miércoles, 12 de octubre de 2016

SIGO YENDO EN TI


Para Cris

Ayer fui por el rojo de fuego y deseos para acariciar a mano limpia la tersa suavidad de tus muslos, su pálida tersura, su erótica consistencia carnal, su sexualidad persistente que estremece los huesos y desata las urgentes lujurias. Fui por el blanco de nieves eternas para amasar la mullida blandura de tus pechos, su voluptuosa amplitud, su tierna sensualidad y hundirme en tu escote por el abismo del canalillo y ahogarme en sus tibiezas de palomas dormidas. Fui por tus ojos y su misterioso celeste de cielo triste para acercarme sigiloso al intenso rojo de tu boca y atrapar los besos que se echan a volar cada vez que sonríes. Ahora voy rumbeando por los múltiples colores de tu blusa intentado el asalto voraz de tus pechos, por el arcoíris que va de tus ojos color celeste misterioso de cielo abrumador a tus labios de rojo encendidos donde para siempre arden los besos extraviados, por tu delicada sonrisa invisible, por la misma tristeza eterna cristalizada en tu mirada, por la larga cabellera negra como un insoportable insomnio perfumado, por tus brazos desnudos hasta tus manos escondidas, por la suave y tersa palidez de la piel inalcanzable de tus muslos, por su mármol tenue, por su textura de pétalos de rosas impuras, por la tibia fisura que apenas dejan tus piernas cruzadas intentado el erecto asalto de tu vulva, persiguiendo el triangular cojín rasurado de tu pubis (o el vello triangular del cojín de tu pubis, que no lo sé).


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