A nadie he deseado como a ti, tu
cuerpo me incendiaba, tus pechos, tus pezones, tu nido, toda tú hacia florecer
el ídolo como si mis deseos de ti fueran una incesante primavera. Tus palomas, las
tomo suavemente, las beso, las acaricio, las encopo con mis manos y beso esos pezones
míos, los mamo como un bebe, los mordisqueo suavemente, esos botoncitos
protuberantes, sensibles, los chupo, los succiono, los muerdo con ternura, soy
tu bebe aferrado a tus pechos, soy tu bebe macho, tu macho niño. Mamo uno y
acaricio el otro, así chupo, mamo, succiono, chupeteo, te beso como un macho
bebé, lamo enteros tus grandes senos edípicos, retorno a tus pezones y los
muerdo, mi lengua juega con cada pezoncito. Vago extasiado por tu desnudez
hacia abajo, veo tu ombliguito que beso con deleite, veo tus pelitos púbicos,
meto mi lengua en tu vulva, la lamo, sorbo esos jugos néctares licores que
embriagan mi lengua enloquecida, lamo, lengüeteo, chupo, mi lengua juega con tu
clítoris, chupeteo tu clítoris como si fuera un pequeño lingam sagrado. Meto
mis dedos en tu vagina, los muevo penetrándote mientras lamo tu clítoris con su
sal y sus aguas. Te vuelves, hundes tu rostro en la almohada, te ofreces a una
sodomía de ninfa y fauno ebrios de exultante primavera. Meto la puntita de mi
lengua en esa tu florcita carnal, la ensalivo, meto mi dedo en tu ano apretado,
apunto la punta de mi falo erguido en ese paraíso asustado y te voy penetrando lentamente,
suave, de a poquito, entra y entra, apretado, urgido de deseos, y ahora que está
adentro te jineteo enloquecido hasta alcanzar el nirvana.
viernes, 11 de octubre de 2013
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario