viernes, 3 de octubre de 2014

DESINENCIAS SOBRE UNA ESTATUA DE MARMOL


Déjame abrazarte apretando nuestros cuerpos para ser una sola piel, déjame deslizar mis manos por tus pechos, encoparlos con ternura, sobarlos suavemente, sentir los pezones que se erectan sensibles y tímidos en las palmas de mis manos, los beso, los lamo, los chupo suavecito, deslizo mis manos por tus caderas lentamente mientras sigo chupando tus pezones, mi mano llega a tu pubis, se enreda en tus vellos, toco con un dedo tu sexo muy suavemente, siento su caliente humedad, juego en tu clítoris con pequeños círculos digitales, hundo lentamente mi dedo en tu vulva, lo unto en tu néctar y me lo llevo a mi boca para saborear tu intimidad. Radiante y bella, más pura que la luna, cual estatua de mármol seductora. Tu cuerpo de mujer, rara escultura. De un hechizo de Venus tentadora. Sigo con mis dedos en tu sexo excitándote, y cuando ardes en el mismo fuego que me consume te hago recostar en la cama y abro tus piernas y me subo sobre tu cuerpo con mi falo duro buscando tu vulva, la punzo suavemente, mojo mi glande en ella y la surco varias veces hasta que comienzo a penetrar tu vagina muy lento y suave. Siento como el miembro se empapa de ti, te penetro entero en ti y comienzo a moverme en un lento entra y sale, muy despacio pero intensamente en tanto te susurro desvergonzadas palabras en tu oído. De tus ojos me diste la dulzura. De tus labios, la esencia me llevé. De tu cuerpo de mármol, la blancura. Y de tu alma, el perfume me robé. Entro y salgo con mi verga rígida y empapada, y te cabalgo más y más rápido, entro entero y salgo entero y vuelvo a penetrarte, para que sientas reiterad esa sensación de como se abre tu vagina para recibir al príapo duro y erecto, te beso con lengua humedeciendo tus labios con mi saliva mientras entro y salgo de tu vagina, con mi dedo rozo tu clítoris a la vez que te penetro, entro y salgo, entro y salgo, entro y salgo cada vez mas dentro de ti, entro y salgo, entro y salgo cada vez mas rápido, siento las contracciones de tu vagina y hundo en ella mi verga penetrando con fuerza en un envión salvaje, siento tus contracciones como si la estrujaras, fuerte muy fuerte, más y más, y suelto mi semen en ti, eyaculo hundiendo el miembro en tu vagina. Orgasmas, eyaculo, un éxtasis sublime nos desmiembra, nos diluye, nos disgrega hasta el silencio, y te voy besando con amor y ternura mientras recuperamos el aliento. Tú fuiste la mujer por siempre amada. La divina ilusión, bien de mi vida. Y por eso te amaré aún cuando vivas en estatua de mármol convertida.

En cursivas: “Estatua de Mármol”, de Octavio Mass Montes, canción grabada en 1932. Costa Rica.


No hay comentarios: