Si vas soñarme escondida de
alguien suéñame desmembrado por tu boca sabia como si tus besos de filosos
sílices fueran esa puerta que me dabas
(i) para que te pene/trara de deseos verdes o azules como el azúcar o los
árboles. Suéñame contra tu piel en desconcierto, igualado, asido, perpetrado,
que no te quede ni un rinconcito donde no me estés soñando, suéñame entre tus
senos sediento y entre tus muslos habitando embriagado por el húmedo rumor de
tu orgasmo. Porque si yo te sueño voy a soñarte con plenos poderes, con
desparpajos de linyera que nada pierde con perderse bebido por tus labios, con
el libre albedrío de la erótica onírica que permite galas y perversiones,
denodados intentos y variantes inverosímiles, que autoriza verterse sin
miramientos ni censuras, que tolera la improvisación lujuriosa y la estrategia
libidinosa, la ilimitada consumación en voz alta o en incitantes susurros.
Sueña que te ensalivo enterita para engullirte sin mascarte, así sin mordiscos,
primero solo a lamidos largos lentos insistentes y luego absorbiendo tu esencia
de hembra encelada como si en ello se me fuera la vida. Si vas soñarme a escondidas
por tus insomnios deja tu boquita abierta para que te bese a como de lugar, sin
armisticios ni treguas, para comerme tus labios y tu lengua en carne viva, sin
sal ni condimentos, así pura para mi hambre de caracol clandestino. Y si
puedes, antes de despertar suéñanos de pronto en una trama de parques sin
estatuas, a mediodía desnudos bajo una lluvia tibia, haciendo un amor de piantaos
revolcándonos en el pasto a la vista y envidia de los transeúntes para que todo
parezca un sueño.
viernes, 28 de febrero de 2014
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