Imagino que vas a bañarte y dejas
la puerta del baño entreabierta un poquito para que pueda espiarte calladito
allí piluchita, exhibicionista y provocadora, desatada en ese íntimo ceremonial
mañanero. El agua caliente escurre por tu cuerpo derramada y surcante, tus
manos enjabonan sus pliegues y valles y sinuosidades, sus cauces y sus combas
voluptuosas, las espumas se adhieren a tus vellos ralos como algas en tibias
arenas, te acaricias instintiva, te rozas, te anegas de sigilosos deseos reprimidos.
Te veo reflejada en el espejo secando tu lúbrica desnudez con la lujuriosa
toalla, tu mórbida carnalidad, pálida y sexual, tibia y sensual. Te espío con
la voracidad lúbrica de un sátiro sexópata oliendo los aromas distantes de tu
cuerpo fulgurando en una desnudez impúdica de hembra deseada. Te develo y
carcomo voraz erguido duro excitado, babeando como una bestia insaciable por
tus sabrosuras de mujer en celo allí a mano acariciante hurgadora de dedos
prestos a vúlvicas inserciones y falo en erección flagrante penetrante
relamiendo en mis labios la saliva que mi lengua lamedora esparcirá lamiendo
desde los confines de tu periné hasta la delicada plegadura de la tierna capuchita
de tu clítoris sabroso. Te fisgoneo en el desparpajo de la imaginación en alto
vuelo, planeo sobre ti infinitamente pequeño, me hago casi invisible entre las
fibras de la toalla que te deshace con sus mullidas caricias a lo largo y ancho
inserta y rozando íntimos enclaves, tibios lomajes y húmedas angosturas, abro
surco irrumpo penetro impregno mientras te dejas llevar por el deleite sensorial
de enjugar el agua que te asedia. Caminas así en luctuosa desnudez pampaneante
y soberbia al cuarto donde los recortados felinos te esperan acechando en la
pervertida selva de mis ojos feroces.
jueves, 2 de octubre de 2014
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1 comentario:
Eres muy curioso bandidito mío.
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