martes, 8 de noviembre de 2016

BOCABAJO DESNUDA SOBRE EL LECHO


Por ML, miel sobre hojuelas.

Toda dulce canela desnuda sobre el blanco lecho para que resalte mejor el contraste de tu piel oscura como las lujurias que provoca, para más morbo y más eróticas imaginaciones, todas tus curvas suaves y blandas, las amplias y alzadas combas de tus glúteos deliciosos de hembra insoportablemente deseada, tus grandes pechos enterrados comprimidos bocabajo con tus pezones protuberantes enterrados en la cama incendiada por tu fuego, tu arduo pelo negro difuso y enredado, tus piernas abiertas bocabajo ofreciendo el surco que oculta la flor apretada de tu ano, toda tú como una impúdica Eva morena completamente desnuda en el lecho ofrecida a lejanas e intensas masturbaciones virtuales. Te observo hambriento desde la periferia de tu historia, de los adentros de tus más íntimos recuerdos, de la manos de los machos que acariciaron tu piel, de sus lenguas que te lamieron, de sus vergas que te penetraron endurecidas y felices, gozosas y erectas, latiendo y chorreando, inundando tu vulva de sus densos semenes lechosos, te miro envidiando a esos machos punzantes que bebieron de tus sudores en el lujurioso preámbulo y en el tráfago del coito salvaje, que fueron bendecidos por tu boca y tus manos y tu sexo, y que tú abrazaste exasperada y humedecida en el clímax machihembrado de la cópula incesante. Voy por detrás lento, silencioso, sigiloso, desnudo, mi miembro en ristre tieso y enrojecido, mis manos aferran tus pantorrillas y la abren un poco más, subo arrodillado al lecho y me calo entre tus piernas, ahora mis manos abren tus nalgas como buscando un apretado tesoro, tu ano aparece tímido, cerrado, ceñido, como una pequeñas flor oscura, mi glande punza ese botón palpitante y comienzo a penetrarte, cuando mi pichula ya está a medio camino te la introduzco violentamente hasta que mis testículos rozan tus carnes pomposas, y comienzo a jinetearte como un macho enloquecido, te monto y te sifoneo, tu ano aprieta y estruja mi verga hasta obligarla a descargar en la profundidad de tu ojal anal sus chijetes de semen mientras estremecido me voy desplomando saciado y feliz sobre tus ancas y tu espalda, y te voy besando tiernamente el cuello abandonado a la ternura que siente el macho por la hembra poseída.


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