sábado, 25 de julio de 2015

TORTUOSOS CAMINOS DE TI


Vago por los caminos tortuosos e insospechados de tu cuerpo desnudo sobre el lecho perlando en el sudor de tu calentura abierta a mi vicioso onanismo. Por caminos dobles, tortuosos, desviados, como una bestia fálica en su salvaje brutalidad sexual, cornucopia de solitarias masturbaciones, de urgentes fornicios, de sodomías consentidas. Por los terribles y tortuosos caminos que llevan mi mano pecadora al tallo de mi príapo y consuman derramadas ipsaciones. Por extraños y tortuosos caminos impuros, donde se vierte mi semen en la húmeda profundidad de tu vagina sin buscar la semilla, el florecimiento ni el fruto, sino solo el goce físico de sentirme dentro de ti penetrando. El camino estrecho, tortuoso y oscuro, mojado desde tu clítoris por tu vulva hasta el periné, golosas sensaciones de mi lengua lamiendo o mi verga surcando, punzando, hundiendo. Los largos y tortuosos caminos que van por tu espalda vértebra a vértebra lamiéndola desde el cuello hasta la ceñida flor que florece escondida entre tus glúteos. Los caminos tortuosos e imprevistos que van desde tus axilas bordeando hasta tus ingles. Los tortuosos caminos enredados en la zarza perfumada de tus vellos púbicos, en su ensortijamiento ancestral, en su negrura impúdica, en esa mata pilosa que destella como virutas de obsidiana en las palpitantes arenas de tu vientre. Así vago, extraviado por los tortuosos caminos de la lujuria onanista que tú enciendes cuando te despojas del pudor y te desvistes en medio de mis ojos lascivos y te quedas desnuda exhibiendo tu piel entera con sus vellos, sus pliegues, su madurez pervertida y sus deseos carnales como brasas en la oscuridad quieta de mi noche.

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