viernes, 11 de marzo de 2016

ACOSOS A LA RECIENBAÑADA


“Rosa que al prado, encarnada, te ostentas presuntuosa de grana y carmín bañada: campa lozana y gustosa,…” Sor Juana Inés de la Cruz

Deslizo mis ojos voyeristas por las leves marcas de los breteles en tus hombros, en tus mojados cabellos alisados, en tus axilas y en tus ingles humedecidas, en tus rodillas, huelo el vaho humectado que se evapora de tu cuerpo impúdico como si nadie lo observara. Te quito de un envión la toalla, te dejo desnuda de un solo zarpazo de tigre macho en celo, lamo toda el agua que se escurre por tu madura desnudez, sorbo tus sabores de hembra empapada, acaricio tu desnuda voluptuosidad con calma y lenta parsimonia para disfrutar cada una de tus combas y dunas, tus cauces y pliegues, blanduras y tersuras, la sexual calentura de tu sexo y la tensa suavidad del surco entre tus nalgas. Me excito en el relumbre del agua en tu piel, en esos destellos y brillos que aumentan tu sensualidad pervertida y exhibicionista, sobo mi pene por encima del pantalón sintiendo su erección abultada, me relamo ante la visión de tu deliciosa y provocativa obscenidad, de esa dulce indecencia que despierta mis instintos más salvajes, mis viciosas y masturbadoras obsesiones, mis pulsiones oscuras y vergonzantes. Te destapo húmeda y chorreante, te sobo tus glúteos y tus muslos, te mamo tus pezones mientras amaso tus pechos solemnes, meto mi dedo en tu vulva para untarlo en tus aguados jugos vaginales, me declaro un depravado obsesionado por tu tetamenta y por las carnales ondulaciones de tu vientre, por el aroma de tu vulva y por la sensación inquietante que siento en mi lengua al lamer tu tímido orificio anal. Dejo que manosees mi verga, que la aprietes con tus manos mojadas y resbalosas, que la frotes suave primero, frenética después, en tanto yo resbalo lánguido mis manos por la curva que va desde tus axilas a tus caderas. Hasta que así agachada te aprovecho la postura y te muestro mi verga bien erguida, dura, palpitante y sensible, y te la acerco a tu boquita anegada, te insto a mamarla con todas las ganas, chupa que te chupa te vas encendiendo hasta hacer hervir las gotitas que aun titilan en tu piel, y succionas con locura el miembro erecto, y lo muerdes en tu gozo bucal, y lo masticas y lo absorbes, y te vas tragando hambrienta el chorreado semen caliente que te ahoga desde allá al fondo de tu paladar, y termino el asedio punzando tu mojado ano apretado como en un juego de perritos con mi falo ya casi laxo y tu culito incitándolo.


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