martes, 12 de noviembre de 2013

RETROSPECTIVA


''Me gustas más cuando te sueño... entonces hago de ti lo que quiero''. Juan Rulfo.


No sé porqué, hoy amanecí entre tus pechos, a lo largo de tus piernas, anidado en tu tibio vértice vórtice, ardiendo en tu fuego escondido, en las azucaradas brasas de tu infierno flagrante, entre tu pelo enredado en esa somnolencia de adormidera que te cierra los ojos como si durmieras. Desperté contigo en tu escote como un camafeo entre tus pechos, enternecido y asombrado, humillado por no alcanzar tu perfume detrás de la orejita derecha por donde te voy a ir a susurrar cositas en las noches. Sé que te soñabas acosada por mi boca en el duermevela de la medianoche, victima voluntaria de mis manos rastreadoras involucradas en tu perfil tanguero que te traían dormida entre tu río pardo y las callecitas esas, caminando furiosa bajo la luna negra de tu silencio encelado, porque o son los cristales de tus celaciones o las piedras de tus constantes desengaños o las palomas sangrientas de tus furias o el aire de baja de las montañas o la lluvia que no cae sobre los parques que cruzas asustada o la noche, la madrugada, el día, el atardecer, en fin lo que sea que te evite asumir esos deseos infructuosos que se te van secando porque ya no te envuelves con esa bata amarilla. Luego, ya en la fase de sueño lento te vi en ese viaje viniendo de vuelta, la cabeza apoyada en el cristal mirando sin ver la noche vertiginosa que va quedando atrás, pensando, cruzando por un túnel, tu pena, tus nostalgias, tu tristeza lenta y derramada que me impiden irrumpir en ti como antes, porque ahora eres de cristal y no quiero ni rozarte para que no te me fragmentes en finísimas esquírlas y ya no pueda encontrarte, sabiendo que es plena primavera, y que hasta las miserias nuestras cultivadas en este valle de lagrimas florecen con renovados colores. Como un jardinero feroz cultivo los geranios de los rojos intensos para poseer el otro rojo rosado carne húmeda que florece en tu pubis como una siniestra mandrágora o una lujuriosa flor carnívora. Y a pesar de tu silencio ausencia desaparición te sabía soñando formas distintas de estar juntos, y te soñé acosada por mi boca porque sé que así quieres que te sueñe, y también sé que te derretirás un día, hielo al sol de pasiones y escondrijos.

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