sábado, 22 de febrero de 2014

CLITORIANA (Retrospectiva brutal)


“la palabra infamia aturde en el título, pero bajo los tumultos no hay nada. No es otra cosa que apariencia, que una superficie de imágenes”. Historia Universal de la Infamia, Prólogo a la edición de 1954. J.L.Borges

Castraciones mentales, salvajes mariposas cesantes, ir pervirtiéndola gota a gota saboreando paladeando degustando cada sorbo, cada avance, cada breve y pequeña victoria, royendo desgranando los muros del castillo, intentando su derrumbe hasta sus más antiguos cimientos, enseñarle el sendero empedrado, la cálida jungla de las olorosas y perturbadoras orquídeas sexuales, los rincones intocados, el vicio de la boca que besa lame succiona, las vocaciones insensatas pero deliciosas, su imagen hierática, su silueta de esfinge imperturbable al trasluz de la ventana de las luces de los barcos imaginarios, su ternura ardiente de incesante musa ahora cesante, su repugnancia belicosa a las huellas del fauno, su pudor de virgen incitante, su recato de convento en ruinas, su sudor perlando su cuerpo tensado, firme, ansioso, la miríada de manchitas escritas por los demonios en la suave y exquisita piel de sus muslos, su perfume de hembra perfumada, su sonrisa distante, sus risitas nerdiozas [sic], sus arrebatos vicerales por un óleo, un profiláctico o un link, su ética estricta y su moral incorruptible, ir descubriendo sus terrores grabados en piedra, sus sueños escritos con tinta transparente, sus temores a dejarse ser como es, sus caricias de hembra madre involuntaria, sus miedos a abrir su portalón y entre la vida misma, con sus miserias e inmundicias, con sus algarabías de carnaval, sus peligros constantes y sus misteriosas incertidumbres, de todo esto y más, la lista hoy me parece interminable, estarán pobladas mis memorias de ella, castigo y tormento, suplicio aterrador, altísimo precio a pagar por seguir siendo nada más nada menos lo que soy, siempre he sido, y seguiré siendo a pesar de su tercer desaparecimiento.



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