Te busco en la madrugada, en sus clandestinidades,
oculto, invisible, para que dejes de pensar y solo sientas, para que dejes de
ser y te sueltes hundida en mis brazos, para que sueñes imagines que vuelas
suavemente, que te deslizas por sobre la realidad, que te meces en las tibias
aguas de la ensoñación, y así me gustas, tranquilita relajada soñando, me
gustas gatita, solita y tierna, sintiendo sensaciones y emociones como maripositas
delicadas y juguetonas y de muchos colores, que las sientas por dentro y por afuera
chispeantes rozando acariciando sensuales despertando tu piel de su largo sueño
contenido. Quiero que sientas estos mis deseos intensos incontenibles punzantes,
que sientas que estoy ahí tocándote levemente para desesperarte, para que
juntes tus piernas ansiosa y temerosa, para que te asustes voluptuosa, para que
se entreabran tus labios y tu lengua los humedezca, para que sientas como mis
manos suaves tímidas inquietas se queman en tu piel incandescente, en la
suavidad delicada del interior de tus muslos, para que sientas mi boca lengua
labios embelesados por el borde orilla del jardín oloroso a tu miel desbordada.
Navego en ti, entre ti, perdido en tu cuerpo, te siento aquí, acaricio tu pelo,
beso tu boquita. (Y mi voz te estremece
entre el asombro y la mañana nublada que la inserta incrusta en los
intersticios de tus deseos, escucho tu voz, tu risa nerviosa, tus quejidos, tu
pequeña vergüenza de estar ahí así conmigo murmurando susurrando, te urges
urgiéndome, las manos se confunden, tuya o mía, ya no importa, las voces se
quiebran como rojos cristales o azogues vertiginosos, se te viene como un
oleaje un suspiro de orgasmo, me derramo arrastrado por entre tus espumas, la
mañana nos adormece en un espejismo de maripositas de colores. Volvemos
lentamente del paraíso, tomados de la mano, silenciosos, saciados, abrazados y felices).
La mañana sigue sucediendo y me quedo
pensándote, asustado, ahora temo a todo, a perderte de súbito, a que
desaparezcas en medio de tus furias y me dejes gris, opaco, penumbroso: Quiero
que me imagines en tu mesita de velador como una estatuilla tallada en suave mármol
con el desparpajo del fauno ebrio laxo dormido de Barberini para que no haya
mañana en que no esté ahí, en ti, entre ti.
sábado, 23 de noviembre de 2013
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