Par la
trahison nocturne de la Comtesse
Lo que tú no sabes es
que cuando la noche me atrapó en sus fuegos y la soledad vertió sus aguas
incandescentes sobre la lujuria del lecho vacío, fui a por tu voz lejana de
alturas y solemnidades, de pudores cristalizados en la distancia de palomas y
campanarios, de esa amistad cómplice que se desnuda en la oscuridad de lo
intocable, de juegos de soledades sobre brasas sin cenizas, de lo que se da sin
remilgos porque se somete a encastillados recatos y convenidos respetos. E
inicié la mano con las cartas marcadas de la baraja del antiguo cariño, y
jugaste los oros y las copas con la ternura de la esfinge y la mariposa, y
jugué los pocos naipes del sutil asedio y fue el rey de bastos en mi mano, y la
destellante espada refulgiendo en la penumbra frente al mar oscuro de las
gaviotas dormidas. Y todo se iba dando como un grato juego repetido en los
entreveros de lo ya vivido, mi mano ya iniciaba el sobajeo fálico, la
apretadura turbulenta de mi verga erguida, el vaivén, el sube y baja, la
masturbación ansiosa del mendigo que solo pide unos pocos susurros incitantes,
unos quejidos desde la excitación insoportable, y los grititos del éxtasis del
orgasmo aunque sean mentidos o dramatizados solo para el deslumbre y la íntima
perversión. Pero hubo otras sombras en tu espera, más allá de las fronteras de los
territorios que asolamos cotidianos, y fue que se me vino el agua congelada de
tu mero desprecio, la constancia de ser la última prioridad asignada a lo
demasiado usado, o a lo rutinario que al final se va haciendo invisible o
innecesario porque ya pertenece y está carcomido por el desgaste del día a día,
sin novedad ni asombro. Y no reconociste mi otra voz, la nocturna, la del macho
viejo que busca los aromas de la hembra madura, no estoy acostumbrada a
conversar contigo de noche, dijiste, o del fauno que te encantaba antes que
fuéramos solo amigos ni siquiera con ventajas, dijiste, y vino tu
silencio ominoso, tu vuelo de paloma ocupada y sentí el peso terrible de la
inmerecida ignominia.
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