Para la reina mora y gitana, otra vez.
Como una dorada joya en
terciopelo yace tu cuerpo desnudo en rojo lecho como yace tu hermoso cabello
esparcido en sensual y casto abanico perfumado, confirmando en sus matices y
dorados la olorosa selva breve e hirsuta de tu pubis. Y en el rito sagrado del
voyerista extasiado miro; tu ardiente piel extendida, desnuda y lujuriosa, miro
tus pechos pálidos y sus pequeños pezones, tu vientre plano con ese lindo
ombligo inquietante, tus muslos que son senderos al húmedo paraíso, tus caderas
de hembra salvaje, tus rodillas de virginal suavidad, miro tus largos brazos
delicados, miro tus pies, tus manos, tu rostro, y en el tu boca roja, tus ojos
azul cielo, miro y miro tu sexo oculto entre esos vellos y me arde la brasa de
mi verga entre mis piernas porque tu hechizo me incita a la masturbación
escondida, entonces mi mano obligada la aprieta y masajea buscando el delicioso
placer del macho solitario, y te miro y te miro y me masturbo como un potro
vicioso ante tu imagen, hasta verter mi caliente y denso néctar en el clímax de
la voluptuosa eyaculación, y en el último espasmo desesperado mientras cae la
ultima gota de mi semen siento que el rojo de tus uñas ya sangra sobre mi laxo
cuerpo ya saciado. Giraron los astros su quinquenio, despareciste en la bruma
del silencio y la ausencia, pero esa dorada joya de tu cuerpo permanece
reverberando en el rojo lecho y en la deliciosa erección que provoca cada vez
que abro el secreto cofre de la memoria.
2009
1 comentario:
Duelo de musas al desnudo... muackkk
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