lunes, 21 de marzo de 2016

ESA LIQUIDA OBSESION


“Tu lengua mis entrañas explora!, es el éxtasis total. Adéntrate en mis mares, te dejaré naufragar”. Frase. Estela Silguero, 2013.

Enjugo los íntimos néctares de tu vulva, sorbo su líquida intimidad enceguecido en los lascivos deleites de su sagrada e inaccesible humedad, dejo mi lengua vagando por el cauce y por los pétalos, por la estrecha hendidura afiebrada y  empapada, burbujeo con mis labios la coralina boca dragonaria (i), escancio en ese delicado cuenco carneo, copa de vértigos y blasfemias, el vino que emborracha hasta el sin perdón del pecado que vierte la semilla en tierra infértil. Chapoteo en la viscosidad soberana que escurre lenta y espasmódica de la vertiente que nace entre tus piernas, libo el licor lubricante que estila la vendimia de tus deseos, cato la invocación y la lujuria, el goteo tardo que embebe tus separados labios verticales. Tus muslos sobando mis mejillas, tus manos enmarañadas en mi pelo, tu pubis levantado ofreciendo sus olorosos vellos a mi nariz pervertida, mis dientes afanando ternuras en suaves mordiscos que presagian un voraz molusquicidio, empalago mi paladar de tu densidad salada y dulzona, me saturo de tu frutal acuosidad. Navego en tus aguas sexuales, sumergido, con furia de buzo ciego (ii), profundo y ahogado en el oleaje de tu sexo de abismo oceánico, buceo insertado en los fangos primordiales, encharcado en tus lúbricas espumas salobres. Inmerso en ese éxtasis lujurioso punzo con mi glande enrojecido y brillante esa rosa abierta y palpitante, te penetro hondo y macho endurecido, fornico salvaje sobre tu cuerpo quieto, los quejidos vuelan como pájaros liberados, la tarde se extiende por los susurros y la desnudez de nuestros laxos cuerpos abrazados.

(i) Polifemo contempla a Galatea. Haroldo de Campos, 1999.
(ii) La Canción Desesperada. Pablo Neruda, 1924.


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