Para ML, oscura miel de oscuros deseos
Entre los largos pastos de la morena primavera,
donde la soledad arde soleada y lúbrica en nuestra intimidad premeditada y
cómplice, en la boscosa maraña de vegetales cortinajes, insertos en la misma
deliciosa calentura, aquí tus manos me desnudan en medio de esa jungla de
libidinosas floraciones, mientras allá en ese trópico caluroso mis manos te despojan
de tus vestidos para gozarte en la imaginada desnudez con que mis ojos te miran
impúdicos desde una lejanía rota y vencida por nuestros coincidentes deseos. Tu dedo invade con analíticas sensaciones
prohibidas, penetra y profundiza, arde lento e invasivo, tu mano masturba,
frota, aprieta, descorre la suave piel, incesante, rítmica, tu dedo analgésico largo y delgado sabe
despertar el placer y adormecer al inquietante y ambiguo dolor, tu lengua
lamé golosa y ensalivada el glande, el tronco, las bolas regalando exquisitos
placeres, tu dedo analógico suscita
voluptuosos estremecimientos, digitales capturas, tu boca succiona con
vehemencia de hembra salvaje, ya no contenida, insaciable, chupa, mama,
succiona obsequiando sabrosos goces orales, tu
dedo analéptico y metiche horada mi apretura carnal de los oscuros deseos sodomíticos,
perfora el orificio por donde se vierten fantasiosas perversiones. Mis
dedos desean lascivos en tu chocha encharcada, mi lengua lame sus cuatro
pétalos y el cárneo surco de esa oscura y rosácea flor abierta a mis vúlvicas
obsesiones, mi boca chupetea gozosa tu clítoris, tu vulva humedecida, abierta y
tragona se alimenta voraz de mi verga endurecida por tus eróticos obsequios, mi
miembro erectado se introduce en ti dándote duro y te hace estallar en un
orgasmo de silenciosos labios mordidos. Entre la crecida hierba de la primavera
con sabor y color de la canela lujuriosa, allí donde la soleada soledad quema
la piel prepucial, un agua seminal escurre densa y lechosa confirmando nuestra secreta
amistad afrodisíaca y cómplice.
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