonial sexual sin sexo declarado o física consumación, apenas tímidos roces de manos, miradas de deseos vedados, sonrisas por un goce secreto, egoísta, un placer prohibido de escondrijos, de fugas, de huidas coquetas por los laberintos de lo intocado. Esa pasión congregada en las palabras que no se dicen, en misteriosas actitudes equivocas. En una iriología de voyeur taciturno veo la desnudez secreta de tu cuerpo reflejada en tus ojos, imagino su sinuosidad latente, retenida, miro los vellos de tu pubis desde un lejos imposible, presiento la sensibilidad de tus pezones, el palpitar de tu vulva humedecida en su concavidad inalcanzable. Te poseo solo con los ojos míos que te pene-tra en el vaivén que va de tu escote a tus ojos, con la voz quiebro tus designios de virgen instaurada, te desvirgo sin que te des cuenta con la cercanía de macho-hombre que te desea y de macho niño que te busca con perturbadora nostalgia. Y en esa solemnidad del sin tocarse se van cumpliendo tus negadas fantasías, vives las otras vidas no vividas, exploras lo prohibido en la realidad ilusoria de una maquina de sueños. Te acaricio de mentira en un acoso de solo sutiles ilusiones la piel encendida de tu vientre, el delicado y virginal interior de tus muslos, las corvas de tus nalgas, el surco vertiente y fuego de tu sexo. Dibujo tu boca en mi boca para besarte sin besos, mientras erecta en su destierro mi virilidad se yergue como un faro en un mar oscuro y tormentoso, lejos de tu isla de algas y espumas.

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