“El erotismo es la
aprobación de la vida hasta en la muerte”. George Bataille, El Erotismo,
Barcelona, Tusquets Editores, 2007.
Y me fui surcando tu cuerpo arado o velero entre
densas espumas dejando rastro estela en tu aguas solemnes, me fui como
enrumbando a tus pechos islas majestuosas coronadas por los soles de tus
protuberantes pezones, me fui arrastrando lamiendo tu piel en su sal marina en
su sabor de hembra cortejada en su blandura tierna yesca inflamable, me fui bordeando
el canto de tu silueta incandescente, los intersticios, los vestigios, los
sortilegios de la noche por donde duermes intranquila, me fui yendo despacito
por tus piernas subiendo subiendo subiendo sostenido en la caricia, en el beso
largo, ensalivando a mojados lamidos de caracol la huella del intento, me fui
acometiendo fauno macho niño la veleidad de tu sexo en su humedad, en su ardor,
en su consistencia de fruto abierto, me fui hundiendo en ti devorado consumido
anegado de tus deseos dormidos, encarcelado por tu pubis palpitante, me fui
vertiendo seminal en tu dulce salada vulvedad sin amparo, consumando el
misterio, el pecado, el deseo, entre acesantes suspiros contenidos y leves
besos demorados, me fui aquietando apegado a tu silencio de esfinge fingiendo
dormir en su desierto, y me fui alejando como sin querer de tu sueño inquieto
antes de que la luz madrugadora me delatara.
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